| ¿E x N o v i a?|

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— ¿Y ella es? —inquiero después de quince minutos de estar en un incómodo silencio, el castaño no aparta sus ojos claros de ella, quien ahora está dormida, parecía borracha cuando llego.

—Es mi ex novia, tomo un vuelo hasta acá estando borracha, no le importó nada más que tomar ese maldito avión hasta aquí, ni siquiera sé cómo fue que la dejaron abordar. Y se llama Lilian. — explica aun sin despegar la vista de la pelinegra, su cabello es demasiado largo, casi llega al final de su trasero, es bonita, sus facciones son proporcionadas, ni tan finas ni toscas.

—Oh. —logro articular.

Que buena soy dando ánimos, merezco un premio por ello.

—Se suponía que no me buscaría más, ese fue nuestro trato, mantenernos alejados del otro y aquí está, aun cuando yo no lo quería, me llamo. — Por fin aparta su mirada de su exnovia y me mira por unos segundos, su mirada esta cristalizada y no puedo evitar sentirme mal por él.

—No te torturas con eso Ethan...

—No, no importa lo que haga ella me lastimó demasiado, me engaño con mi mejor amigo y eso dolió demasiado, Emma.

Y me siento peor porque me paso casi igual. Tenía un novio, Tom, el se veía a mis espaldas con la hija de una amiga de mamá, quien, a su vez, era mi amiga.

—Y te entiendo, mi novio me engaño con quien era mi amiga, se lo que se siente, Ethan, te comprendo y apoyo. — No digo nada más y voy a abrazarlo, se tensa durante unos segundos y pasa sus brazos alrededor de mí, ahora la diferencia de altura es mucho más notoria, él es como un poste de luz y yo como un pequeño pollito.

—Gracias. —susurra y escucho el timbre, el hace ademán de querer ir, pero lo detengo con un ademán.

—Voy yo. — Me alejó de él y camino hacia la puerta, suelto un suspiro y la abro, me aguanto las ganas de cerrarle la puerta en la cara, el Neandertal y su pequeña manada de orangutanes sí que son molestos. — ¿Que?

— ¿Así me recibes? Conozco mejores maneras de ser recibido. —finge una sonrisa y lo imitó, pero aún mejor.

— ¿Un golpe? ¿Una buena patada? Ten en cuenta que con estos. — Levanto un poco mi pie izquierdo indicando mi calzado. — Se te reinicia la vida, ¡No me digas! El orangután mayor acompañado por los orangutanes menores, no se preocupen ya tire la basura, parece que en sus casas no. — Me tapo la nariz y hago como si algo apestara.

—Mama saco la basura hoy. —replica Gordon frunciendo el ceño. Idiota.

—Si tan solo un día en tu vida dejaras de mirarle el culo a las mujeres y tomarás un libro para ponerte a leer aunque sea poco, el mundo sería un lugar mejor. —recomiendo, me giro lista para entrar y cerrarles la puerta en la cara.

— ¿A dónde crees que vas, llorona? —lo miro sobre mi hombro, estirando mi mano para librarme de su tacto.

—A un lugar, donde claramente no apueste a basura. —contesto y antes de que pueda decir algo tengo a tres orangutanes dentro de mi casa. No puedo evitar soltar un chillido de frustración.

Malditos e insolentes idiotas.

Ojala se les caigan los tamales. O aún peor, compren un elote en vaso y des echen chile del que pica.

—Pequeña casa que te cargas. —Comenta Tony mirando todo a su alrededor, soltando un chiflido.

—Si no les importa, lárguense, tengo visita. —Gruñó molesta, ellos no se molestan en obedecerme y caminan hacia la sala, justamente donde esta Ethan y su ex, comienzo a correr tras ellos, pero es un poco tarde.

Perfectamente ImperfectosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz