|I n v e n c i b l e s|

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|Invencibles|

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Drake.

Sus labios tibios sobre los míos, el roce entre ellos, tan suave, tan dulce y profundo me vuelve loco, cada caricia. Tanto que lo más seguro es que me deje sin dormir por lo menos dos días. Es ella quien tiene el poder entre nosotros y se lo agradezco tanto. ¿Por qué? Ni idea, ahora solo quiero besarla hasta que me ardan los labios o hasta que se caigan, lo que pase primero.

Podría empezar diciendo la típica frase de películas y libros, esa que me da ganas de reír cada vez que la escucho, no por la cursilería, sino por la incoherencia que yo encuentro en ella.

Si me dijeran hace dos meses que estaría rendido ante Emma me reiría en sus caras. Pero sería mentira, porque yo ya lo sentía, esa química que se formaba entre nosotros, la ligera tensión del contacto. Las miradas de reojo, la pequeña rivalidad. Estaba allí, joder y yo no soy ciego.

Me está volviendo loco y quiero más, mucho más de ella, todo lo que pueda ofrecerme, cada cosa que tenga para mí, así qué no me molesto en disimular mi impulso y la vuelvo a besar, dejando la suavidad a un lado, mostrándole la intensidad de mis sentimientos, de lo que podríamos ser, juntos. De cómo puede funcionar todo para nosotros.

Domino el movimiento, guiándola, marcando un ritmo. Cuando nos alejamos, puedo admirar su cabello despeinado y sus labios rojos e hinchados, obra mía. Me encanta como le queda.

— ¿Entonces esta fue tu respuesta? Porque joder... después de esto, necesito una respuesta clara Emma, no quiero andar con rodeos, no es mi estilo y jamás lo será. — murmuró, jugando con un mechón de su cabello despeinado. Sin apartar mis ojos de los suyos, siendo consiente de distintas miradas sobre nosotros.

Se pueden ir a la reverenda mierda, todos. Estoy feliz y eso es lo que importa.

—Gracias. — dice en un susurro.

— ¿Qué? ¿Por qué? — inquiero confundido, frunciendo el ceño, no entiendo nada de nada.

—Por aclarar las cosas con ese beso. — explica señalándonos, pero sigo sin entender a qué se refiere. — Aclararse el lío hecho en mi cabeza, bueno, lo aclaramos.

— ¿Eso se supone que es un...?

—Un puede ser. Lo vamos a intentar, pero como tu dijiste, todo en la vida son etapas, esta será algo larga, pero espero que valga la pena, para ambos. — me aclara. Sonriendo de forma leve.

—Créeme que valdrá la pena. — le aseguro, sin importar los cuchicheos a mis espaldas tiendo la mano en su dirección, no duda al momento de tomarla, haciendo que la euforia crezca en mi pecho.

Quiero gritar de la emoción que la castaña me provoca con un solo gesto. Es exasperante, el cómo una persona puede tener tanto poder sobre tu persona. Pero no me molesta, no con ella.

—Emma.

— ¿Sí?

—Seremos invencibles. Ya sabes, no al estilo de los superhéroes, pero si más fuertes, nos podremos apoyar en el otro cuando lo necesitemos, sin importar que. — sonríe mostrando los dientes, abre la puerta de su vehículo, entrando, rompiendo nuestro contacto. Recarga su espalda en el asiento de su camioneta, la miro desde afuera, acercándose un poco.

—Lo captó.

—El medio ambiente está muy jodido últimamente, ¿No lo notas? Bien, pues para ayudarlo vendemos juntos. Así se gasta menos combustibles, se genera menos contaminación y, ¡Qué casualidad! Pasamos tiempos juntos.

Perfectamente ImperfectosWhere stories live. Discover now