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CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO.
BOGGI'S P.O.V. Por horas y horas, estuve intentando tranquilizar a Emilio, ya que por más que quisiéramos, lo único que podía hacer era maldecir a Andrea con todo su ser sin parar.
— Emilio, basta.. sabemos todo lo qué pasó.. pero, si Iván está tranquilo con todo esto, tú también lo tienes que estar. — Jimena suspiró, intentando tranquilizar al ahora pelinegro.
— No lo entiendes Jimena, se que Iván no demuestra sus sentimientos pero lo comprendo más que a nadie y se que ahorita está destrozado. — Jugaba con sus manos un tanto nervioso.
— Salgamos. — Mencione, y ambos me miraron con confusión, y a ser verdad los comprendo ya que hablé repentinamente. — Sé todo lo que está pasando pero, vayamos a distraernos. — Al instante, Jimena comenzó a asentir estando totalmente de acuerdo con lo que mencionaba.
— Si, deberíamos de ir a comer, o algo así, para que también Iván se distraiga aunque sea un poco, ¿No lo crees?. — Jimena tomó la mano de Emilio, y el asintió suspirando.
— Iré por el. — Me puse de pie, dejando a ambos chicos solos, caminando hacia las escaleras.
Antes de subirlas, saque de nuevo mi teléfono, buscando algún mensaje de Madison, pero al no encontrarlo, suspiré guardando de nuevo mi teléfono, retomando nuevamente mi camino hacia la habitación de Iván, el cual como esperaba, estaba cerrado con candado.
— Iván. — Toque tres veces su puerta, sin recibir ninguna respuesta. — Vamos tío, abre.. solo soy yo. — Unos pasos se acercaban hacia la puerta, y un Iván cabizbajo abrió la puerta, suspirando.
— ¿Qué sucede?. — Iván hablaba con la voz un poco ronca, se notaba que recién había estado llorando.
— Mira, sé que te duele, enserio lo sé. — Suspiré, y entre hacia su habitación, donde el de nuevo se lanzó sobre su cama. — Pero, entiende que quizá ella no era el amor de tu vida. — Lo miraba. — Siempre conocemos a personas con las cuales nos vamos a sentir más enamorados que nunca, pero no quiere decir que lo estemos, ¿Vale?. — El no decía nada. — También, muchas veces nos van a romper el corazón, pero que todo esto te sirva de experiencia para cuando realmente encuentres el amor de tu vida... todo pasa por una razón y estoy seguro de que llegará la chica indicada más rápido de lo que piensas. — Me senté a un lado de él.
— Para ser un hombre, das consejos de niña. — Ambos estallamos en una carcajada, y nos abrazamos mutuamente, dando unos cuantos golpes sobre nuestras espaldas. — Dame cinco minutos y ahorita bajo para salir todos. — Asentí. — ¿Madison viene?. — Me encogí de hombros.
