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CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

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CAPÍTULO TREINTA Y SIETE.

Después de mucho tiempo de bromas, y juegos, Bog y yo decidimos dejar por unos cuantos minutos la habitación del hotel, para después caminar hacia el ascensor, el cual nos llevaría hacia la recepción principal.

Realmente no teníamos nada que hacer, pero sin embargo, pasar cualquier minuto de mi día junto a él, realmente podría decir que era una de las mejores sensaciones que existían en el mundo, y realmente por mi cabeza pasaba la idea de cómo sería si Bog y yo nos llegáramos a casar algún día.

— ¿En qué piensas, hermosa?. — Bog apretó un poco mi mano, captando mi atención total, sacándome de aquellos pensamientos aleatorios.

— Cosas de la vida. — Ambos reímos un poco, para después seguir caminando hacia la parte trasera del hotel, la cual parecía ser un jardín gigante, lleno de flores y árboles, el cual realmente era hermoso.

Llegamos hasta una banca de madera, sobre la cual ambos tomamos asiento, para después observar el cielo, donde se estaba plasmando un muy hermoso atardecer.

— Madison.. — Bog rompió el silencio, y después dirigí mi mirada hacia el, el cual me miraba con una tierna sonrisa.

— ¿Qué sucede?. — El abrió su boca, iba a decir algo.. pero sus palabras no salieron, ya que únicamente se acercó hacia mi, para juntar nuestros labios.

Aquel beso comenzó de una forma lenta, acariciaba mi cabello mientras que yo rodeaba mis manos sobre su cuello, hasta que las cosas comenzaron a ponerse un poco intensas.

Ambos jugábamos con nuestras lenguas, de una manera coordinada, pero muy hermosa.

Bog bajó sus manos hacia mi cintura, la cual apretaba suavemente, para después tomarme con un poco de fuerza y colocarme sobre el.

— Bog.. — Suspiraba. — Estamos en un lugar público. — Ambos nos separamos, mientras respirábamos rápidamente.

— Lo siento. — El me miraba, y yo negué. — No haré nada que no quieras que hagamos. — Al instante, una pequeña sonrisa salió de mi rostro, para después acercarme a él, y dar un pequeño beso sobre sus labios.

— ¿Qué te parece si mejor dejamos de hablar, y vamos a la habitación?. — Bog me miraba sorprendido, pero después sonrió, mordiendo un poco su labio, y asintió.

— Tenemos un pequeño problema. — Aquel chico no podía dejar de mirar mis ojos. — Probablemente los chicos estén en las habitaciones. — Bufó, y al instante saque mi tarjeta de crédito y se la mostré.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐋𝐨𝐯𝐞. - 𝐉𝐮𝐬𝐭𝐛𝐨𝐠𝐠𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora