Capítulo 9

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Cap. 9

MAYA.

Salgo de la casa con la mayor cautela posible, en mi mano llevo las sandalias para poder caminar mejor en la arena. No hay nadie viéndome así que camino descalza por la playa, en la orilla mis pies son mojados por las olas, se siente tan bien el viento en mi cara. Me siento libre.

Camino por el muelle viendo como el agua es movida por las olas, llego al borde y miro el agua azul debajo de la madera.

Los recuerdos de Harry y mi vida pasada azotan mi mente con fuerza y sin darme cuenta estoy llorando de nuevo. Extraño el cariño de Sam, sus palabras de apoyo y su amor paternal, extraño la rebeldía de Camila, nos empezamos a llevar bien cuando finalmente éramos amigas, extraño su mala pronunciación del español—Rió ante el recuerdo—Espero no la esté pasando mal en Colombia, ¿y Harry? Dios, creo que de él extraño casi todo, su arrogancia, su sonrisa, sus besos, sus caricias...

En mi mente aún me atormentan las lágrimas en sus ojos cuando nos separamos. Sé que tal vez estoy siendo egoísta, pero sólo con esto podré librarme de este infierno.

—Perdóname, Harry...—Susurro limpiando mis lágrimas—

Tomo aire y miro de nuevo el agua. Me dejo caer al agua y hago lo posible por no salir a la superficie, a mi alrededor sólo hay agua y algas marinas, abro la boca y siento como el agua salada entra en mi garganta y nariz, mi pecho arde y convulsionó por busca de oxigeno.

Aún estoy consciente pero siento como poco a poco decaigo, veo a Harry frente a mí, está nadando hacía mí. Tan cerca que casi puedo tocarlo, pero los pulmones me duelen y los ojos me pican.

Todo se oscurece.

(...)

— ¡Vamos, vamos! —Escucho a lo lejos, siento los oídos tapados—Despierta, Seirína

Reaccionó escupiendo todo el agua que había en mis pulmones, toso y me siento, estoy desorientada, ¿Dónde estoy?

—Hey, ¿estás bien? —Miro al desconocido y mi vista empieza a tomar forma—

Sigo tosiendo, mi garganta duele. El chico aparta el cabello mojado de mi rostro, aún no puedo articular palabras pero puedo ver todo a mí alrededor, estoy en un barco.

— ¿Puedes recordar tu nombre? —Acaricia mi cabello—

Su cabello es negro azabache y tiene los ojos color marrón oscuro, también logro detallar que tiene pequeñas pecas en la nariz. Tengo al mismísimo Dimitri Leonardou frente a mí.

—Tú eres Dimitri...—Es lo primero que digo, mi voz suena ronca—

—Sí, ¿tu quién eres?

Bajo la mirada.

—Soy Maya.

— ¿Eres la hija de Francesco Simonetti?

Ni el mismo puede creerlo, podría decir que hasta está tan conmocionado como yo.

—Podría decirse que sí. —Me encojo en hombros— ¿Dónde estoy?

—Estás en mi barco. —Se levanta. Está sin camisa, muy bien formado y me regaño a mi misma por mirarlo—Mis hombres dijeron que había un cuerpo flotando en el océano, cuando te rescate aún tenías pulso. ¿Qué te paso?

Me paso la mano por la cara quitando algunas gotas, él pone una toalla blanca sobre mis hombros.

—Pues...

¿Cómo le digo que me quería quitar la vida para no casarme con él?

Y como si él leyera mis pensamientos me da una mirada de comprensión.

—No hace falta que digas tus razones, las entiendo. —Me sonríe—Conozco tu historia.

—No me malinterpretes, no es personal. —Muerdo mis labios—Es difícil...

—Lo sé, no todos los días te casas con un desconocido.

Wow, eso no me lo esperaba.

Nos quedamos en silencio, la casa puede verse desde nuestra distancia. Trato de levantarme y él me toma de ambos brazos, aún estoy algo mareada.

— ¿Segura que estás bien? —Lo miro a los ojos, está ocupando mi espacio personal—

—Sí, es sólo que... aún estoy un poco mareada. —Vuelvo a sentarme—

Detallo el barco, es grande y tiene velas blancas, un piso de madera y puedo ver a los ayudantes sacar redes con grandes peces.

— ¿Puedo pedirte un favor? —Frunzo los labios—

—Después de salvarte la vida, lo que quieras. —Dice mientras se pone una camisa blanca—

—Cuando volvamos... no quiero que digas lo que paso.

Él asiente con la cabeza.

—Descuida. Tu secreto suicida está a salvo conmigo. —Ríe—

Después de un rato el barco llega al muelle, esta anocheciendo y de seguro mi madre me matara.

Dimitri me ayuda a bajar y camina a mi lado por la arena, sigo mojada así que debo de tomarme un momento para inventar una mentira cuando lleguen las preguntas.

— ¡Dimitri! —Grita su madre en cuanto entramos a la casa—Cariño, creí que no llegabas hasta mañana temprano.

—Hola, mamá. —Le da un beso en ambas mejillas—No fue necesario, hubo buena pesca.

— ¿Maya? —Escucho la voz de Francesco—

A su lado rápidamente aparecen mi mamá, Koral y Ángelo.

—Hija, ¿Qué te paso? —Pregunta mi madre angustiada—

—Yo, ah...—Dimitri me interrumpe—

—Maya tuvo un accidente, afortunadamente la vi en cuanto cayó al agua. —Me sorprenden sus palabras—

—Por Dios. —Exclama, mi mamá—

— ¿Es eso cierto, hija? —Me pregunta Francesco—

—Sí. —Respondo—Estaba en el muelle cuando me maree y caí al agua.

—Hiciste un buen trabajo, hijo. —Ángelo felicita a Dimitri con una palmada en el hombro—Estábamos planeando un bello encuentro para ustedes mañana en la fiesta de Francesco, pero el destino los unió antes.

Mi mamá me abraza fuertemente y me aferro a ella.

—Gracias a Dios estás bien. —Me consuela—

—Será mejor que vayamos a descansar. —Dice Dimitri—Maya necesita dormir.

Lo miro, él me regala una sonrisa la cual con gusto le devuelvo.

—Descansa, Maya.

—Descansa, Dimitri.

***

Bueno, bueno. ¿Qué les pareció el primer encuentro de Dimitri y Maya? ESTARÉ LEYENDO SUS COMENTARIOS.

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-Grecia.

EL APRENDIZ TODO O NADA © || Libro 2Where stories live. Discover now