3 de la mañana. Una habitación cualquiera en un hotel cualquiera de Seúl.
Kim Taehyung, dormía como un corderito, cuando algo lo despertó.
Narra V
Recuerdo que estaba soñando con algo, cuando algo encima de mí empezó a hacer que me despertara. Abrí los ojos y vi una figura encima de mí. No la reconocí hasta que se pegó más a mi cara, de tal forma que podía ver su pelo. Jungkook. Se estaba acercado peligrosamente a mi cara, tanto que no sabía si el aire que entraba por mi nariz era oxígeno nuevo o era el que salía de Jungkook.
Yo solo me quedé estático, dejando que el menor acabase lo que había empezado.
Jungkook acabó con la distancia y simplemente posicionó sus labios encima de los míos, sin movimiento alguno. Yo permanecí con los ojos cerrados. Al momento, sentí dos manos cálidas en mis mejillas y como el beso iba comenzando a cobrar vida.
Empezó siendo como una boca encima de otra, pero el menor empezó a pillarle el truco y comenzó a acelerar el beso, de tal forma que se le escuchaba lo costoso que le era respirar con propiedad. No sabía a qué venía esto, pero un beso es un beso y hacía tiempo que no me daban uno así, si éramos sinceros.
Agarré la cara de Jungkook para que no se escapara. De pronto, se deshizo de mi agarre incorporándose.
Se me quedó el sabor de las copas que nos habíamos tomado en la boca, entonces me acordé. Él estaba aún borracho.
Jungkook empezó a agarrar su camiseta y tirar hacia arriba, quitándosela. Ahí entonces comprendí sus intenciones. Pero yo no podía. No podía aprovechar que estaba borracho para hacer esto, cuando él ,cuando estuviera sin una copa encima , me habría hablado desde 2 metros de distancia. No podía faltarle así el respeto. Y además, yo no soy gay, o al menos eso creía hace unos minutos. Y no sabía que él lo fuera.
-Jungkook, para. Ponte la camiseta.
- ¿Por qué? ¿No te gusto? ¿Es eso? ¿Eres como esas chicas de las discotecas de las que te hablé hoy?
-Jungkook, estás borracho. Por favor, solo póntela y acuéstate, ¿vale?
Al final, el menor aceptó a regañadientes y se volvió a acostar.
-Hyung- dijo el menor susurrando de nuevo. Me ponía la piel de gallina, su voz parecía tan inocente en ese tono que equivaldría a la primera palabra de un bebé.
-¿Qué? - después de lo que había visto por hoy, no sabía qué esperarme como respuesta. A lo mejor ahora me pediría que rascara un pie con la punta del.. Bueno.
-Abrázame.
Aproveché que al acostarse se colocó dándome la espalda, de tal forma que pasé mis brazos por su vientre, como había hecho por la noche en la discoteca para fingir que era su pareja.
Fingir, eso era. En eso debería quedarse la cosa. ¿He fingido entonces que el beso que me estaba dando el menor no lo he parado porque ando corto de besos? Restos de alcohol en mis venas estaban confundiéndome, o era la persona que dormía ahora a mi lado.
-Narrador omnisciente-
Llegaban a la habitación dos chicos un tanto contentillos y haciendo un poco de ruido.
-Shhhhhhhhhhhhh, cállate que Taehyung estará durmiendo-decía Jin entre risas.
Entraron ambos sosteniéndose con la pared, cuando vieron que en la cama de su amigo había alguien más.
-¿Y esa quién coño es? - dijo Suga un poco asustado.
-Tu amiga imaginaria, puedo verla.
Y así se metieron los dos en la cama sin querer saber más nada de nadie.
-En otra parte de Seúl-
Jimin acababa de llegar a su hotel, pero estaba tan borracho que no se percató de la ausencia del menor y simplemente se fue a dormir, con buen sabor de boca, después de todas las chicas a las que había besado durante la noche. Solo podía recordar eso, no sus caras ni sus nombres.
El viejo Jimin había resucitado esa noche gracias a los que iba a empezar a llamar nuevos amigos, aunque no supieran aún sus más oscuros secretos, secretos que no sabían ni sus amigos más cercanos. Y que harían peligrar la antigua amistad que tenía.
