Diecisiete

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Eunsook

—No. De todas las cosas que me has pedido, esta es un rotundo y absoluto no.

Sonríe, coloca ambos brazos a mis costados, apoyándose en la encimera, estamos en su cocina y yo acabo de terminar de hacer la cena—tuve que insistirle para que me dejara cocinar, pues el hombre este decía que simplemente podíamos ordenar de algún restaurante y no señor— tal vez me emocioné de mas, pero es que hace mucho tiempo no cocino para varias personas, solo lo hago para Jihye y mi niño.

Namjae ya debe estar casi listo, le dejé su ropa planchada sobre la cama de Namjoon y solo quedaría peinarlo, la super estrella también acaba de terminar de alistarse y a mi me falta algo que aún no sé qué es.

—Sabía que dirías que no, la verdad a mi tampoco me hace muy feliz la idea.

—Menos mal, porque no quiero discutir contigo, al menos no ahora.— suspiro, sacudiendo sus hombros, se puso un suéter muy bonito que se ajusta a su nueva y atractiva musculatura, solo a él se le ocurre comenzar a hacer ejercicio y volver loco a todo el mundo— Dijiste algo sobre una niñera que sugirió no sé quién y no sé porqué.

—Ah, si, pero tampoco considero que sea necesario, se trata de una de las chicas del personal— presiono mi lengua contra mi mejilla, tuve un mal recuerdo repentino de años atrás— ¿hoy le diremos a Namjae que estamos saliendo?

—Ya lo sé.— el mencionado llega hasta dónde estamos, dejándonos paralizados, jala de mi falda y me extiende el cepillo— ¿me peinas? así como peinaste a RM hoy.

Mi hijo de todo se entera y parece que todo lo sabe, tomo el cepillo y vamos los tres rumbo al baño, levanto a Namjae y lo siento sobre el mármol frente al espejo.

—¿Sabías que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

—No estaba escuchando, pero llegué justo cuando dijiste eso— me quedo en silencio, simplemente peinándole— quiero pintarme el cabello como tú.

—¿Azul?— asiente, ¿dónde demonios dejé la cera?— bueno, eso podrá ser posible cuando cumplas más de quince.

—Pero yo quiero ya mismo.

—Te echarán de la escuela ¿quieres eso? —le digo, niega.

—Entonces puede ser luego.— se voltea para verse al espejo, aplaude— Me veo bien.

Sonrío asintiendo y dejándole nuevamente en el suelo, supongo que lo único bueno de haber tenido los padres que tuve, fue que ellos me criaron para casarme, ser una buena madre y esposa fiel, que sabía hacer de todo, recuerdo que a Namjoon le molestaba demasiado aquello.

“—No tienes que hacer todo lo que tu madre te pide que hagas, es inaudito.

—No importa, Namie, no me molesta del todo... supongo que puede servirme de algo en el futuro. Cuando nos casemos, seré una buena esposa.”

En aquel entonces estaba tan resignada a que mi único deber en la vida sería ser una mujer de hogar ejemplar, que no me sorprendí cuando mamá me dijo que no tenía que ir a la universidad porque el hombre era quién debía sostener a la familia y yo solo tenía que quedarme en casa cumpliendo mis deberes de esposa. Namjoon casi se infarta cuando le conté.

“—¿Y no tienes algo que desees estudiar? ¿De verdad no te apetece estudiar más? incluso un curso de lo que sea, algo que quieras hacer.

Negué, no realmente, no era como si se me permitiese investigar sobre eso.

—Sabes que no puedo.”

No me dejaban tener un teléfono celular tampoco, el que tenía lo guardaba en casa de Jihye y era uno que había sido de ella, lo usaba solo para hablar con Namjoon por mensajes cuando no podíamos reunirnos.

Y bueno, ahora todo es muy diferente y la vida que se me tenía planeada no resultó ser como esperaban, yo estaba armándome de valor para decirle a mi papá que yo deseaba con toda mi alma casarme con Namjoon, que él era el hombre para mi y que por favor nos dejara seguir juntos, porque según él, Namjoon solo sería un romance adolescente pasajero hasta que encontrara a alguien más.

Pero yo estaba necia asegurando que no existía nadie más que él para mí, juraba que Kim Namjoon era mi hombre de vida.

—Te has quedado en el limbo.— parpadeo, Namjae ya no está y solo quedamos nosotros dos aquí en el baño—Bueno, estos días te la pasas así, pensando quién sabe en que o quién.

Niego, restándole importancia.

—Tengo recuerdos y me quedo pensando en ellos, nada más. Vamos.

—Antes de eso, papá dijo que venían con alguien más y-

—Y se te olvidó avisarme, que sorpresa.

—Exactamente eso, lo siento.— se acerca, rodeándome con sus brazos e inclinándose.

— No, no. Tengo labial.— gruñe, dejo un besito pequeño en sus labios— ¿Al menos me dirás de quién se trata?

—No fui informado sobre eso.

Namjae grita llamándonos, le doy palmaditas para que me suelte y le mando a abrir la puerta pues es su casa, no la mía.

Me doy unos últimos toques, asegurándome de que todo luce bien, que nada se ve raro y que sigo peinada, suspiro viendo mi reflejo en el espejo, de la nada me siento desanimada, recordar a mis padres siempre me hace mal, porque si, tenían su extraña manera de crianza, pero les amé aún así e incluso, por increíble que parezca, les extraño aveces.

Sacudo la cabeza y voy con mi pequeño bebé y con el bebé en tamaño gigante, sonrío al escuchar voces y apenas cruzo hasta la sala, mi sonrisa se vuelve tensa.

Oh, no.

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A Cool Dad;KNJWhere stories live. Discover now