Especial 2.

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No me perdones. Padre.

El pitido de la celda sonaba avisando que las puertas se abrían para salir al patio, pero desde que entre a este lugar ese pitido infernal solo me avisaba ser el nuevo saco de boxeo de los presos. Según sabía todo estaba completamente arreglado para que no volviera a ver la luz del sol y lo último que supe es que Min Mi estaba muerta. Para rematar el provocante de su muerte no fue más que Yibo. Saberlo dejo un sabor amargo en mi boca, estaba seguro de que en cualquier momento me tocaría a mí.

Recuerdo el día en que Yibo nació, estaba completamente feliz, era un pequeño alfa que cabía entre mis dos palmas y temía demasiado tocarlo porque sentía que podría lastimarle. Era lo más hermoso que había visto en mi vida, luego de Min Mi, Yibo fue mi más grande felicidad. Felicidad que no duro mucho, Luego del nacimiento de Yibo Min Mi cambio completamente, recuerdo que la primera vez que desapareció fue cuando Yibo tenía apenas tres semanas de nacido, fue el principio de la desgracia.

Min mi estaba metida en cosas demasiado ilegales, sabía que desde hace mucho tiempo había dejado de amarme, aun que pensándolo bien, dudo mucho que alguna vez lo hiciera. Pero era mi omega, tenía que ver por ella, sus problemas se transformaron en los míos, ella se iba y volvía llorando desesperadamente pidiendo ayuda por los problemas en que se había metido. Con el tiempo y la costumbre entré en ello también, Yibo cumplía los 3 años cuando descubrí toda la farsa de Min Mi, llevaba años con amantes de todo tipo. Me entregué al alcohol intentando ahogar mis penas, creyendo que todo seguiría igual, pero no fue hasta cuando Yibo cumplió los 6 años, cuando volviendo del trabajo encontré una note de ella, se había marchado nuevamente, no solo eso, se había llevado todo, los meses siguientes de su ida, cobradores, matones y contratistas golpeaban las puertas sin descanso. Yibo jamás dijo palabra ni derramo una lágrima, siempre en el mismo lugar, sentado en el sofá sin emitir señal de vida. La soledad y la traición se apoderó de mí, el alcohol dejo de ser suficiente y la droga fue mi nuevo refugio. Las cosas empeoraron cuando Min Mi apareció. Yibo tenía unos 12 años, se encontraba en la preparatoria cuando ella bajaba de un auto demasiado lujoso. Mi cuerpo se estremeció al verla. Entro a la casa y se sentó en el sofá mirando despectivamente el lugar. La ira me consumía, pero el dolor era más fuerte, amaba a esa mujer, realmente la amaba. Ella posicionó un maletín lleno de dinero en la mesa, dijo que todo sería mío si me culpaba de un robo limpiando su nombre, dijo que ella se encargaría de que no pasara demasiado tiempo adentro y que tuviese todas las comodidades que necesitaba, y lo acepte. No por vicio, mire atentamente mi alrededor, fueron dos pequeñas zapatillas desgastadas las que me incentivaron a aceptarlo, pensé que si con ello podía darle mejor vida a Yibo, si con ello podía vivir, no era tan malo pasar un tiempo en prisión. No podía seguir así. Lo acepte y fue mi segunda desgracia, pase mis primeros tres años en presión, dejando a Yibo completamente a su suerte y el dinero jamás lo vimos. Dentro de presión las drogas me consumieron por completo, al salir no fue muy diferente.

Con el tiempo se volvió una rutina, ella volvía cada vez que necesitaba a alguien para limpiar su nombre y yo caía totalmente con solo dos palabras de ella. Cuando me quise dar cuenta ya estaba totalmente perdido. Yibo estaba por cumplir 25 años y yo llevaba días libre. Volvió a buscarme, pero esta vez quería un hombre para trabajar en alguna de las empresas de alguno de sus amantes, realmente no le preste demasiada atención, el alcohol ya estaba en mi sistema. Pero fue mi lado más cuerdo que me insto por mencionar a Yibo. Desde hace tiempo sabía que si las cosas no cambiaban perdería a mi hijo. El trabajo lo terminaría matando y sé que el primer culpable de ello era yo. Fue entonces cuando propicie un trato con ella, que se llevara a Yibo. Que lo sacara de ese agujero y yo me encargaría de limpiar su nombre siempre. Fue mi tercer error. Cuando ella mandó a los hombres a buscarlo, Yibo salía hacía su trabajo. Ellos me entregaban el dinero para ocultar de Min Mi y Yibo simplemente ignoro todo caminando de prisa, quise pararlo, pero esos hombres se adelantaron. Para cuando logre entender la situación Yibo estaba a cuadras de mí y aquellos hombres corrieron detrás de él, los que quedaron se encargaron de retenerme no sin antes dejarme incapaz de pararme por unas horas.

Días después supe que Yibo estaba en manos de SECURITI-Z, no sé que tenían ellos que ver o porque, pero estaba bien, Min Mi no lo buscaba y las cosas se habían calmado o eso creí. Pasaron los meses y Min Mi volvió a buscarme, quería a Yibo y fue cuando me entere de que se había convertido en el alfa del hijo y heredero de SECURITI-Z. Creí que nada le pasaría, creí que estaba bien y que por fin podría librarme de ella, pero como siempre me equivoque. Min Mi se estaba metiendo en un lío peor, necesitaba apoderarse de Yibo y no escatimo en poner en riesgo la vida de su propio hijo, si de esa forma cumplía lo que quería. Supe que Yibo recibió un disparo, los meses siguientes a ello todo fue un caos. Estuve oculto de sus ojos y traté de buscar la forma de salir del país. Aun con cada uno de mis intentos nada tuvo resultado, caí nuevamente en sus juegos y ahora luego de tanto tiempo volví a mis inicios. Estoy en una celda. Esperando a que mi hijo crea que es el momento correcto y ponga una bala entre mis cejas. Tal vez eso nunca pase y me pudra aquí, y no es más de lo que merezco. Por no tener la fuerza de confrontarla, por no haber sido un verdadero padre y por dejarlo a su suerte tanto tiempo. No tengo perdón, lo sé, no lo buscó, pero si tuviese solo una oportunidad, quisiera mirar a Yibo y decirle cuanto lo siento. Era mi omega, la amaba y la amaré hasta el día que mis huesos sean polvo. Por ello, te pido querido hijo. No me perdones jamás.

08:01 a.m. Las puertas de la celda N˚16 se abren a  la inspección. 08:05 a.m. Se encuentra el cuerpo inerte del reo Wang Chen.

Causa de muerte: sin antecedentes.

Hora de muerte: sin antecedentes.

Estado del caso: finalizado. Sin antecedentes.


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Mis criaturitas bellas, aquí el segundo especial. Se que es cortito pero este es mas un recuento para aclarar ciertas dudas y conocer un poco mas la historia. Espero que les guste. Mañana estaré subiendo el epílogo y con ello concluyendo esta obra.

⚫️ Mis criaturitas, me estaré dedicando a corregir esta historia a partir de mañana (ortografía, tipeo, gramática). Me e dedicado a releerla y me a dado gringe mi escritura 👀, ¡como es que no me dicen! 😂, mis horrores abismales de ortografía. No tengo donde escudarme, simplemente mi tiempo a sido tan limitado que no me había dado el tiempo para fijarme en ello. Mil perdones.

Nos seguimos leyendo
Att. Sagiittae.

Al color del alma Where stories live. Discover now