Especial 1

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Boda. Zhan.

Había pasado un mes desde que Yibo me pidió casarme con el. Aún no caigo en cuenta de ello, desde el momento que se arrodilló frente a mi perdí toda noción de los demás, en ese momento estaba solo el y yo, en una burbuja, lo único que lamento es que la mayor parte de su discurso le divague, estaba demasiado ensimismado, emocionado y en las nubes como para saber lo que decía, estaba demasiado feliz y preocupado de que mi corazón no reventara de la emoción, que lo único que alcance a escuchar fue su pregunta y ni siquiera se si respondí antes o tarde demasiado, pero lo hice y antes de que lo pudiese procesar, estaba dejándome caer en los brazos de Yibo, con los ojos llenos de lágrimas y un corazón que amenazaba salirme del pecho. No fue mejor cuando sentí que Yibo soltaba el aire de sus pulmones y temblaba como un pequeño pajarito, me rodeo fuertemente de la cintura y su nariz se instalo en mi cuello absorbiendo mi aroma, siempre lo hace y me eriza la piel, amo cada vez que trata de impregnarse de mi, me aleje lentamente y lo bese sin importar quien nos mirase. El resto de la noche no pude despegarme de el, refunfuñados salían de mi boca cada vez que alguien se acercaba a el con la intención de felicitarnos. Obvias excusas de esas arpías que morían bajo los encantos de Yibo. Me abrace a el pegando mi nariz a su cuello y no me despegue hasta que mis padres repitieron los actos de los demás, sabía que actuaba como un niño, pero no podía evitarlo, por primera vez en la vida sentía que tenía algo mío, Yibo era mío, nos pertenecíamos y una sensación incontrolable se implanto en mi. Al terminar la velada nos fuimos a su departamento, nuestro, se siente también decir aquello. Yibo ni mas bien cerro la puerta tomo mi cintura y esparció besos por mi nuca, no me soltó hasta llegar al cuarto, deslizo mi ropa dejándome en prenda interior e imito el acto, me miro por unos segundos, segundos que no moví ni un músculo y sonriendo me abrazo durante un tiempo, deslizando sus dedos suavemente por mi piel desnuda, besando mis hombros, mi cara y mis labios con demasiada ternura, esa noche Yibo se dedico a grabar mi piel de la manera mas tierna y romántica, no fue más allá de besos y caricias, pero el solo tacto y la forma en que beso cada parte de mi cuerpo como grabándola en su mente, hacía que mi corazón saltara de una forma tan incontrolable que me dificultaba respirar.  Sentí sus brazos rodearme toda la noche mientras suavemente acariciaba mi espalda. Y así mismo fue desde ese día, cada noche Yibo se dedicaba a mimarme con tal ternura y devoción, no pregunte la razón ni el me la dijo, amo sus caricias, amo su atención, no me importa recibir desmedidamente todo lo que quiera darme. Ahora ya a un mes de aquello, estoy sentado en una mesa de degustaciones, escogiendo todo demasiado apresuradamente porque mis padres quieren la boda mas tardar a fin de mes y sinceramente yo no puedo esperar mas a estar casado con el.

Yibo se a encargado de todo el trabajo de la empresa exhaustivamente para que yo solo me preocupe de la boda y realmente no se como lo hace. Llega cada noche con una sonrisa en la cara, besando mi cuello y rodeando mi cintura mientras cocino, dándome una sensación tan cálida, tan reconfortante y es que por fin siento que tengo todo lo que siempre quise. Siempre tuve un hogar hermoso, pero con Yibo, por fin puedo decir que tengo mi hogar, solo mío y de el, solo los dos, amándonos, amándonos de tal forma que me desborda la ternura con cada uno de sus actos. Yibo se encarga de envolverme en cálidos sentimientos cada día, Yibo se encarga de ser todo lo que siempre necesite, aun sin hacer nada. Yibo es mi complemento, y me hace demasiado feliz.

 Yibo es mi complemento, y me hace demasiado feliz

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