Capítulo 19.

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Juntos. Yibo.

Al despertar la mañana siguiente, Zhan dormía plácidamente en mi pecho, su pierna izquierda enrollaba la mía y mantenía la boca levemente abierta mientras respiraba pausadamente mostrando lo profundo de su sueño. Sonreía a minutos apegando su cabeza más en mí y apretaba mi cintura firmemente. Desde aquella noche en que nos entregamos, las mañanas se han vuelto de esta manera. Cálidas, reconfortantes, aveces temo que los estruendosos latidos de mi corazón al despertar causen la interrupción de su sueño y no poder quedarme apreciando cada detalle de él por un rato más. A decir verdad causa estragos en mí cada mañana, como despertar y ver un ángel dormir sobre mí, amo acariciar sus cabellos, sus mejillas esponjadas y recorrer mis dedos contando cada uno de sus lunares, aun cuando sé la cantidad exacta que tiene en todo su cuerpo. Tengo una fascinación por ese pequeño punto negro bajo su labio. Causa una necesidad inexplicable de besarlo. Me pregunto si ¿se dará cuenta de lo que hace cada vez que me provoca? Sonrió ante el pensamiento y deslizo suavemente mis dedos sobre la piel desnuda de sus hombros. Tiene la gran osadía de dormir tan descubierto a mi lado, como si tentara mi nivel de autocontrol, —Zhan...Zhan-ge—. Lo apretó suavemente entre mis brazos y beso su frente en un intento de despertarlo, —vamos, tenemos que levantarnos, tenemos que trabajar—. Sonríe sin abrir los ojos mientras se remueve entre mis brazos y apretá su agarre en mi cintura, —llegaras tarde—. Ríe suavemente, —no me importa, solo 5 minutos más, estoy realmente cómodo aquí—. Rio anticipando sus planes y lo levanto haciendo que quede recostado completamente sobre mí, me rodea completamente con sus piernas, apoya sus manos en mi pecho y sobre ellas su cabeza sin abrir los ojos., —por lo menos llama a CEO Xu, se molestara si no avisas—. Acaricie sus cabellos y él me miro sonriente estirando su mano y escribiendo un texto, —Zhan-ge eso no es llamar—. Tiro el celular a la cama y me beso acallando mis quejas, —ayer estaba muy cansado, pero ya he dormido bien y quiero atención Bo-Di—. Mordió mi labio inferior y volvió a besarme con ímpetu, —Zhan-ge, tengo que ir a trabaj...—. Puso su mano en mi boca, se sentó en mi regazo y movió lentamente su cadera mientras me miraba provocativamente, —¿Dónde tienes que ir?—. Dijo quitando su mano de mi boca y mordiendo levemente su labio inferior. Puse mis manos en su cintura controlando la fricción y subí lentamente una de ellas hasta sus labios metiendo mis dedos en su boca ,—a la mierda, al único lugar que iré es entre tus piernas—. Rio ante mis palabras y se inclinó a besarme, agarre firmemente su cintura y voltee la posición dejándole abajo —eres demasiado travieso y es muy temprano para esa energía— rodeo mi cuello con sus brazos, —¿lo es? Porque realmente quiero tu atención ahora—. Lo bese lentamente acariciando su cintura y bajando lentamente mi mano izquierda hasta su muslo, —no realmente, es la hora perfecta si lo deseas, pero mi atención siempre está en ti—. Aprieto su muslo hundiendo mis dedos en el mientras continuo besándole, repartiendo besos desde su cuello hasta el lóbulo de su oído, —Bo-Di, tienes demasiada ropa encima—. Desliza sus manos lentamente hasta mi cintura y las mete dentro de mi camiseta mientras acaricia mi abdomen subiéndola lentamente. Me aparto un poco de él y me termino de sacar la camiseta. Lo miro detalladamente por unos segundos, realmente amo sus expresiones cuando estamos de esta forma, son tan íntimas, tan mías, me siento demasiado posesivo, pero no podría dejar que nadie jamás lo viera de esta manera, tan expuesto, tan deseoso, tan mío. Me acerco a su oído apoyando mis codos a cada lado de él y susurro, —Zhan-ge—. Agarro su mano y la llevo a mi entrepierna, —si pones esa expresión, no saldrás en todo el día de esta cama—. Lamo el contorno de su oído y bajo repartiendo húmedos besos por su cuello mientras lo oigo soltar pequeños gemidos y jadeos mientras un de sus dedos en mi espalda y acaricia mi erección sobre la ropa, —entonces no lo hagas, no me dejes salir de aquí—. muerdo justo en su clavícula dejando notorias marcas de mis dientes mientras él suelta un jadeo ahogado y lleva una mano a su cabeza apretando su cabello. Desde aquella vez descubrí que Zhan era realmente sensible, cada parte de él reacciona a cada uno de mis roses, se estremece bajo mi cuerpo y lentamente pierde el control de sí mismo entregándose por completo al placer. Realmente amo el control que me da sobre él, el amor que desprende en cada poro y lo íntimo que llegan hacer estos momentos.

Al color del alma Where stories live. Discover now