Capítulo 11.

637 155 20
                                    


Hogar en peligro. Yibo.

Había pasado un mes desde que Zhan venía a cada entrenamiento y no puedo negar que es muy bueno, pero tampoco puedo negar que se me encrespaba la piel cada vez que veía alguno de esos idiotas propinarle un golpe. La primera regla en la sala de entrenamientos, era tratar por igual a omegas como alfas, a mujeres como a hombres. No pienses mal de mi, nos exponemos cada día al peligro, nuestros enemigos no discriminaran nuestro genero ni nuestra especia a la hora de querer matarnos, nos preparamos especialmente para proteger y matar en caso de que sea necesario. Pero Zhan, el es nuestro jefe prácticamente, se supone que debemos protegerle a el, no el a nosotros, no el a mí. Aunque supongo que solo divago, me preocupa que se exponga de sobre manera, el que quiera que este a su lado es reconfortante. Pero es peligroso, ya era peligroso cuando me ocultaba, estar cerca significa un campo mas limitado de visión y mas ventaja para Lu Tai. Negué espantando esos pensamientos y me concentre en Zhan siendo bajado con un fuerte golpe y no se que clase de cara puse pero el alfa a mi lado dio dos pasos hacia atrás bajando la cabeza. Tuve que morderme la lengua en ese momento para no hacer nada. Sabía que si me metía Zhan se molestaría, ya había pasado anterior-mente y no terminaba en nada bueno para mí, suspire derrotado e intente calmarme frotando mi cien y sentándome. El lo notó y como usualmente lo hace se acerca y me dice que esta bien. Supongo que es totalmente instintivo el echo de que me calme con solo dos palabras y una sonrisa amoratada. Revolví sus cabellos y termine el entrenamiento. Una de las reglas de Zhan fue conocernos, así que cada día al terminar el entrenamiento vamos a algún lugar y termino saciando todas sus preguntas. Me gustan esos momentos cuando me cuenta sobre el, si solo supiera que se todo, me hace sentir un poco mal el hecho de que tuve que investigarlo de esa manera, me habría gustado mas la forma en que el propone conocernos, ver la confianza en que me cuenta su vida y cada suceso pasado. Intento ser igual de sincero con el, pero realmente no tengo mucho que contar, mi vida fue una rutina diaria desde que mi madre se fue. Levantar a mi padre del piso cuando llegaba bañando en alcohol y vomito, ir a clases escondido para terminar mis estudios, sacarlo de la cárcel, pagar sus deudas y golpes diarios de el y sus cobradores, ¿que podía contarle de mi realmente? Cada cosa que dijese me hace solo mas lamentable a su lado, ya sabía de mis múltiples trabajos y me vio en el estado en que llegué, no tenía mucho que decir de mi vida, el tampoco pregunto de ella en ese aspecto y por una parte sentí que lo hacia solo por mí y por cuidar lo que sentía. Se limitó a preguntar gustos, preferencias, sueños, deseos. Cosas tan triviales y efímeras que me sentí aliviado. Cada día nos acercábamos mas y cada día tenia mas confianza en mi. Reía despreocupadamente e incluso trataba de incluirme en las decisiones que tomaba en la empresa. En algunos momentos cuando hablaba tan emocionado, sentía que el tiempo se detenía y era solo el hablando animadamente y riendo frente a mi, lo sentía cálido, reconfortante. El tiempo con el solo me remarcaba lo perfecto que era, determinado, fuerte, alegre y bueno. Aun que resumiéndolo, era simplemente el y era perfecto de esa manera.



Era temprano en la mañana, Zhan tenia una junta hoy a las 10 a.m. Por lo que el entrenamiento para el hera cancelado. Deje en orden la base de entrenamientos y lo llevaba directo a la empresa, no había mucho trafico ese día, estaba parcialmente nublado y Zhan se acurrucaba en el asiento con mi chaqueta, tenia una afición por ese tipo de cosas y yo simplemente estaba empezando amar que lo hiciera, era como si buscara marcar que soy suyo de esa forma, robando y usando mi ropa cada vez que podía. Solo me miraba de reojo y sonreía sabiendo lo que pensaba, estoy seguro de que se sentía victorioso, sus ojos brillaban y mi corazón delataba mi estado con fuertes tamborileos. Estaba tratando de enfocar mi vista al frente y no distraerme con el, al verle sentía que ese hombre me podía volver loco de muchas maneras y no sabía si eran exactamente buenas. Reí ante el pensamiento, negué difuminando cada uno y acelere centrándome en el camino. No se de donde salieron, solo se que apenas cambio la luz roja, 4 autos nos encerraron en plena carretera. Mire a Zhan, desabroche rápidamente su cinturón y le ordene ir al asiento trasero evitando ambos vidrios, todo el auto estaba blindado y protegido, pero no me podía arriesgar. Le pase las llaves, bese su frente y le dije que ante cualquier cosa se fuera sin pensarlo. Quería protestar, lo note en su mirada, pero no lo hizo, asintió y rápidamente acepto lo ordenado, vi como bajaban lentamente por lo menos 5 hombres de cada auto. Sentí la presión en mis hombros, sentí miedo y angustia. De alguna forma sentía que amenazaban mi hogar y no sabia si podría defenderlo. Baje del auto dándole la ultima mirada a Zhan y me quede a dos pasos de la puerta haciéndole una señal para que cerrara con seguro. Respire profundamente viendo la cantidad de hombres y cuales eran los pasos que podía seguir para nivelar la situación, analice detalladamente las posibilidades en cada uno, contextura, armamento, posible velocidad, distancia. Todo lo que se me permitió analizar en los minutos en que ellos hacían lo mismo conmigo.

Al color del alma Where stories live. Discover now