Especial 3.

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Extra de Año Nuevo. (Zhan)

Desde el nacimiento de nuestro pequeño Fan Xing, esta es nuestra primera festividad en familia, solo nosotros tres.

Si me pongo a recordar todo lo que hemos pasado Yibo y yo para llegar aquí, con nuestro hijo, no puedo más que sonreír a la amargura que en algún momento pasamos, recordar al escueto chico que corría desesperadamente por su vida aquel día de lluvia, a mí siendo tan arrogante desafiando el mandato de mi padre al comprar unos edificios fuera de la ciudad, pero si lo pensamos desde otra perspectiva, es como si el destino tuviese todo armado para nuestra unión, dentro de un mundo tan grande, tan lleno de seres, nuestras almas chocaron y se unieron en un segundo, indiferente a todo lo que les rodeaba.

Me encamine lentamente hacia la cuna de Fan Xing y me quede mirándole durante largos minutos, sus largas pestañas, sus mejillas sonrosadas y sus tiernos labios. Pase mis dedos suavemente delineando su cara deteniéndome en sus labios y sonriendo. —Wang-Fan-Xing...

Dije en un susurro mientras grababa cada parte de mi pequeño hijo en mi mente. —Serás tan guapo como tu padre.

Reí suavemente ante mis pensamientos, estaba tan perdido en ellos que no me di cuenta de que Yibo estaba presente hasta que sentí sus cálidos brazos envolverme con fuerza y ternura, beso mi hombro, mi cuello y luego mi mejilla, apoyo su mentón en mí y miro fijamente a nuestro hijo. —¿Es así?, porque yo siento que él se parece más a Zhan-ge.

Reí suavemente y negué. —Como puedes decir eso cuando todo es igual a ti, mira sus ojos, ¡y sus labios!... es un digno hijo de Wang Yibo, si, lo es.

Él sonrió de aquella forma que solo hacia conmigo, con sus ojos brillantes, mostrando sus blancos dientes y formando esos pequeños pliegues a los costados de sus comisuras. Me di media vuelta entre sus brazos quedando frente a él, mire sus ojos cafés y acomode su rebelde cabello que en protesta intentaba cubrir su hermosa mirada, aprecie cada parte de su rostro, tranquilamente mientras grababa cada milímetro de él en mi corazón. —Yibo, ¿por qué le haces esto a mi corazón? Sabes que este hombre ya no es tan joven para que juegues así conmigo.

Yibo mordió su labio inferior reteniendo su risa, sus ojos eran tan brillantes que parecía que podría ver el cielo en ellos, acerco su cara a mí y acaricio su nariz con la mía susurrando suavemente mis palabras favoritas. —Te amo Zhan-ge.

Rodee con mis brazos su cuello y el ceño con fuerza mi cintura apegándome a él, bese su frente, sus ojos, sus mejillas, su nariz y antes de que pudiese dirigirme a sus labios, él ya se encontraba atacando con hambre los míos, pero a pesar de la pasión con la cual siempre entregaba su amor, no cabía forma de negar la inmensa ternura en cada uno de sus actos. —Vamos, vamos, podemos despertar a Fan Xing.

Él asintió, robo un beso más de mis labios y afianzando el agarre de mi cintura, me saco lentamente de la habitación de nuestro hijo. —¿Zhan-ge aún tiene cosas que hacer?

En la sala me dispuse a terminar de ordenar todo para aquella noche mientras Yibo me miraba hipnóticamente desde el umbral de la puerta con una sonrisa radiante. A decir verdad me emocionaba sobre manera pasar este día juntos, solo los tres, como una familia totalmente completa. —No mucho, solo tengo que terminar de cocinar algunas cosas, ¿Por qué no te vas a duchar y luego vienes a hacerme compañía?

Yibo negó con suavidad y se dirigió hacia mí tomando mi mano y besándola con ternura. —¿Por qué mejor no me quedo contigo, te ayudo a preparar lo que falta y luego tomamos un baño juntos?, Zhan-ge también merece relajarse.

Asentí y bese su mejilla luego acariciándola. —Oh, pero si nuestro pequeño Yibo es un esposo tan considerado.

Él rio con picardía y tomo mi cintura dándome una corrida de besos por el cuello, deslizando sus manos dentro de mi camisa mientras repartía pequeñas cosquillas que hacían perder la fuerza de mis piernas, la noche empezaba a llenarse de risas y aunque no fuera algo raro desde que estamos juntos, siempre se sentía especial y mágico, cada momento juntos lo era, era simplemente único. —Vamos, vamos, me rindo, terminemos con esto y vamos a ducharnos antes que despierte Fan Xing.

Al color del alma Where stories live. Discover now