Capítulo 22. Imprudencia Predecible [✅]

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—Brook... espera —Harvey me intenta persuadir mientras salimos del ascensor pero no lo consigue, esto es demasiado y él lo sabe aunque también le preocupa lo que pueda pasar.

—Está bien, no voy a ocasionar la tercera guerra mundial —mis palabras no son un gran consuelo para él.

—Mi papá va a matarnos por esto —me causa un poco de gracia esa suposición pero sólo me dedico a seguir por el pasillo que nos conduce hacia recepción.

—No le temo a Tío Charles, así que no veo el por qué debería tenerle a tu padre —detengo mis pasos antes de llegar a recepción haciendo esa aclaración un tanto burlona.

—Tu eres increíblemente… —va a decir, pero no se le ocurre nada prudente entonces decide guardar silencio.

—Brooklyn Tanner —la voz del joven afroamericano a unos escasos pasos de mí llama mi atención.

—No me sorprende mucho que estés aquí —soy lo más amable que puedo.

—Por favor... ¿Podemos hablar? En privado —pide con un tono de voz apacible y yo me giro un poco para darle una mirada a mi asistente.

—Enseguida regreso —le digo esbozando una sonrisa y él asiente un poco preocupado pero al final se retira.

—Ven conmigo —le indico dirigiendo mis pasos hacia la sala de juntas de este piso y él me sigue de cerca hasta que nos adentramos en esta—, puedes tomar asiento si gustas —ofrezco con amabilidad.

—Gracias —me da las gracias tomando un lugar en la mesa.

—Te escucho —le incito mientras doy un paseo por el lugar al notar su evidente nerviosismo.

—Sé que esto no cambia nada, pero lamento mucho lo que mi padre le hizo a esta empresa, mi familia no volvió a ser la misma por su culpa y ahora me chantajea para que demande cosas sin sentido propio ¿Homofobia? ¿Racismo? —su disculpa llama mi atención pero lo que me sorprende un poco es que acepte su participación en esta artimaña.

— ¿A qué viene todo esto? —pregunto sin darle muchas vueltas al asunto posando mi vista en él.

—No me recuerdas ¿cierto? —su pregunta me deja un poco extrañado.

— ¿Debería? —cuestiono sin tener idea de lo que habla porque nunca antes lo había visto en la vida.

—No siempre tuve este nombre y el apellido del hombre que intentó estafar a la empresa haciendo un gran escándalo. Eso fue patético pero no me sorprende viniendo de él pero en fin yo vine para… —va a decir, pero alguien toca a la puerta de la oficina llamado nuestra atención, es el alguacil.

—Pensé que le había dejado claro a tu familia que los quería fuera de esta empresa y lejos de la familia Tanner —dice el enorme hombre rubio de tez blanca posando su azulada vista en mi invitado no deseado.

—Espera un momento… —voy a decir, pero el alguacil me interrumpe.

—Este chico está aquí para pedirte que ayudes a que el bar de mala muerte de su novia no se vaya a la quiebra y va usar una tonta artimaña con tu memoria junto una que otra tonterías sobre su adopción —me explica con un tono serio y yo desvío mi vista al chico.

— ¿Bar de mala muerte? —inquiero con burla y él asiente incorporando su trasero de la silla al sentirse descubierto.

— ¿Alguna vez has estado enamorado? —su pregunta me toma con la guardia baja pero asumo un semblante serio para recuperar mi postura.

—Si —respondo a su pregunta con tono de voz neutro.

— ¿Ella es linda? —relajo mi ceño al escuchar el tono de voz apacible que uso al preguntar.

Perdido en ti© [En Edición]Where stories live. Discover now