Capitulo 10

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La furia de Ken era de temer.

Una kagune roja golpeaba al albino múltiples veces, se encargaba de quebrarle el rostro con cada roce doloroso de su piel contra el concreto. Kaneki estaba fuera de si, otra kagune comenzó a enredarse en la de Akaneki, más rugosa y desesperada por salir del agarre.

— ¡Que demonios te pasa! — Gritaba, su rostro comenzaba a regenerarse al volar por los aires.

Su cabello negro tapaba sus ojos pero el imperativo negro y rojo puntiagudo brillaban, formó las cuatro kagunes en su espalda baja. Al igual que un pulpo maneja sus brazos, el Ken menor movía sus extremedidades a cada lado evitando los picoteos que su hermano mayor le mandaba.

Cuando estuvo a punto de sacar su segunda kagune, una de las cuatro de su hermano menor la cortó como una salchicha con un cuchillo afilado, gritó de dolor.

— ¡Suéltame, Kaneki! — pero su hermano no paraba. Curveó la cabeza al escuchar aquel grito, sonrió al empezar a estirar su cuero con sus extremidades rojas, jalaba de sus brazos y piernas para descuartizarlo.

No te voy a soltar — Gruñó y procedió a separar sus extremidades con lentitud.

El primer símbolo de que realmente le hacía daño a su hermano era el crujido de sus huesos al romperse, la rigidez de su cuerpo era increíble y sabía que Akaneki era un medio ghoul muy fuerte. Su poder de regeneración era activa, efectiva y muy rápida, el desagraciado gritaba pero su cuerpo se componía rápidamente.

Las kagunes se resguardan en su espalda con lentitud nuevamente, pues, Akaneki se ha desplomado en el piso.

— ¿Eso es todo lo que tienes? — Las hemorragias internas que tenia salieron por su boca después de su frase.

La risa de Kaneki que era gentil ahora sonaba brutal, una de sus garras arrancó desde su lugar hasta la posición de su hermano mayor y una pequeña se entrometió.

— ¿Puedo jugar? — Haise preguntó, dos pequeñas kagunes se movían como la cola de un gato.

Akaneki sentía demasiado dolor, se levantó rápidamente para proteger a Haise pero él niño bicolor insistía y caminaba hacia Kaneki.

Junto sus mano pequeña junto a la grande y amortiguada de su hermano mayor. — Haré equipo con Aka-chan que está perdiendo — Akaneki sonrió, forzó una regeneración rápida para entrelazar sus dedos con los de Hai ya que no quería romper su pequeña ilusión aunque estén en peligro.

Hideyoshi le enseñó que estaba perdiendo el tiempo siendo grosero con Haise, él aún era un niño pequeño y tenía la oportunidad de tener una mejor relación con él. Miró por uno segundos el rostro sonriente de su hermanito y después al de Kaneki, se le vino a la mente el rostro de un niño de cabello negro tímido.

Sus sentimientos le estaban jugando en contra, aquel niño pequeño ya no existe. La kagune abusiva de Kaneki le cortó el brazo que mantenía el agarre que tenía con Haise, la sangre brotaba del pico carnal lleno de venas y el inicio de su hueso expuesto.

Me has estado jodiendo desde que nací, es más, te voy a quitar las piernas y voy a disfrutar verte regenerarte, imbecil — Gritó sin interesarle nada más.

Haise miró aterrorizado a su hermano mayor que jamás había visto de esa manera, lágrimas frescas aparecieron. Soltó la mano sin vida de su hermano con terror, abrazó su propia kagune mientras lloraba encasillado en la pesadilla que vivía.

Pensaba que estaban jugando con sus kagunes pero era una pelea.

— No digas malas palabras frente a Haise — Reprendió Akaneki divertido, sus conexiones interiores comenzaron a crecer, la carne comenzó a moverse en forma de sus músculos. Sus venas principales aparecieron y la capa principal de la piel surgió para proteger su extremidad recién formada.

Niñero de un ghoul | Kanehide Where stories live. Discover now