Capitulo 8

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Hideyoshi sintió la mano grande de Akaneki deslizarse en su hombro y su mejilla tocar su cuerpo. Dio un largo bostezo, observó cómo dormían ambos chicos con toda la tranquilidad del mundo. Acarició la cabellera blanca que caía sobre sus hombros pequeños esfumando el aroma varonil que expulsaba Akaneki, sus fosas nasales se llenaban y lo drogaban con una exquisita fragancia.

— ¿Estás despierto, rubio? — Susurró Akaneki disfrutando del masaje de los dedos del niñero quien se sonrojó de sobremanera.

Sus manos escuálidas y más chicas fueron atrapadas por las venosas, grandes y marcadas que sostenían con delicadeza su palma. — Si, si — Titubeó y miró los penetrantes ojos mirarlo, tal cual un lobo a una despistada abeja.

Haise se removió en el pecho de Hide para llamar su atención, se había despertado también porque tenía reflejos ultrasensibles al ser medio ghoul.

— ¿Tienes algo que hacer hoy en la noche? — Dijo esquivando los ojos marrones que brillaban, miró a Haise mover su cabeza de lado a lado y respondía naturalmente. — No, Akaneki-san — Siguió hablando — Es mi día libre — dándole esperanzas al albino.

Haise tapó sus ojos sintiéndose decepcionado de su niñero, abandonó la sala de estar observando unos tulipanes. — Quería invitarte a salir, Hideyoshi — Akaneki habló sin rodeos haciendo estremecer al universitario.

— ¿S-Salir? — El rubio tartamudeó, hoy se suponía que iría a su casa ya que había quedado con Seidou de tener una gran noche de películas. Últimamente duermen separados ya que había traído su cama para no incomodar a Hideyoshi aunque para él no es molestia.

— Estoy trabajando, Akaneki-san — Le recordó, aún no terminaba su turno en casa y no quería incumplir sus labores.

El mayor de los Ken sentía como su corazón bombeaba, miró a Hideyoshi quien seguía oponiéndose indirectamente — Será algo breve, por favor... — pero él sí quería pasar tiempo con él.

¿Te quedarías unos minutos más después de tu turno? — Le pidió Akaneki con una voz igual de gentil que la suya, obviamente con la gravedad que lo caracteriza pero esto encantó al rubio. Sumado a esto ladeó su cabeza como cuando Haise quería pedirle que salieran a comprar dulces.

Hideyoshi no pudo evitar sonreír y le respondió. — Está bien — El albino sonrió ampliamente como nunca.

Y Haise tomó los hermosos tulipanes de la mesa de la cocina entre sus manos regordetas al escuchar que tendrían una cita, corrió a su habitación para arreglar el lugar aprovechando los últimos momentos antes de que culmine su horario de cuidado.

*

La cita era espléndida, habían dos velas prendidas en medio de la mesa pequeña. Dos platos con decoración perfecta de rosas entrelazadas y un tenedor para ambos ubicados al lado de sus respectivos platos. Cabe destacar que cumplían con todas las estrellas en cita formal ya que tenían un florero con muchos tulipanes.

Todo lucia precioso si sacábamos el hecho de que había comida de plásticos sobre sus lindos platos con diseño de juguete. Además, estar sentados en compañía del señor jirafa ya que Haise le otorgó la significante tarea de vigilar a su niñero porque se estaría quedando en compañía del Bufón Akaneki y la princesa Rapunzel Nagachika no podría confiar en él.

La brisa golpeaba los cabellos pintados de Hideyoshi quien estaba en frente de él luciendo espléndido, tenía una tiara en la cabeza por cortesía del principe Haise. Akaneki sentía que iba a besarlo por impulso, el rubio parecía un modelo de esos extranjeros que se paseaban en la pasarela.

Niñero de un ghoul | Kanehide Donde viven las historias. Descúbrelo ahora