Chris Cornell

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Estoy retomando los shots, si quieres el tuyo vete al capítulo que pone PEDIDOS AQUÍ y déjame un comentario💜

Para -Heartwork-:

—¿Te encuentras mejor?—escuché que se sentaba a mi lado.

Tosí y me giré para mirarlo, tapándome media cara con la manta.

—Solo siento que me atropelló un camión, pero por lo demás bien—sonreí.
—¿No te has tomado la medicina que te traje?—me riñó mirando el vasito con un líquido rosado semitransparente que había en mi mesita de noche.
—Es que sabe mal—me quejé.
—Así no te vas a recuperar, ¿lo sabes?
—Ay, no te enfades conmigo que estoy enfermita—le di la espalda.
—¿Tienes hambre? ¿Quieres que te traiga algo de comer?—sonrió tirándose sobre mí.
—Quiero ver Regreso al Futuro—lo miré.
—Está bien, veremos Regreso al Futuro—sonrió levantándose para poner la cinta en el reproductor de VHS—. ¿Algo más, princesa?
—Sí...quiero sopa de estrellitas.
—¿Tiene que ser de estrellitas?—rió.
—Sí—me giré quedando bocaarriba de nuevo.
—¿Y si pido comida china y me acuesto a tu lado a ver la peli?
—Te pondrás enfermo también.
—Vale—se encogió de hombros y descolgó el fijo que había en mi mesa de noche.
—¿Qué haces?
—¿Quieres sopa agripicante?
—Sí, pero...
—Shhh—levantó el dedo índice y me callé—. ¿Hola? Sí, querría hacer un pedido.

—Aquí tienes tu sopa, rollitos de primavera, fideos con ternera y bambú y...—sacó otra caja—tu sushi favorito: el de salmón.
—¿Me podrás besar después de esto?
—Odio el pescado crudo pero haré un esfuerzo—sonrió.
—Chris—dije y me miró—, gracias por cuidar de mí.
—¿Que clase de novio sería si no estuviese ahí para acompañarte mientras sufres del peor resfriado común de la historia?—se burló.
—¡Cállate, me duele todo!
—Lo sé, mi amor, pero me gusta molestarte. Vas a tener que tomarte esa medicina o estarás enferma para siempre.
—Es que sabe fatal—me quejé como una niña pequeña.

Cuando terminamos de comer, me abrazó y me quedé dormida con la cabeza sobre su pecho. Me encantaba la película pero es que estar con él me daba demasiada tranquilidad, además, estaba muy enferma. Cuando abrí los ojos, vi que los suyos estaban cerrados y al tocar la piel de su brazo, estaba helado así que lo cubrí con la manta y en seguida entró en calor. Su melena negra y rizada estaba por todas partes, y aunque suene extraño, me tomé unos minutos para observarlo dormir. Era tan precioso...todo en él me encantaba, era...simplemente todo lo que mi yo de cinco años soñaba, ese príncipe azul que en algún momento vendría a rescatarme. Ese era él, y ya había venido. De repente, sus pestañas oscuras dejaron paso a aquellos hermosos ojos azul claro.

—Hola—sonrió y sentí que se me quitaba el resfriado.
—Hola—acaricié su mejilla y se acercó para besarme—. Te vas a enfermar tú—me alejé un poco.
—Me da igual—volvió a hundir sus labios en los míos y lo abracé.
—Vas a tener que tomarte la medicina asquerosa.
—Yo sería bueno y me la tomaría—hizo una mueca y reí, aunque acabé tosiendo.
—Seguro que sí—lo miré enternecida—. ¿Sabes que te amo?
—Hailey, no te vas a morir—rió.
—¡No te lo digo por eso, idiota!
—Lo sé—me dio un beso corto—. Yo también te amo, enfermita. Pero ¿sabes cómo te amaría más?—estiro el brazo hacia la mesita de noche.
—¿Si me tomara la medicina?
—Exacto—me dio el vasito y lo miré asqueada.
—Pero mira ese color, y tiene cosas flotando—señalé.
—Son burbujas. Venga.
—Está bien...—me la tomé de un solo trago y me dio un beso corto a la vez que me quitaba el vasito vacío.
—Bien hecho. Es verdad que sabe raro—frunció el ceño.
—Eres tonto—le di la espalda.
—Oye—rió abrazándome desde atrás—, no te enfades.

De repente, estornudó y lo miré.

—No lo dig...
—Te lo dije—sentencié.

Rock One-shotsWhere stories live. Discover now