cuarenta y dos🍒

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Madison se encontraba sentada en el sillón, sola, no había nadie en esa sala.

Todos estaban ocupados en cosas que ella no entendía, cosas en las que ella no tiene que meterse.

Había escuchado el llanto de su papá, había escuchado la furia y el llanto de su mamá, había escuchado los gritos de su tía JB y de su tía Toni, había escuchado las risas tristes de sus tios Archie, Reggie, Fangs y Sweet Pea.
Había escuchado la charla de su tía Betty y su tía Cheryl.

A su tan corta edad, había visto y escuchado tantas cosas, que por suerte no entendía. Pero las sentía.

Se sentía triste ver como todo se volvía un caos, como todos ocultaban sus lágrimas, secandolas y haciendo como si nada pasara, como si todo estuviera bien, cuando en realidad las cosas no estaban de todas bien.

-Todo se fue a la mierda ¿verdad? -dice Jughead sentándose junto a su hija, que veía la televisión-.

- Eso creo... -susurra Madison, despegando su vista del televisor para ver a su padre-. No llores por favor, porque algo dentro de mí, duele mucho...

Jug tenía sus ojos cristalizados. No quería perder a su hija, ella es su vida y separarse de ella, algo dentro suyo moriría.
Madison se acuesta en el sofá, mientras toma la mano de su papá.

-Estoy cometiendo muchos errores... -suspira Jughead, con algo de pesar-. Estoy complicando muchísimo las cosas.

-No entiendo lo que sucede... pero parece importante. -susurra Madi, mientras que Jug acaricia su cabello-.

-Es muy importante. -le responde el ojiazul, haciendo referencia a que ella es importante-. Me pone orgulloso saber que eres tan fuerte.

Y eso es verdad, aunque Madi no entendía lo que pasaba a su alrededor, también le dolía ver como los demás sufrían, pero ella aún así seguía con su risita y sonrisa a donde quiera que valla, alegrandosle el momento a los demás.
Ella es tan fuerte y eso es algo que aprendió de Ronnie y Jug, que le habían  enseñado a nunca dejar de luchar y siempre poder levantarse sola cuando caiga.

-Tengo un poco de sueño... -murmura Madi, que de un segundo para el otro quedó completamente dormida-.

-Descanza princesa... -susurra Jughead, que seguía acariciando el cabello de su hija-.

Por otro lado, Ronnie se encontraba en la habitación, acostada en la cama, mientras secaba lágrimas que salían sin parar. Le dolía, le dolía no poder hacer nada, le dolía ver como Madison tendría que ver el infierno que se le aproximaba, le dolía ver lo mal que se encontraba Jughead y le dolía ver como ella está acostada en una cama y no tener las fuerzas suficientes para levantarse y luchar contra todo el mal que se acercaba.

-¡Mierda! -murmura Ronnie aferrándose más a las sábanas-.

En eso, siente como unos brazos la rodean, dándole calor y amor a su cuerpo frágil y frío.

-Lo siento tanto, amor... -dice Jughead abrazandola con tanta necesidad de su tacto-.

Ronnie lo necesitaba. Jughead la necesitaba. Ambos se necesitaban, nunca están completos cuando les falta el otro.

-Te amo, Jughead Jones. -murmura Ronnie dándose vuelta para besarlo-.

-también te amo, Verónica Lodge. -sonrie el ojiazul, siguiendo con el beso-.

Bonita, frágil,
Brutal,
Furtiva, curiosa,
Vital,
Desgarrada, sexual,
Confidente,
Adictiva, preciosa
Y de cristal.

Eran las palabras que se le cruzaban por la cabeza a Jughead, al sentirla, al pensar en ella, cuando la tenía cerca.

-Lo resolveremos juntos, no dejaré que Madison se la lleven de nuestro lado. -asegura Vero-.

Trying to be happy| vughead Donde viven las historias. Descúbrelo ahora