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Abrió la puerta del sótano y entró sin alguna razón, asumo que para protegerse del olor ridículamente nauseabundo en el entorno, corrí lo más rápido que puede hasta la ventilación de la cocina abrí las dos ventanas del frente y la ventanilla del cuarto de huéspedes, mientras aquel hombre confiscaba nuestro sótano, caminé prevenidamente hasta llegar al segundo piso, pero me encontré con un cuerpo tirado en medio del pasillo.

Katherine yacía en la oscuridad del pasillo, trate de despertarla pero al parecer se había desmallado por el olor tan fuerte en la casa.

— Katherine, ¿ Estas bien?

No me respondía, no se movía o presentaba un señal de vida, toque su garganta para revisar su pulso, era suave aunque seguía viva, debía sacarla de la casa para que sus pulmones se estabilizaran.

No puede alzarla, ella pesaba demasiado, sus piernas y brazos eran muy grandes, no tenía otra opción más que sacarla de la casa, la arrastre por todas las escaleras, hasta llegar a la puerta principal, la deje recostada en el buzón, mientras despertaba a mis padres.

Corrí por toda la casa hasta llegar al nivel superior, grité.

— ¡Papá, un hombre entro a la casa! lo moví fuertemente agitando su almohada de un lado a otro.

— ¿ Qué?

— Un hombre entró a la casa, se esconde en el sótano, introdujo un gas fuerte por toda las alcobas.

— Espera aquí, despierta a tu madre dile que llame a la policía desde su celular.

— Katherine esta afuera en el buzón de la puerta principal, se desmallo por el olor y no tuve otra opción que sacarla para que se regulara de nuevo.

Mi papá tomó su palo de golf del equipo nacional, caminó atentamente hasta el corredor, me miró con el rabo del ojo y me dijo.

— No salgan hasta que yo venga.

Miré la ventana del cuarto, presenciando como el granizo rebotaba en el vidrio.

— ¡ Mamá, mamá!

— ¿ Qué paso Noah? Otra vez tienes fiebre.

— No mamá, toma tu celular y llama a la policía, un hombre esta en nuestra casa, en el sótano y desconozco sus intenciones.

— ¿ De qué estas hablando, Noah?
— No hay tiempo para explicar solo llama a la policía, Katherine esta en el buzón en la puerta principal, la tuve que dejar ahí porque, el humo de la casa es demasiado dañino para nuestro pulmones.

— Noah me estas asustando.

— Mamá, no te asustes, sólo te pido que vayas al cuarto de visitantes y mires por la ventana hacía el buzón como esta.

— ¿ Y tú qué vas hacer?

— Voy a bajar a ayudar a mi papá.

Me paré en la puerta del cuarto, giré mi cara hacía la cama de mi mamá y le pregunte.

— ¿ Cuál es el precio que todo hombre debe pagar?

— Lo sé, Noah.

— Te amo mamá.

Caminé por el pasillo, en esas baldosas congeladas, sin hacer ningún ruido perturbador o innecesario, llegue a las escaleras donde daban al primer piso, sostuve la respiración para ver dónde estaba mi papá.

La ventana estaba abierta, y los muebles estaban intactos sólo se veía como una luz emanaba del Sótano, mientras las puerta estaba entre cerrada, cosa que me pareció algo raro, pues si mal no recuerdo el hombre había cerrado completamente la puerta cuando entró desde la ventana. ¿ A caso, salió del sótano a otro lugar de la casa? Por otro lado, parecía no ser un profesional dejando la luz del sótano prendida, si quería no ser detectado, no estaba haciendo un buen trabajo. De pronto escuche voces suaves brotando de esa luz tenebrosa.

TRES RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora