El heredero de Slytherin

649 44 7
                                    

Llegamos a nuestro destino, esta sala era la que soñé donde mataron a Lyria, el lugar era realmente grande, altas columnas de piedra talladas con serpientes enlazadas se elevaban para sostener un techo que se perdía en la oscuridad, proyectando largas sombras negras sobre la extraña penumbra verdosa que reinaba en la estancia.
Escuchamos un ruido, yo saque mi varita para ir hacia el lugar donde provenía aquel ruido, en ese lugar estaba una estatua grande, confirmando las sospechas del lugar de la muerte de Lyria. la estatua se podía ver mejor era un rostro antiguo y siniestro, con una barba larga y fina que le llegaba casi hasta el final de la amplia túnica de mago, donde unos enormes pies de color gris se asentaban sobre el liso suelo. Y entre los pies, boca abajo, vimos a una pequeña figura con túnica negra y el cabello de un rojo encendido.

— ¡Ginny! — susurramos los dos y fuimos hasta ella, me hinqué y le tomé el pulso, pero Harry estaba nervioso -.

—. ¡Ginny! ¡No estés muerta! ¡Por favor, no estés muerta! —Dejó la varita a un lado, cogió a Ginny por los hombros y le dio la vuelta. Tenía la cara tan blanca y fría como el mármol, aunque los ojos estaban cerrados, así que no estaba petrificada. Pero entonces tenía que estar...—. Ginny, por favor, despierta — susurró Harry sin esperanza, agitándola. La cabeza de Ginny se movió, inanimada, de un lado a otro.

— ¡Harry!, está viva, tranquilo no hay señal de que el basilisco la matara, pero ¿por qué no despierta? — pregunte —.

—No despertará —dijo una voz suave.

Yo me volteé y tomé mi varita con fuerza, es ese tal Tom el mal nacido que mató a Lyria. Es un muchacho alto, de pelo negro, está apoyado contra la columna más cercana, mirándonos, aunque más a Harry.

—Tom... ¿Tom Ryddle?

¿Tom Ryddle ?, ¡conozco ese nombre!, ¿de dónde? ¿de dónde?, estaba tan sumida en mis pensamientos, Pero la voz de Harry me saco de ellos y voltee a verlo.

—¿Qué quieres decir? ¿Por qué no despertará? —dijo Harry desesperado—. ¿Ella no está... no está...?

—Todavía está viva —contestó Ryddle—, pero por muy poco tiempo.

—¿Eres un fantasma? —preguntó Harry dubitativo. Estaba pendiente de la plática, pero igual tomaba mi varita y la mano de Ginny, su temperatura corporal estaba bajando y se veía más pálida

—Soy un recuerdo —respondió Ryddle tranquilamente— guardado en un diario durante cincuenta años.

Ryddle señaló hacia los gigantescos dedos de los pies de la estatua. Allí se encontraba, abierto, el pequeño diario negro que Harry había hallado en los aseos de Myrtle la Llorona. Durante un segundo.

—Tienes que ayudarnos, Tom —dijo Harry, volviendo a levantar la cabeza de Ginny—. Tenemos que sacarla de aquí. Hay un basilisco... No sé dónde está, pero podría llegar en cualquier momento. Por favor, ayúdame...

Mi mente está divagando en busca de información.... un minuto es Tom, ese Tom Marvolo Ryddle heredero de Slytherin y Lord Voldemort. Imposible que nos ayude, Ginny fue la que abrió la cámara, que idiota he sido ella escribió en el diario de Tom y conociendo la magia negra que utiliza la manipuló. Ryddle no se movió. Harry, sudando, logró levantar a medias a Ginny, eso que lo estaba ayudando. Vi como buscaba la varita, pero ya no se encontraba donde la dejo.

—¿Has visto...?

—Gracias —dijo Harry, tendiendo la mano para que el muchacho se la devolviera.

— Harry no te la va a dar — le dije el me vio con confusión — No es una persona de caridad y es alguien con un alma podrida.

Una sonrisa curvó las comisuras de la boca de Ryddle. Me miró y luego a Harry seguía jugando con la varita.

Artemis Black- Harry Potter y la cámara secretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora