𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴 𝘵𝘦𝘭𝘭 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶. (𝘚𝘩𝘪𝘬𝘢𝘮𝘢𝘳𝘶 𝘕𝘢𝘳𝘢)

𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚌𝚞𝚊𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚎

Ｄａｎ

—¿Qué tal? —le mostré mi dibujo.

—No es tan malo.

—¡Oye! Mis dibujos son excelentes —dije sacándole la lengua—. Eres muy malo conmigo, Sai.

Miré su dibujo.

—Es muy bueno —lo señalé—. Es un paisaje hermoso.

—Gracias, creo que titularé esté —dijo sin dejar de mirarlo.

—Creí que no los titulabas.

—Lo intento desde hace un tiempo, les he dado títulos a algunos —contó.

—¿Y como llamarás a esté? —pregunté curiosa.

—Aún pensaré en el eso.

—Es increíble lo que haces con tus dibujos, nunca habría creído que se podía hacer algo así —solté un suspiro—. Es bueno tener un amigo que le guste dibujar.

—¿Por qué?

—Por qué antes de mudarme a la aldea, los niños se burlaban de mí y no era muy divertido, hasta que los golpeaba, eso sí era divertido —me estiré.

—Aquí estás —Shikamaru apareció en compañía de Ino—. ¿Qué hacen aquí?

—Dibujando —les mostré mi cuaderno—. ¿Para que me buscabas?

—Lady Tsunade te llama —miré a Sai.

—Nos veremos después, Sai —le sonreí y me puse de pie—. Ino, ¿Por qué no te quedas a hacerle compañía?

Pregunté con una sonrisa y ella solo se sonrojó acercándose a Sai. Tomé a Shikamaru del brazo y nos dirigimos a la temporalmente "Torre Hokage".

—Shikamaru —ambos nos detuvimos.

—Mamá, ¿Qué pasa? —preguntó nervioso al notar la expresión molesta de su madre.

—Entregale su almuerzo a tu padre —se lo mostró—. Lo volvió a olvidar.

—Que problemática, lo olvidó porqué ha estado ocupado —se excusó—. ¿Verdad, Dan?

—Que irresponsable, tu madre tiene cosas mejores que hacer y ustedes haciendo que les traiga el almuerzo —dije cruzada de brazos y negando haciendo que él me miré sorprendido—. Ya no son unos niños.

—Dan tiene razón —Shikamaru tomó su almuerzo—. Querida, Shikaku me contó todo, lo estás haciendo muy bien.

—Gracias, Yoshino-san —le sonreí un poco apenada.

—Mamá, tenemos que ir con Lady Tsunade.

—Oh, claro, nos vemos —se despidió y nosotros seguimos con nuestro camino.

—Creí que estarías de mi lado —negué con un movimiento de mano.

—Pensaba en hacerlo, pero es tu madre y no la quiero hacer enojar —le sonreí—. Por lo menos no fuiste golpeado.

—Fastidiosa —besé su mejilla.

Al llegar a la oficina de mi madre encontré a Shikaku-san, Shizune, Sakura y Kakashi-sensei con ella.

—¿Para que me llamabas? —pregunté.

—El Raikage ha pedido otra reunión en tres días, Shikaku y tú irán conmigo —asentí—. ¿Fueron al hospital?

Sakura y yo nos miramos.

—Sí, Lady Tsunade —contestó nerviosa.

—¿Ocurrió algo?

— Sakura... Se sintió un poco mal —dije con la mirada sobre mi madre—. Pero supongo que es normal.

—Deben estar preparadas para lo que verán en el campo de batalla —asentimos—. Partiremos en un par de horas, prepárate.

—Lo haré. Nos vemos después —Shikamaru y yo salimos de la oficina.

—Me muero de hambre —se quejó tocando su estómago.

—Ahora que lo dices, no he podido comer algo por estar supervisando a todos —lo miré—. Vamos por Ramen, acaban de volver a abrir.

—Es verdad, lo escuché de Naruto, vamos —tomó mi mano y nos dirigimos al nuevo puesto de Ramen.

—Pero miren quienes son, la princesa Dan y Shikamaru —sonreí en forma de saludo a Teuchi.

—Solo dime Dan —me senté—. ¿Naruto ha venido?

—Sí, pero desapareció y después volvió, aunque ya no pudo comer —contó preparando nuestros tazones—. Muchos le pidieron su autógrafo.

—Lo sé, creo que es un poco molesto, no lo dejan comer —dije con tristeza—. Y con las ganas que él tenía de comer mucho Ramen.

—Dos tazones de ramen —los colocó frente a nosotros—. Disfrútenlo.

—¡Gracias! —tomé unos palillos y comencé a comer—. Mi madre dijo que te invitaron al consejo de guerra para que comiences a tomar experiencia.

—Mi padre dijo lo mismo, a mí me parece todo un fastidio, pero no tengo nada más que hacer —sonreí de lado al oír eso.

—A ti todo te parece un fastidio y aún así eres el mejor en eso —me miró sonriendo—. El segundo mejor.

—¿Segundo mejor? ¿Quien es el primero? —le guiñé y me señalé.

—Soy la mejor en todo —dije con orgullo—. Tu novia ahora es muy importante para la aldea.

—Siempre has sido importante para mí —acercó su mano a mi mejilla sin borrar su sonrisa—. Problematicamente importante —dijo acercando su rostro al mío.

—Y tu eres fastidiosamente atractivo —me acerqué a punto de juntar nuestros labios.

—¡Dan-chan! —Naruto apareció haciendo que nos alejemos—. Al fin puedo venir a comer un poco de Ramen.

—Naruto, nos dijeron que desapareciste —habló Shikamaru.

—Sí, el gran sapo me llamó para contarme sobre una profecía nueva —contó con emoción.

—¿Y que dijo? —pregunté curiosa.

—Algo sobre una isla paradisíaca y que encontraré a un pulpo que me enseñará algo —fruncí el ceño confundida—. Y que me enfrentaré a Sasuke.

—Ya veo —coloqué mi mano sobre su hombro—. Todo estará bien, si salen heridos, estaré para salvarte.

—Gracias, Dan-chan —asentí.

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