Ｄａｎ
Me encontraba sentada sobre el escritorio de la recepción del hospital esperando a que algo interesante pase.
—¿Quien era ese chico del otro día? —preguntó Sakura con curiosidad.
—Oh, es un chico de la aldea de la nube. Sabe sobre Ninjutsu médico.
—Y era muy lindo —asentí.
—Lo sé —fruncí el ceño recordando a Shikamaru—. Pero ya me gusta alguien, aunque no me escuche.
—¿Por qué discutieron?
—Una idiotez.
—Bueno, seguro lo solucionan. Iré a ver el entrenamiento de Naruto —se levantó.
—Claro —se despidió y se fue—. Iré a comer algo, vuelvo en unos minutos —avisé.
Fui a comer un gran tazón de ramen a Ichiraku, el mejor ramen del mundo.
—Hola, Dan-chan —saludó Hinata.
—Hola, Hinata —se sentó a mi lado—. ¿Has visto a Naruto? —pregunté comenzando a comer mi ramen.
—Sí, se está esforzando mucho —asentí con una sonrisa.
—Así es, de verdad lo está haciendo bien —miré mi tazón—. Deberíamos esforzarnos también nosotros.
—Estoy entrenando con Neji para volverme aún más fuerte, Naruto siempre me inspira a ser mejor —golpeé su brazo con mi codo.
—Eso y el amor que sientes por él —se sonrojó mucho ante mi comentario—. Tranquila, Naruto por ahora solo tiene en mente ser un gran ninja y es por eso que no piensa en mujeres, con Sakura solo lo hace para hacerla molestar, pero te aseguro que algún día se dará cuenta.
—Es fácil para tí, pero yo no puedo evitar sentirme muy nerviosa a su lado, ni siquiera puedo hablar bien con él.
—Es normal, cuando apenas conocía a Shikamaru sin querer lo terminaba golpeando —solté una pequeña risa.
Me quedé charlando con Hinata unos minutos más hasta que ambas terminamos de comer. Volví al hospital dónde esperé en la recepción a algún paciente.
—¡De prisa! —se escuchó una voz familiar gritar eso.
Levanté la mirada y vi a Shikamaru, Chouji, Ino y un par de ninjas más trayendo a alguien.
—¡Dan-chan! —me levanté y corrí a Ino—. Es Asuma-Sensei.
El equipo médico trajo una camilla y lo colocaron sobre ella.
—Tiene heridas muy severas —dije con mi mano sobre su pecho—. Llamen a mi madre.
—Lady Tsunade tiene una reunión con los ancianos —mordí mi dedo pulgar pensando en algo.
—Llevenlo a la sala de urgencias —ordené sujetando mi cabello—. Yo lo haré.
Se lo llevaron lo más rápido posible.
—¿Que ocurrió? —pregunté caminando a la sala de urgencias.
—Se enfrentó contra unos Akatsuki —me detuve en seco al oír eso.
—¿Quienes? —me giré para mirar a los tres, pero ninguno contestó—. ¿¡Quienes eran!?
—Un sujeto llamado Hidan y su compañero —contestó Shikamaru.
—¡Le dije que corriera! Ustedes quédense aquí.
—Dan, yo...
—No es momento para una disculpa —lo corté.
Le di una última mirada y entré a la sala.
—Muy bien, comencemos —coloqué mis manos sobre Asuma y comencé a tratarlo—. Iniciaré deteniendo las hemorragias y sanando las heridas más profundas y peligrosas.
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—Lo logró, está estable —dijo uno de los médicos.
—Bien —alejé mis manos—. Quiero que lo tengan en observación, no puede recibir visitas hasta encontrarse en mejor estado.
Salí de la habitación y al hacerlo encontré a mi madre llegando en compañía de Shizune.
—¿Estás bien? —asentí.
—Asuma está con vida, buen trabajo, Ino —ella se acercó y me abrazó llorando.
—Gracias por entrenarme, si no hubiera sido porque siempre eras dura conmigo, no lo hubiera logrado.
—No me tienes que agradecer —me soltó y sonrió—. Por ahora no recibirá visitas.
Me acerqué a mi madre.
—Bien hecho —me sonrió colocando su mano en mi hombro—. Deberías ir a descansar.
—Estoy bien, iré a ver si hay más pacientes —dije caminando a la recepción.
—¡Dan! —ignoré su grito y seguí caminando—. Oye —me Sujetó del brazo haciendo que lo mirara.
—¿Qué quieres? —hice que me soltará.
—Quiero disculparme —me crucé de brazos y lo observé con atención.
—Te escucho.
Soltó un suspiro.
—Perdón por todo lo que dije —pasó su brazo por detrás de su nuca—. Debí escucharte antes de hablar.
—Sí debiste hacerlo.
—Quería disculparme antes de irme, pero entonces te ví con ese sujeto —sonreí.
—Ah, sí. Shī, es muy lindo, sabe Ninjutsu médico, es inteligente, fuerte y de la aldea de la nube —dije con un tono falso de emoción—. Oh, y me contó un poco sobre su aldea.
Shikamaru se acercó y juntó nuestros labios con rapidez. Al separarnos le sonreí y se alejó rápidamente cuando estuve por golpearlo.
—¡Vuelve a dudar de mis capacidades y te arranco la cabeza! —le grité mientras me mira con miedo.
—Que problemática eres —soltó una suspiro—. Prometo no volverte a hacer enojar.
—Más te vale —se acercó lentamente.
—¿Ya no me golpearas?
—Intentaré no hacerlo —se detuvo frente a mi.
—Mi padre dijo que tal vez tu ves algo en él que nadie más ve.
—Así es, probablemente veo el lado bueno de algunos "malos" —dije haciendo comillas.
—Entonces cuentame todo lo que sabes.
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