Capítulo.22.

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Falta menos de una semana para mi cumpleaños número quince, todos piensan que estoy completamente fascinada con la idea de la enorme fiesta que tiene mi padre preparada (todos los años es la misma historia, mi padre me obliga a invitar a todo el curso, el día de la fiesta me somete a utilizar vestidos, según él, "hermosos", y en cuanto a los invitados, los únicos que van son Diego, Franco y Tomás, yo me termino poniendo ropa cómoda y vamos a ver una película, luego a comer helado y por último vamos a la casa de Diego para jugar videojuegos. A mi padre no le gusta mi forma de pasar el "asombroso día de mi cumpleaños", según él, todos los cumpleaños son una fecha extremadamente importante que hay que celebrarla, lo que yo no entiendo es ¿por qué voy a querer celebrar que estoy un año más vieja?, en cuanto a mi madre... ella piensa igual que yo y le agrada la idea de que pase el día con mis verdaderos amigos).

Ahora estoy entrando a la escuela con una pila de invitaciones para la fiesta, de muy mala gana empiezo a repartírselas a mis compañeros.

-Oh, hola Yesi- dice Brisa besando mi mejilla- ¿qué es eso?- pregunta señalando la pilita de papeles que sujetan mis manos.

-Son invitaciones para mi cumpleaños número quince- le espeto entregándole una invitación, a lo cual ella suelta una especie de chillido aturdidor y empieza a saltar mientras aplaude y suelta grititos.

¿Qué le ocurre?

Levanto una ceja en señal de confusión.

-Es tu cumpleaños número quince niña, ¡eso es asombroso! te aseguro que iré- exclama con notable felicidad en sus ojos.

-Odio festejar de esta forma mi cumpleaños.

-¿Qué?- pregunta seriamente.

-No me gusta participar de fiestas.

-Por favor, niña... ¡SON TUS QUINCE AÑOS! Eso es lo más asombroso que puede pasarte.

-¿Qué es lo taaaaan asombroso? sólo me vuelvo un año más vieja, como todos los años- le entrego una invitación a Lucas.

-Aghs, según mi punto de vista, cumplir quince años le demuestra a todos que ya no eres una niñita, que eres independiente, que ya no debes estar constantemente bajo las interminables órdenes de tus padres, aparte festejarlo es divertido.

Nunca había pensado que festejar mis cumpleaños demostraría que cada vez soy más "madura" e independiente... en fin, yo sigo sin querer la fiesta.

Me encojo de hombros y sigo repartiendo invitaciones con la ayuda de Brisa (resulta que ella es la niña menos insoportable de las estiradas)

Hay veces en las que quisiera saber las cosas que decían ellas a mis espaldas, pero creo que no vale la pena embarrar el presente con el pasado... a veces la gente cambia...

Me saca de mis pensamientos un empujón, caigo al suelo.

-Fíjate por dónde vas, no soy invisible- le digo quien sea que me haya empujado.

Levanto la mirada y me encuentro con esos hermosos ojos verdes que hacen que mi respiración se corte, observo por el rabillo del ojo que Brisa se empieza a alejar de nosotros al igual que el resto de mis compañeros que se encuentran cerca.

-Lo siento, no te vi...

-Descuida- lo interrumpo aún en el piso.

Nico me tiende la mano y yo la acepto, me ayuda a levantarme, mi cuerpo queda a muy poca distancia del suyo, extraño estar cerca de él, que me haga reír con sus tonterías, que hablemos de cualquier cosa, no, no extraño lo que hacía con él, lo extraño a él...

Miradas y SonrisasWhere stories live. Discover now