Capítulo.19.

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Luego de suplicarle a mi madre innumerables veces que me deje salir con Nico hoy, ella cede y me da una conversación de media hora sobre que debo cuidarme y que no debo ilusionarme, yo simplemente asiento una y otra vez hasta que me dice que puedo ir a prepararme

Busco en el armario unos jeans azules, una remera suelta color gris con el estampado de un tigre rojo en el centro y unas zapatillas deportivas, recojo mi cabello en una coleta de caballo y agarro un bolso del mismo color de mi remera, allí meto mis llaves, mi celular, y mi billetera.

Cuando termino de arreglarme, suena el timbre, saludo con un beso a mi madre y bajo corriendo las escaleras.

-Hola- me dice con una hermosa sonrisa.

-Hola.

Nico está vistiendo una remera negra que tiene el logo de Nirvana, unos jeans azules y unas Vans rojas.

-Estás muy linda- me susurra al oído mientras empezamos a caminar hacia no sé dónde.

Mis mejillas se ruborizan, no puedo creer que Nico controle el color de mis mejillas. Él se ríe un poco y luego entrelaza sus dedos con los míos.

-Al parecer te gusta Nirvana y Los Rolling Stones- le digo para cambiar de tema.

-Pues, si, ¿y a ti?

-También.

Estoy muy tensa, esta es mi primera cita con un chico y no sé cómo actuar, aunque si Nico me pidió salir con él luego de ver mis peores reacciones, ah de ser porque enserio me quiere, pensar sólo en eso hace que me ponga roja como un tomate.

-Oye, no te he dicho nada- dice riendo un poco.

-¿Qué?

-Estás roja, ¿te sientes bien?

-Si, es que... no importa ¿si?-no puedo ser más tonta- ¿a dónde vamos?

-Al parque- dice con una enorme sonrisa.

Luego de caminar unas cuadras en completo silencio, Nico me pone una bufanda, que no sé de dónde sacó, en los ojos para que no pueda ver nada, empezamos a caminar por una especie de ¿sendero? no lo sé, por algún lugar con desniveles, pasa lo que me parece una eternidad y Nico me saca la bufanda de los ojos.

Lo que veo es asombroso, el lugar está rodeado de árboles con luces, como las que hay en el jardín de la casa de mi padre, miro hacia el cielo y distingo unas pocas estrellas, el lugar huele a verde, miro que debajo de un sauce llorón hay un mantel con cuadros rojos y una canasta.

-¿Qué te parece el lugar?- dice Nico dirigiéndome hacia el sauce.

-E-es her-he-hermoso- digo tartamudeando.

Nos sentamos como indios sobre el mantel, los dos muy cerca. Es como si este lugar fuera de película.

-¿De dónde conoces este lugar?- le pregunto a Nico, quien me está mirando a los ojos.

-Mi padre siempre que no estaba entrenando nos traía aquí y hacíamos juegos o un picnic y cuando oscurecía mirábamos las estrellas, es un poco raro pero...-lo interrumpo.

-Es muy lindo.

Él sonríe y abre la canasta, de allí saca dos emparedados que tienen carne, lechuga, tomate y creo que champiñones, luego saca dos pequeñas botellas con jugo y por último una pequeña flor.

-Para ti- dice entregándome la hermosa margarita, mi flor favorita.

-Gracias- digo sorprendida de que Nico sea tan lindo conmigo.

Nunca creí que Nico fuera este tipo de chico, pensé que era una versión Lucas pero menos insoportable.

-Esto es muy lindo de tu parte- le digo agarrando con delicadeza la flor- no sé que decir.

Miradas y SonrisasWhere stories live. Discover now