Capitulo 24: Nuestro pequeño lugar.

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—Perdon por levantarte, quería verte a solas. —dice Jackson luego de unos minutos en silencio.

—No te preocupes, yo también quería verte. —le sonrío. El morocho me hace una seña para que nos sentemos en el césped, donde había colocado la mantita con los almohadones.

Una vez recostados, nos pusimos boca arriba y nos quedamos en silencio, disfrutando de la presencia del otro y mirando las estrellas.

Era una noche increíble. El cielo estaba completamente estrellado y había una luna llena hermosa. El clima no era para nada caluroso, estaba a la temperatura perfecta.

—¿Recuerdas todas las noches que pasábamos observando el cielo cuando eramos niños? —pregunta el morocho de ojos verdes.

—Claro que lo recuerdo. Siempre nos levantabamos cuando todos dormían, nos acostabamos y observabamos las formas y dibujos que hacian las estrellas —sonrío al recordar todos los momentos que he vivido con este chico.

—Mira —señala el cielo oscuro— allí hay una flor. —observo el lugar que me muestra.

—Es verdad. Y por allá —ahora la que le indica que dirija su vista a otro lado soy yo— Hay un corazón.

—Eso más que un corazón parece una manzana deforme. —dice.

—¡Hey! Es un corazón muy bonito.

—Si lo miras borracho y con un solo ojo... pues si, es un corazón. —bromea y ambos estallamos de la risa, hasta que me doy cuenta que estamos riendo demasiado  fuerte.

—shhhh, nos oirán —lo detengo para que haga menos ruido— despertaremos a todos.

—Tienes razón. —una leve carcajada sale de su boca.

Y nos quedamos callados otra vez, sin despegar nuestra vista de las estrellas.

—Extrañaba mucho esto. —Jackson rompe el silencio.

—Yo igual. No entiendo por qué dejamos de hacerlo.

—Por qué crecimos, supongo. —responde— Pero... te propongo algo.

—Te escucho —giro mi rostro para poder mirarlo.

—Cada vez que nos extrañemos o que nos sintamos solos, nos acostaremos en el césped y miraremos las estrellas. Será una forma de sentirnos juntos.

—Me parece una idea genial.

—Este será nuestro pequeño lugar.

—Nuestro pequeño lugar —afirmo.

Jackson se reincorpora y se sienta a mi lado. Yo lo observo y hago exactamente lo mismo.

—¿Que sucede? —pregunto luego de unos cuantos segundo en pleno silencio. Sus ojos estaban clavados en mi y no despegaba su mirada.

Una sonrisa aparece en su boca— Sos muy hermosa. —ahora la que está sonriendo soy yo. —Estoy muy feliz de tenerte en mi vida pitufina.

Amo al Jackson romántico.

—Yo también estoy muy feliz de tenerte, gruñón. —se acerca a mi y su mirada baja a mis labios. Su mano derecha se posiciona en mi mejilla y empieza a acariciar la zona con sus dedos. Yo cierro mis ojos disfrutando el contacto y el momento.

—Gracias... —susurra. Abro mis ojos y lo miro— No se que pasará con nosotros cuando hablemos con tu hermano, no se si podremos estar juntos o si tendremos que separarnos, pero simplemente quiero darte las gracias.

—¿Gracias por qué? —pregunto curiosa. Su mano aún me estaba acariciando la mejilla.

—Por regalarme la mejor semana de mi vida. —responde— Nunca imaginé que una persona me haría tan feliz en tan solo siete días.

¿Me estoy enamorando? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora