¿Me estoy enamorando?

Capitulo 17: Sueño erótico

—¡NO VAYAS PARA ESE LADO! —grita Liam

—¡TE VAN A MATAR ESTÚPIDA! —ahora la que grita es Maia.

—¿Por que mierda las personas de las películas son tan idiotas? —comenta Marcos indignado— SI HAY UN PINCHE ASESINO EN TU CASA, ANDATE. NO TE QUEDES BUSCÁNDOLO Y PREGUNTADO ¿QUIEN ANDA AHÍ? -Muy real.

—Sh callense. —Jackson les tira un almohadón en la cara a todos.

Déjenme que los ponga en situación. Estamos viendo una película de terror. Vale aclarar que yo estoy acostada con la cabeza en el hombro de Jackson y tapándome los ojos. Bueno cuestión, la película trata de un señor que está poseído por el alma de un asesino serial y empieza a matar personas. Él susodicho entró en la casa de una familia y empezó a matar a todos. La chica protagonista en vez de irse de ahí, se quedo en su casa y empezó a buscarlo. ¿Que clase de persona haría eso? Nadie.

—Y AHORA SEGURO PREGUNTA ¿QUIEN ANDA AHI? —dice Maia. Dicho y hecho, la chica hizo esa bendita pregunta.

—NO TE LA PUEDO CREER. —Marcos se pone de pie— CORRE PERRA, CORREEEEEEE —le grita al televisor.

—¿PODES CORRERTE DEL MEDIO DE LA PANTALLA? -grita Jackson.

—Ah si, lo siento —Marcos vuelve a tomar asiento en su lugar.

La película continuó y si, todo murieron. La chica duró más de lo esperado pero también murió.

(...)

—Bueno, debo ir a casa. Mamá me espera para cenar. —dice Marcos poniéndose de pie.

—Te llevo. —le responde Jackson— tengo que llevar a la Pitufina a su casa a buscar la mochila para ir mañana al colegio.

—Esta bien.

—¿Puedes llevarme a mi también?  —pregunta Liam y Jackson asiente con la cabeza.

—Pelirroja, ¿querés venir? —le pregunto.

—No, vayan. Me quedo preparando la cena así cuando mis padres vuelven de la casa de la abuela ya esta todo listo.

—Bueno.

Jackson, Liam, Marcos y yo salimos de la casa. Primero fuimos a dejar a Liam, luego a Marcos y por último fuimos a mi casa. Agarre la mochila y puse los libros que necesitaba para las clases de mañana.

Finalmente volvimos a la casa de los Hale. Yo ayudé a Maia a cocinar y Jackson se puso a jugar a los videojuegos.

(...)

Estaba caminando por el pasillo del instituto, hasta que una mano me agarra y me mete dentro del cuarto de limpieza. Estaba tan oscuro que no podía ver quien era.

—Soy yo... —su voz me tranquilizó.

—Jackson. —digo su nombre— ¿Que pasó?

—Necesito besarte... extraño tus labios rubia.

Dicho esto, agarré su cara y mis labios hicieron contacto con los suyos. Extrañaba demasiado sentir sus cálidos besos en mi boca.

Sus manos me rodearon por la cintura, atrayendome más a él y mis brazos fueron directo a su cuello.

El beso era pasional y rápido. Su boca y la mía conectaban a la perfección, como si fueran dos piezas de un rompecabezas. Una de las manos de Jackson fue directo a mi trasero y le dio un fuerte y excitante apretón. Mis manos pasaron a su pecho y empecé a contornear por encima de su remera, cada cuadradito de sus abdominales con mis dedos.