15. Una putada bonita

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- ¿Cómo están mis hermanas favoritas? - preguntó Ali cuando Marina abrió la puerta del apartamento - Ven a darme un abrazo, mini Reche.

- ¡Ali! ¡Qué alegría verte por fin! - Rafi adoraba a la del pelo rizado. Sabía que había sido un apoyo imprescindible para Alba siempre, y sentía como si fuera una extensión de si misma.

- ¡Rafi! - se fundieron en un abrazo bien apretadito mientras se movían a los lados en un vaivén divertido - Gracias por invitarme a cenar hoy, no hacía falta.

- ¿Estás de broma? No vas a pasar la noche de Fin de Año con cualquiera teniendo aquí a tu familia - zanjó la madre de Alba.

- Si es que eres la mejor, ¿y dónde está mi segundo padre? - preguntó echando un vistazo a su al rededor.

- Pues ha ido a comprar algunas cosas que le he encargado, no tardará en llegar.

- Genial, toma, he traído el postre - le entregó una fuente con un pudding de arroz y almendras, típico de esas fechas en Dinamarca y Rafi fue directa a guardarlo en la nevera mientras sus dos hijas y Ali se sentaban en el sofá.

- Ali, ¿cómo es Natalia? - preguntó Marina rápidamente, no podía contener su curiosidad ni un segundo.

- ¡Marina! ¿En serio no has podido esperar ni un minuto?

- Pues no, llevo queriendo tener la visión de otra persona que no seas tú misma unos meses.

- A ver, Marina, no creo que difiera mucho de la de Alba... la chica es increíblemente guapa, no me extraña que tu hermana se haya quedado colgada con ella, la verdad. Y encima, como te habrá comentado, es un encanto. En cuanto al resto de cosas... ¿no ves su cara? - dijo señalando a Alba - No hay más que mirarla cada vez que se menciona a la morena para darse cuenta de que esa chica lo hace todo bien.

Marina y Ali se echaron a reír mientras Alba negaba con la cabeza y trataba de relajar su sonrisa preguntándose si habría puesto cara de boba.

- Sois unas pavas, en serio, ¿no maduráis? - atacó intentando sonar un poco más seria.

- Aquí no maduráis ninguna, no nos engañemos - dijo la Rafi sentándose al lado de su hija mayor y poniendo una mano en su muslo - ¿Habláis de la chica de Albita?

- ¡Mamá! ¡No es mi chica!

- Bueno, bueno - levantó las manos en señal de inocencia - Perdón, ¿habláis de Natalia?

- Si, Rafi, ¿te ha contado su historia?

- Si, cariño, y es muy bonita.

- ¿Verdad? A ver si tú eres capaz de convencerla de que no hay nada imposible en esta vida.

- Eso ya lo sabe ella, lo que pasa es que tiene un poquito de miedo - esto último lo dijo en un susurro, tapándose la boca a medias, fingiendo que no quería que Alba lo escuchase.

- Mi familia y mi mejor amiga confabuladas contra mi, estupendo - bufó dejándose caer sobre el sofá cuando escuchó sonar su móvil y salió disparada como un resorte.

- ¡Seguro que es tu no chica! - gritó Ali desde el salón, ganándose un corte de manga de su amiga.

- Hola, Nat - respondió Alba una vez entró en la habitación de Marina y se sentó en la cama.

- ¡Albi! ¿Qué tal?

- Bien, ¿qué tal tú? ¿Ya tenéis todo listo?

- Si, estaba terminando de vestirme, en seguida nos vamos a casa de mis tíos.

SIETE DÍAS EN COPENHAGUE // ALBALIAWhere stories live. Discover now