𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚝𝚛𝚎𝚒𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚜𝚒𝚎𝚝𝚎

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Dan

Caminaba por la aldea comiendo una paleta de hielo mientras me dirijo al hospital.

—Hola —pasó su brazo por mis hombros y besó mi mejilla.

—Hola, ¿Por qué tienes tu chaleco? —lo señalé.

—Iré a una misión con Asuma-Sensei —explicó—. Vine a despedirme.

—Oh, suerte —me detuve—. Ten cuidado.

—Lo haré, problemática —besé su mejilla y lo abracé.

—Tengo que decirte algo —lo miré—. ¿Tienes tiempo?

—Sí —tomé su mano y lo llevé a un lugar donde no nos escuchará nadie.

Me senté frente a él tomando sus manos y lo que mire directo a los ojos.

—He tenido contacto con Itachi Uchiha —él se sorprendió demasiado al oír eso.

—¿Qué? —asentí.

—He hablado con él desde hace casi tres años —Shikamaru soltó mis manos y se levantó—. No te enojes.

—Has estado hablando con un ninja renegado —comenzó a elevar su tono—. ¡Es quien asesinó a todo su clan!

—¡No es así! —grité molesta.

—¿Lo estas defendiendo? —asentí sin dudarlo.

—Itachi no tiene culpa de nada de eso —aclaré—. Él es el mejor ninja que la aldea ha podido tener —soltó una leve risa sarcástica.

—No lo puedo creer. ¡Es parte de la organización que busca a tu mejor amigo! —apreté los puños—. Es un peligro.

Traté de tranquilizarme para no golpearlo.

—¿Cómo se te ocurrió verte con él? —miré a otro lado—. Creí que eras más inteligente.

—Solo ves el engaño en el que todos han vivido, él no es un asesino.

—No me interesa escucharte más —di un paso acercándome a él y el suelo debajo de mi se comenzó a romper.

—¡Entonces vete! Y no me busques si no es para disculparte, porque juro que te corto la cabeza —Shikamaru me miró por unos segundos y se fue.

Caminé un poco y golpeé el suelo desquitando todo el enojo.

—Idiota.

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—¡Kakashi-sensei! —lo saludé sentandome a su lado—. ¿Obligó al capitán Yamato a hacerle un sofá de madera?

—Algo así —sonreí de lado.

—Les traje algo de comer, ¿Cómo va el entrenamiento? —pregunté dándole la canasta y observando a Naruto entrenar.

—Ha mejorado mucho, parece que de verdad quiere que sea rápido —buscó en la canasta—. Gracias por la comida.

—No hay de que —Naruto volteó y al verme se emocionó.

—¡Dan-chan! —me saludó a lo lejos—. ¡Estoy progresando mucho!

—¡Ya lo veo, te estás volviendo muy fuerte! —levanté mis pulgares—. ¡No te esfuerces hasta desmayarte!

—¡No prometo nada! —continuó entrenando.

—Kakashi-sensei —lo llamé.

—¿Qué ocurre? —preguntó prestando atención.

—¿Usted cree de verdad que los ninjas renegados eligieron ese camino por qué son malos? —me senté de una forma en la que puedo verlo mejor.

—Yo creo que sí.

—Pero, ¿Y si ellos son renegados por qué lo eligieron para hacer un bien del cual el mundo nunca se enterará? —se sorprendió por mi pregunta.

—Supongo que si es asi, deberia escuchar la historia de esa persona para comprender sus motivos —mordí mi dedo pulgar—. Sería un heroe, no cualquiera estaría dispuesto a ser tratado como un delincuente solo para salvar a muchas personas.

Abracé mis rodillas y pensé en eso.

—¿Debería ayudar a vivir a alguien que está dispuesto a ser asesinado? —mis ojos se llenaron de lágrimas al pensar en eso—. ¿Debería dejarlo ir a pesar de considerarlo de mis mejores amigos?

—¿Por qué salvar a alguien que ya no quiere vivir?

—Por qué todos merecen tener una vida feliz, disfrutar de su familia viva, para no estar solos —apreté un poco mis puños.

—Tienes razón, ¿Pero cómo harás para que esa persona decida vivir? —negué sin saber que contestar.

—No lo sé, y temo que sea demasiado tarde cuando lo averigüe —admití mirando el cielo—. Lo veré después —me levanté—. Disfruten la comida.

Comencé a correr de regreso a la aldea.

—¡Asuma-Sensei! —grité al verlo a lo lejos, pero iba acompañado del tonto Nara.

Ambos me miraron.

Corrí a ellos, pero choqué con alguien, quien simplemente me sujetó de la cintura para no caer.

—Te atrapé —sonrió muy cerca de mi rostro.

—Gracias —dije un poco nerviosa y noté el símbolo en su banda de regulación—. No eres de esta aldea.

—Soy de  la aldea de la nube, he venido para entregar algo a la Hokage —explicó sin soltarme.

—Oh, yo puedo llevarte con ella.

—Vaya, ¿Ahora te gustan los rubios como tú? —miré a Asuma que sonríe con diversión y me separé del chico mientras es asesinado por la mirada de Shikamaru.

—Entrometido —me crucé de brazos—. ¿Ya te vas de misión?

—Sí —asentí y me acerqué a su oído.

—Si encuentran a Akatsuki tengan cuidado, si hay un hombre de cabello plateado y hace un círculo rojo... Deshagan el círculo y huyan tan rápido como puedan —asintió confundido—. Por cierto, felicidades.

Me alejé de él y le sonreí.

—¿Cuál es tu nombre? —le pregunté al chico haciendo una seña para que me siga.

—Shī —contestó con un tono serio, pero con una sonrisa casi invisible.

—Un placer, mi nombre es Dan Senju, soy hija de la Hokage —expliqué.

—¿Lady Tsunade tiene una hija? —asentí.

—Tranquilo, muchos no saben eso, hasta que me conocen.

—Dan, tu nombre es lindo —solté una pequeña risa mirando ligeramente hacia tras notando como Asuma se burla de la expresión de Shikamaru.

—Gracias, eres el primero que lo dice con solo escucharlo.

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𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴 𝘵𝘦𝘭𝘭 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶. (𝘚𝘩𝘪𝘬𝘢𝘮𝘢𝘳𝘶 𝘕𝘢𝘳𝘢)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora