𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴 𝘵𝘦𝘭𝘭 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶. (𝘚𝘩𝘪𝘬𝘢𝘮𝘢𝘳𝘶 𝘕𝘢𝘳𝘢)

𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚟𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚌𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘

Ｄａｎ

Caminé lentamente por la aldea hasta llegar a ese lugar, rodeado de árboles y cubierto de pasto donde ví a Shikamaru de pie observando las nubes. Me acerqué sin hacer ruido y me arrojé sobre su espalda soltando una pequeña risa.

—¡Hola! —sujetó mis piernas para no dejarme caer.

—Eres muy escandalosa —se quejó—. Tardaste en llegar.

—Lo sé, pero tenía algo que hacer —observé las nubes—. Ahora que lo pienso, no he podido dibujar desde hace meses, mi madre me tiene muy ocupada.

—¿Algún día me mostrarás esos dibujos? —sonreí de lado.

—Hay uno que quiero mostrarte, pero será después —besé su mejilla.

—¿Cómo van tus clases a Sakura? —preguntó caminando al árbol más grande del lugar.

Bajé de su espalda y me senté debajo del árbol con él a mi lado.

—Muy bien, me di cuenta que soy muy buena enseñando —sonreí recordando cómo soy como maestra—. Sakura no ha dormido mucho, pero es porque le exijo demasiado para que mejore.

—¿Y tú estás descansado bien? —asentí mintiendo.

—Aunque también aprovecho para estudiar —lo miré con una sonrisa.

—¿Por qué sonríes así? —dijo levemente sonrojado.

—Te quiero mucho —su rostro comenzó a ponerse muy rojo y miró a los lados avergonzado provocando que riera.

—No te rías —se quejó—. Ah, que fastidiosa eres, aunque, tambien te quiero.

—Lo sé, ¿Quien no podría quererme? —tomé su mano—. Tus ojos dicen eso.

Me acerque más y junté mi labios con los suyos, sus manos tomaron mi rostro y segundos después nos separamos del beso.

—Últimamente hay muchas misiones a las que eres enviado, debemos aprovechar este día —lo abracé.

—Lo sé, también extrañé pasar tiempo contigo y escuchar tus escandalosa voz —murmuró.

—Yo no soy escandalosa —apoyé mi cabeza en su hombro.

—Sí, claro —me sonrió colocando su mano en mi cabeza.

Solté un suspiro mirando el cielo. Espero que Sasuke esté bien, en las últimas misiones que he tenido con Naruto y Sakura, simplemente lo extrañamos.

Cerré los ojos lentamente sintiendo como el sueño se apodera de mi, hasta quedar totalmente dormida.

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Caminé por la aldea hasta llegar a la sala de prácticas dónde veré a Sakura, pero al entrar ví a mi madre sentada en el sofá.

—¿Qué haces aquí? —pregunté acercándome.

—Veré la práctica de hoy, estoy arta del papeleo —dijo con una expresión de cansancio.

—Muy bien —murmuré nerviosa.

Estoy segura que quiere ver la forma en la que le enseño a Sakura para asegurarse de que lo haga bien. La puerta de volvio a abrir y por ella entró la pelirosa.

—Mi madre observará la práctica de hoy —dije al acercarme a ella—. Creo que quiere ver qué tal soy para enseñar.

Me acerqué a tomar un pergamino y lo coloqué sobre la mesa.