𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒, calum hood

（ ６２ ： ＴＯＵＲ ＳＵＲＰＲＩＳＥＳ ）

— Bueno, hola a ti también. — Rió, apretándote con fuerza hasta levantarte del suelo. — ¿Estás lista? Tenemos que ser rápidos para que no sospechen nada. — No faltaba mucho para que comenzase el concierto y Ashton quería que sorprendieras a Calum antes de que saliesen al escenario, sabiendo que eso alegraría su día de inmediato. Saber que lo estabas viendo tocar le haría demasiado feliz.

— Sí, estoy lista. Un poco nerviosa si te soy sincera. — Admitiste mientras comenzabais a caminar hacia el ascensor. Ash frunció el ceño, girando a mirarte una vez presionó el botón para bajar.

— ¿Por qué estás nerviosa? Sabes que Calum va a estar contento de verte. No es el mismo cuando tú no estás, ha estado machacándose por semanas por no haberte traído. Odia cuando no puede estar ahí cuando lo necesitas y viceversa, especialmente con nuestros recientes horarios. Siente que es su culpa que hayáis estado tan distantes últimamente.

Tú corazón se hundió al escuchar las palabras de Ashton, tus labios formando un puchero mientras las puertas del ascensor se abrían.

— No estés nerviosa, es bueno que estés aquí. Ambos lo necesitáis. Calum va a estar tan feliz, créeme. — Te aseguró, dándote un reconfortante abrazo.

Cuando llegasteis al estadio todos ya se estaban preparando para que empezase el show, los teloneros estando a punto de salir mientras los chicos se preparaban. Tus nervios estaban que se salían por el techo mientras Ashton te hacía entrar en el vestidor y sentarte en uno de los sofás.

— Quédate aquí, yo estaré de vuelta en unos minutos con Cal y los demás chicos. — Te informó con una sonrisa antes de desaparecer por la puerta en busca de sus compañeros.

Tu pierna comenzó a moverse de forma inconsciente mientras tus nervios crecían. Realmente no sabías por qué estabas tan nerviosa pero no podías evitarlo. No habías visto su cara en meses a excepción de las veces que habías hecho videollamada por vuestros teléfonos. Lo extrañabas y extrañabas su contacto, lo único que querías era que llegase ya para poder abrazarlo y besarlo.

Cuando oíste aquellas voces y risas tan conocidas fuera del vestidor tu corazón comenzó a palpitar con fuerza contra tu pecho. Tomaste una profunda respiración al ver como la puerta se abría y cuatro personas entraban.

Tres de los cuatro chicos estaban riendo sin para, mientras que Calum parecía no encontrara la gracia en lo que fuese que se estabab riendo. Sus ojos marrones se veían tristes y sus labios formaban un ligero puchero. Se veía bastante molesto en general y tú corazón se rompió al verlo así.

Una vez estuvieron todos dentro los ojos de Calum se abrieron como platos al verte sentada en el sofá con una sonrisa. Se quedó congelado en el lugar, su ceño frunciéndose mientras se giraba para ver a sus amigos, quienes le miraban con una gran sonrisa en sus rostros.

— ¿Qué cojones? — Murmuró incrédulo antes de correr hacia ti, cargándote en sus brazos con una enorme sonrisa. — Bebé, ¿q-qué haces aquí? — Volvió a murmurar contra tu cuello, sus fuertes brazos rodeando tu cuerpo con fuerza para tratar de mantenerte lo más cerca posible. Sentías como si pudieses ponerte a llorar, el contacto de su piel contra la tuya sintiéndose como si hubiesen pasado años.

— He venido para darte una sorpresa. — Respondiste con dulzura, sintiendo una cuántas lágrimas golpear la piel de tu cuello. Te separaste un poco para poder observar su rostro con detención. — No podía soportar otro día sin verte.

Calum te sonrió, sus lágrimas corriendo por sus mejillas libremente.

— No llores, bebé. Vas a hacer que llore yo también. — Reíste, sintiendo tus ojos arder mientras llevabas tus manos a su cara, limpiando las lágrimas con tus pulgares.

— Lo siento, es solo que te he extrañado muchísimo. No me puedo creer que estés aquí ahora mismo, ángel. Pensaba que tendría que esperar hasta que acabara el tour para poder volver a verte. — Lloró, una suave risa escapándose de sus labios. Su mirada viajó por todo tu rostro, parándose en tus labios antes de volver a mirar tus ojos.

No dudó en presionar su boca contra la tuya, tu cuerpo derritiéndose ante el contacto y tus manos moviéndote hasta su cabello.

— No podía esperar tanto. Dos meses ha sido suficiente. Te he extrañado tanto, Cal. — Dijiste, el frío metal de los anillos del chico contra tus mejillas haciendo que un escalofrío recorriese tu cuerpo.

— Creo que yo te he extrañado más, cielo. De verdad que no me puedo creer que estés aquí. Te amo muchísimo, bebé. Gracias por venir.

Presionó un beso sobre tu frente, dejando sus labios quietos durante un momento mientras tú cerrabas tus ojos.

— Yo también te amo, cariño.

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