𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴 𝘵𝘦𝘭𝘭 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶. (𝘚𝘩𝘪𝘬𝘢𝘮𝘢𝘳𝘶 𝘕𝘢𝘳𝘢)

𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚟𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚍𝚘́𝚜

Ｄａｎ

—Concentra tu chakra en la parte que usarás para golpear —señalé una roca—. En el puño —golpeé la roca con mi puño—. En el pie —la pateé—. O en la palma de la mano.

Me acerqué a Sakura.

—Mañana será más difícil, practicaremos tus golpes. Es todo por hoy.

Nos despedimos y me dirigí a la torre Hokage, más específicamente con mi madre.

—¿Qué haces aquí? —me senté a su lado y observé las fotografías.

—Descansando un poco.

—El abuelo Hashirama y el abuelo Tobirama se ven muy jóvenes en esas fotografías —dije con una sonrisa.

—Lo sé.

—El abuelo Tobirama es mi favorito —me miró sorprendida.

—¿Y mi abuelo Hashirama? —ladeé un poco mi cabeza.

—Mi naturaleza de chakra es de agua, y el abuelo Tobirama tenía muchos Jutsus de ese elemento, por eso es mi favorito —solté un suspiro—. Y fue el mejor.

—¿El mejor? —asentí.

—A él no le gustaba estar en su oficina, decía que el lugar de un Hokage era en el campo de batalla —sonreí de lado—. El mejor.

—¿Has intentado usar algún jutsu de madera? —negué.

—No, para lograr eso necesito manipular otras naturalezas de chakra —me crucé de brazos—. No creo haber heredado esa habilidad del abuelo Hashirama, ¿O si?

—Puede ser posible.

—Lo intentaré después, ¿Sabes? Leí sobre el Jutsu de lava, se escucha interesante —conté con emoción—. Pero debo desarrollar el elemento tierra y fuego.

—Entonces entrena más —hice un ligero puchero.

—Ya lo sé. Me estoy esforzando, por algo soy de las más inteligentes de mi generación.

—Lady Tsunade —Shizune entró y dejó una pila de archivos en la mesa de centro.

—¿Más papeleo? —pregunté observando las cosas.

—Son archivos de misiones que no han sido revisadas por todo lo que ha ocurrido en la aldea —explicó mi tía.

—Vaya, eso suena... Aburrido —admití poniéndome de pie—. Creo que mejor iré a...

—Tu me ayudarás —abrí de más los ojos.

—¿Crees que soy una niña poseedora de una inteligencia y habilidades tan tremendas que me pueden considerar de las más prodigios de mi generación? —pregunté ofendida—. ¡Estas muy equivocada, soy tonta, débil y ni siquiera me he graduado de la academia!

—Lo dijiste tú hace algunos momentos —me recordó—. Eres inteligente y prodigio.

—Demonios —murmuré—. Está bien —dije soltando un suspiro.

—Vamos a mi oficina —tomó las cosas y la seguimos.

Pasamos un rato revisando los archivos, tengo que leer atentamente todo lo que dice y si hay algo que considere preocupante debo decirle.

—Encargarme del papeleo es tan aburrido —asentí.

—Y aún queda mucho que hacer —señaló Shizune.

—¿Qué es esto? —levanté la mirada y me acerqué a ellas observando una hoja de papel.

—Parece la fórmula de una poción —murmuró Shizune.

—¿Qué clase de fórmula es? —pregunté confundida.

—Busca a algunos Jōnins desocupados y traelos ahora —ordenó.

—Sí, señora —salió corriendo.

—¿Eso no es sobre el caso de ese tal Mizuki? —asintió.

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—Ese crimen ocurrió hace un año. Un Chunnin manipuló a Naruto, lo usó para robar un pergamino secreto —explicó Asuma.

—Según el reporte final, Mizuki actuó solo, él fue castigado y encerrado, ¿No? —preguntó Kurenai.

—Eso es correcto, pero al parecer no actuó solo —hablé—. Hay suficiente evidencia que señalan a alguien que lo ayudó, la mente maestra de todo. Está es una de las pistas —mostré la hoja.

—Cuando Mizuki fue confinado en la prisión, encontraron esté papel. En su momento los guardias creían que era un escrito inofensivo —continúo explicando mi madre.

—¿Qué es? —preguntó Shizune.

—Aún no lo sabemos, pero se parece a algo encontrado en un lugar donde Orochimaru solía experimentar con humanos —terminó.

—¿Está diciendo que Orochimaru está detrás de todo esto? —dijo Kurenai sorprendida.

—Un chunnin solo e inexperto con un pergamino como ese no podría hacer nada con él, le faltaría poder —contestó con calma—. Kurenai, Asuma, vayan y descubran todo lo que sabe Mizuki.

—¡Sí!

Ambos se marcharon. Me volví a sentar y observé mis manos. Pasó un tiempo en el que intenté tranquilizarme, pero no podía.

—Hay algo que no me gusta en todo esto —hablé—. Quiero ir.

—¿Qué? —asentí.

—Sé que algo no anda bien.

—Muy bien, pero lleva a un equipo médico contigo.

—De acuerdo.

—Y no aceptó ser Jōnin —escuché decir a mi madre antes de que saliera de su oficina.

Comencé a correr por la aldea hasta llegar al hospital.

—¡Equipo médico, ahora! —grité entrando—. Lady Tsunade necesita que vayamos a la prisión.

Un par de ninjas se acercaron y corrimos lo más rápido posible.

—Prepárense, tengo la sospecha de que los prisioneros escaparon, posiblemente los guardias estén muy heridos, hay muchos ninjas fuertes en ese lugar —dije con el ceño fruncido.

—¡Sí!

Ví a lo lejos la prisión, comenzamos a correr por el puente, todo está muy tranquilo, sabía que algo no andaba bien.

—¡Ahí están! —grité al entrar y ver a los guardias en el suelo junto a Asuma y Kurenai.

Me acerqué a ambos y comencé a curarlos.

—Cuando estén estables llevenlos de inmediato al hospital —dije con mi mirada sobre Naruto.

El equipo médico puso a Kurenai y Asuma en camillas.

—Naruto, de regreso a la aldea.ñ —lo llamé sujetando su brazo—. Lo arreglaremos después.

Todos comenzamos a irnos.

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