Capítulo 17.

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A lo largo de mi vida he leído dos increíbles maneras de ceder ante la muerta sin miedo; que bueno es marcharse y todos nos vamos, debo confesar con total sinceridad que mi expresión favorita es, todos nos vamos, sin embargo si yo tuviese que despedirme algún día con alguna frase que a la postre van a recordar, sería, te veo allá o...

Que hermoso es allá.

Puesto que no sé como es allá y tampoco sé si es hermoso, transcurrió una semana desde la última vez que me esforcé con la terapia de sonido, los masajes dieron resultado ya que el dolor de cabeza desapareció, Dahyun tenía un aspecto más brillante, la migraña remitió y por alguna razón observar cada mañana la manera en como caían las hojas amarillas de un árbol en específico surtió un extraño efecto en ella, pese a que repentinamente sus lagunas mentales iniciaron a llenarse, pero otras jamás regresaron.

Porque ellas se fueron, se marcharon, seguramente la verán allá.

Me esforcé por resignarme al fallo en mi sistema nervioso, traté de alentarme a seguir, pero sin parangón debo asegurar que los acúfenos cambian la vida.

La manera en como te relacionas, la manera en como te diriges hacia las personas, tu estilo de vida, porque de repente tu vida deja de ser tuya y comprendes que debes dejarte llevar por la corriente debido a que en algunos casos no puedes frenarlos, no puedes hacer que esa parte de ti se marché.

Miraba a Hoseok todos los días, pero había algo en su mirada cada vez que nos encontrábamos que le evitaba decir algo, Taehyung atendía a las personas que estaban mejorando con respecto a su padecimiento, así como le brindaba seguimiento para quienes sus migrañas, mareos y dolores de oídos no remitían. Sulli continuaba siendo Sulli aunque los destellos en su rostro en ademán de sonrisa eran más frecuentes lo cual se me hacía inexorablemente difícil no recordar a Miyeon a pesar de que no eran nada parecidas.

El guacamayo Oli constantemente se le escapaba a la infante, pero siempre lo encontraba y regresaban a estar juntos y yo por otro lado me sentaba casi todas las tardes bajo aquel árbol con flores moradas para poder dibujar, siempre llevaba en mano el reproductor, sin embargo no trataba de buscar mi frecuencia correspondiente ya que me había dado por vencido.

Había retomado la vieja costumbre de dejar notas en páginas que particularmente olvidaba, a veces las flores me sobresaltaban cuando caían sobre mi cabeza, existían tardes donde me limitaba a sentarme bajo las ramas frondosas del árbol e inundar mi sensitivo con el canto de las cigarras el cual a decir verdad jamás llegó a cubrir mis acúfenos a como esperaba la alquimista. Me sentaba en ese lugar para poder lamentarme, sabía que Taehyung, Dahyun, Sulli y yo no lo merecíamos, no merecían que yo les hiciera esperar por mi mejoría y ni siquiera me esforzara.

Pero me sentía exhausto, deseaba apoyar mi cabeza sobre sobre la tierra cubierta por todas las flores que había mudado la descomunal planta, esa tarde bajo la calidez del atardecer cerré mis ojos y apoyé mi cabeza sobre el tronco, traté de enfocar mi atención en lo que había a mi alrededor, escuché el canto de los pájaros, la brisa del aire chocando contra las hojas de los árboles y unas pisadas rompiendo delgadas ramas bajo sus pasos, abrí mis ojos rápidamente encontrándome con la imagen de unas rodillas delante mío.

Alcé mi cabeza para poder el rostro de Kim Taehyung.

"Hola" me dice, veo las ojeras bajo sus párpados avisándome que ha tenido días ajetreados.

"Hola" lo saludo con una sonrisa, hay un puente en medio del espacio impuesto a los días que hemos estado alejados, la soledad del bosque me ha ayudado a encontrar parte de mí que estaba perdida, sin embargo aún no lograba descifrar.

"¿Estás bien?" me pregunta cuando en movimientos agiles se sienta a mi lado, apoya su espalda en el tronco y mira hacia el horizonte cubierto por los árboles "Es muy hermoso aquí" hago una recolecta mental de todas las frases mencionadas antaño.

Destino [Hopemin] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora