𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘦𝘺𝘦𝘴 𝘵𝘦𝘭𝘭 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶. (𝘚𝘩𝘪𝘬𝘢𝘮𝘢𝘳𝘶 𝘕𝘢𝘳𝘢)

𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚌𝚊𝚝𝚘𝚛𝚌𝚎

Ｄａｎ

—Que bueno que iremos a ver esa película, tengo muchas ganas de verla —dije con emoción.

—Yo también, Dan-chan.

—¡Será genial! —abracé a Naruto—. Es verdad, no comí nada —busqué en mi mochila y saqué mis bolas de arroz.

—¿Te hiciste de comer tan temprano? —negué con una gran sonrisa.

—Yoshino-san se enteró que tenía una misión fuera de la aldea y me envió comida con Shikamaru —solté un suspiro.

—Así que estás saliendo con Shikamaru —comencé a toser por el comentario de Sakura.

—¡No es así! ¡Su madre solo se preocupa por mi! —fije sonrojada—. Eso no tiene nada que ver con qué su hijo me gust... ¡Olvidenlo!

Seguí comiendo en silencio.

Al llegar al cine entramos a la sala y minutos después comenzó la película mientras nosotros la vemos desde el lugar que elegimos. La película comenzó y todos estábamos muy concentrados hasta que Naruto gritó.

—¡Sí! ¡La princesa ventisca vence al mal una vez más!

—¡Oye! ¿¡Qué haces ahí arriba!? —gritó uno de los encargados y Naruto cayó al suelo.

—¿Qué demonios le pasa? —se sobó la cabeza.

—¡No te hagas el tonto, se metieron sin pagar, pequeñas sabandijas!

—Se equivoca, estamos entrenando y teníamos que ver la película.

—¿Entrenando, para que? —bajamos del techo y nos pusimos al lado de Naruto.

—Tenemos entradas —mostré la mía.

—¿Son ninjas de la hoja? —asentí.

—¡Claro que sí, está frente al próximo Hokage! ¡Naruto Uzumaki, vivito y coleando! —de pronto algo lo golpeó en la cabeza y seguido de eso, muchas cosas fueron arrojadas en nuestra dirección.

—¿¡Cómo se atreven!? —grité molesta acercándome a ellos, pero Sasuke me sujetó.

—Salgamos de aquí —ordenó y junto con Sakura me tuvieron que sacar antes de golpear a esas personas.

—¡Déjame darles una lección! —grité tratando de volver.

—No podemos, tenemos que ver a Kakashi-sensei —recordó Sakura.

—¡Los buscaré y lo pagarán! —advertí dejando que me lleven.

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—Nuestra misión es proteger a Yukie Fujikaze —explicó Kakashi-sensei cuando nos encontrabamos con los que nos contrataron.

—Es la actriz que interpreta a la princesa ventisca —dije apoyando mis manos en mi asiento.

—¿Proteger? —interrogó Sasuke.

—Bueno, tal vez no tanto como proteger, si no, cuidarla —aclaró.

—La próxima película de la princesa ventisca será la primera que se filmará en el mar —contó uno de los trabajadores de la película—. Y creo que sobra decirles que ella es un poco diva.

—En serio, estoy muy apenado.

—¿Saben algo? Ustedes son muy impresionantes, se encargaron de los guardaespaldas disfrazados de extras como si fuera un juego de niños y miren que son de los buenos —dijo el que parece ser el director.

—Gracias, pero lamento haberlos golpeado mucho, invadieron mi espacio personal, y me aplastaron —me crucé de brazos.

—Que paisajes —murmuró Sakura mirando las fotos.

—Es el glaciar del arcoiris, en la tierra de la nieve —una voz desconocida nos hizo dirigir nuestra atención a la persona.

—Oye, tu haces a Burikin —señaló sorprendida.

—Ahí es donde vamos a filmar las escenas climáticas del final de la película —habló otro hombre.

—¡Y tú eres Hidero, tu haces a Shishimaru! —miré a Sakura.

—Es mucho recorrido para filmar una película —dijo Sasuke.

—SandaYu, el representante de Fujikaze, recomendó ampliamente el lugar, y según dice él, el glaciar cambia a siete colores diferentes en la primavera —fruncí el ceño confundida.

—Creí que no había primavera en la tierra de la nieve —miré a Kakashi-sensei.

—Y estás en lo correcto, en ese lugar es invierno todo el año —me sonrió.

—Tu eres Kakashi, ¿Cierto? Sé que no es tu primera vez en la tierra de la nieve.

—¿Cuando fue? —pregunté curiosa.

—Fue hace mucho tiempo.

—Dicen que también es una nación muy pobre —otro hombre se acercó.

Sakura lo observó comenzando a decir quién era él, su querido Sukiakuru Michi.

—Es tan lindo —murmuró enamorada.

—Tienes gustos muy raros —dije mirando al hombre—. No es guapo.

—Tus gustos son raros, te gusta Shikamaru —miré a otro lado avergonzada.

—Silencio —sus palabras se repitieron en mi mente—. ¿A qué te refieres con que mis gustos son raros?

Sakura me miró.

—¡Shikamaru es lindo, tu tienes gustos feos! —soltó una risa.

—Solo bromeo.

—Oigan, no creo que debamos estar hablando tan cómodamente mientras Naruto está con ella —todos me miraron—. Si dicen que es muy diva, no quiero imaginar cómo se está portando con él, además, el barco está por zarpar.

—Dan tiene razón, deberíamos buscar a Naruto —me apoyó Sasuke.

—¿Pero dónde podría estar? —pensé un momento.

—Apuesto a qué está en algún bar —dije con una sonrisa—. Eso haría mi madre.

—Tiene razón, se dónde pueden estar —el representante de Yukie comenzó a caminar y nosotros lo seguimos.

—¿Y si no quiere ir? —pregunté.

—Tenemos que llevarla a como de lugar, es parte de nuestra misión —asentí.

Llegamos a un bar encontrando a Naruto con Yukie quien ya estaba muy habría y obviamente no quería ir con nosotros.

—Bien, creo que no tengo otra opción —Kakashi-sensei le mostró su Sharingan y ella solo cayó dormida.

—Bueno, andando —me encogí de hombros y comencé con el camino al barco.

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