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—¡SAKURA!—El padre de la chica entró en su habitación hecho una fúria, por lo que la castaña lo miró confundida.—Pensaba que habías invitado a una nueva amiga a estudiar a casa.

—Sí, Haruhi debe estar al llegar—Respondió la joven todavía extrañada por la actitud de su progenitor.—Pensaba que os parecía bien?

—Me parecía bien una chica—Dijo el hombre alarmado—No siete chicos tan ridículamente atractivos.

—Sie-no fastidies—Sakura bajó corriendo las escaleras hasta llegar a la entrada principal del restaurante familiar, donde por un lado había una cola de unas 10 personas esperando para recoger su comida, y por otro se encontraba el Host club en plenitud—¡QUÉ CARAJO-ejem- Qué hacéis aquí?

—Sakura, lo siento, he intentado detenerlos pero-—Intentó explicar Haruhi que realmente mostraba arrepentimiento en sus expresiones y gestos. La de pelo largo la detuvo.

—Seguro que no es culpa tuya, Haruhi, no te preocupes.—Después de disculpar a Haruhi, la chica mató a los miembros del host club con la mirada.—A qué viene esto?

—El qué?—Preguntó Tamaki—Hemos pensado que si Haruhi podía venir, nosotros también ¿no?

—¡No! Esta casa no es como las vuestras—Bufó la chica—Es un espacio pequeño, compartido con más gente y con una de las plantas ocupadas por un local. No cabemos todos arriba. Además no tiene sentido que estéis aquí, la mayoría sois de cursos superiores.

—Significa esto que nosotros sí somos bienvenidos?—Dijeron los gemelos con una sonrisa, recibiendo una mirada asesina por parte de la chica, que los calló inmediatamente.

—No seas tan dura querida—La madre de la chica salió, mientras fregaba un plato—Seguro que podemos hacerles un sitio a estos muchachos tan apuestos, de hecho una de las mesas grandes aquí abajo acaba de quedar libre.

—Disculpe señora pero llevo aquí una hora y media esperando a comer.—Se quejó una de las personas de la cola.

—Entonces seguro que no le importará esperar un rato más—Dijo la mujer seria.

—Mamá!—La chica guió a los primeros de la cola hasta la mesa que había quedado libre —Por favor disculpen las molestias, la primera ronda de bebidas está en la casa.

—No es nuestra intención molestar, señora—Kyoya hablaba con la madre de Sakura, que estaba sonrojada mirándolo a él y a Tamaki—Le agradecemos su hospitalidad.

—Oh, no es molestia, enseguida echo a alguien para que os podáis sentar.—Dijo la mujer girándose para ver donde podían sentarse.

—Haré espacio en mi habitación, no eches a nadie—dijo Sakura rindiéndose.

—No tendrías problemas con eso si no la tuvieses llena de maniquíes.—Dijo la madre con una sonrisa.

—No empieces—Dijo por último antes de guiarlos todos a su habitación.

—Sakura-chan—La chica miró a Hani—, No sabíamos que te íbamos a causar tantos problemas, lo siento mucho.

—Yo también—Afirmó Mori.

—Lo hecho, hecho está—Suspiró ella llegando—esperad aquí.

Los chicos echaron un vistazo a la habitación mientras Sakura apartaba algunos maniquíes. Debía tener unos 8, esparcidos por toda la habitación.
Lo dejó todo frente a unas estanterías, repletas a más no poder de telas de todos los colores y texturas posibles.

—Entrad, ahora traigo la mesa—Dijo la chica saliendo. Los chicos entraron y curiosearon por encima la habitación, además de la aglomeración de telas, maniquíes y material de costura, la chica poseía una colección considerable de libros, la mayoría de fantasía, y muchas libretas repletas en su mayoría de diseños de prendas, entre las páginas de las cuales se podían encontrar dibujos ocasionales de personas o de animales. Uno le llamó la atención a los gemelos, ya que se trataban de unos gatos siameses sobre el regazo de una mujer dormida. Dichos animales parecían estar protegiéndola.

Pocos segundos pasaron hasta que Sakura llegó seguida de Haruhi, entre las dos cargaban una mesa baja de madera oscura, lo suficiente grande como para que cupiesen todos para estudiar. Los chicos ni siquiera habían visto el momento en el que Haruhi había ido a ayudar a la chica, en ese instante parecía lo lógico, pero en su momento no se les había pasado por la cabeza que pudiese necesitar ayuda.

Sakura repartió varios cogines por el suelo y se sentó en uno de ellos. No quería admitirlo ya que estaba en contra de la intrusión, pero en el fondo era muy emocionante que sus padres la dejasen traer a tanta gente a casa. Años atrás, la mera sugerencia de traer a más de dos personas aunque fuese a merendar solía resultar en una riña por parte de sus progenitores.

—Siento que no sean las comodidades a las que estáis acostumbrados.—Dijo ella sacando los cuadernos de uno de los cajones de su escritorio.—Decidme si estáis incómodos o si necesitáis algo.

—Otro cojin no me vendría m-—Hikaru fue interrumpido por un puñetazo que le propinó Kaoru en el brazo.

—En absoluto, Mitsuhide-san—Dijo el gemelo con una sonrisa.

—Tu casa es muy acogedora—Completó Tamaki, finalmente todos se pusieron a estudiar en sus cosas, y los chicos resultaron ser de mucha ayuda con las dudas que tenía Sakura.

𝕊𝕥𝕪𝕝𝕚𝕤𝕥 {Ouran High School Host Club} Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu