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Sakura Mitsuhide, la creadora de la marca Mist designs, llegó a la clase sin los aires de grandeza que caracterizaban a los alumnos de esa escuela.

Llevaba una chaqueta cubriendo su vestido. Los Hitachiin fueron rápidos en saltar a la conclusión que, como Haruhi, la chica era otra plebeya que no podía permitirse el uniforme de aquella escuela elitista. Se lo susurraron a la susodicha que rodó los ojos y observó a la bienvenida detenidamente.

Kyoya les había explicado un poco lo que había descubierto de la chica, diciendo que sería de especial interés para Haruhi.

Por lo visto, igual que ella, la recién llegada venía de una casa humilde. Sus padres eran los dueños de un pequeño restaurante. Haruhi reconoció el nombre inmediatamente, era aquel que había querido probar durante tanto tiempo, donde, según los rumores, se servía el mejor ramen del mundo.

Haruhi esperaba que ahora que la hija de los dueños era su compañera, podrían colarla a través de la extensa cola que se formaba en el lugar a lo largo del día.

Haruhi habló sobre la fama del restaurante de los padres de la chica al ouran host club que, pese a estar asombrados, dudaban que el dinero que hacía un pequeño restaurante local, por muy exitoso que fuese, pudiese pagarle una plaza a la chica en el lugar, sin embargo, ni siquiera Kyoya había sido capaz de encontrar ninguna otra entrada de dinero que le estubiese pagando los estudios a la chica, solo una cantidad desconocida que parecía hacer por Internet, quizás con vídeos o algo así, por lo que asumieron que, por algún motivo, había sido becada en secreto.

Al llegar a su sitio, la joven de cabellos castaños retiró su abrigo, mostrando un precioso vestido amarillo que, pese a ser del mismo estilo y color que el uniforme, era completamente distinto.

Haruhi, pese a su desinterés en la moda, cayó rendida ante aquel vestido.
Los Hitachiin, siendo de una familia de diseñadores, miraron a la chica boquiabiertos.
Esta les dirigió una sonrisa gentil que provocó un sonrojo en los tres.
Haruhi enseguida notó la belleza de la chica. Tenía un pelo liso, castaño, que parecía suave y brillaba y se movía como un líquido.
Sus grandes ojos rasgados, de color ambar, parecían recorrer el sitio con curiosidad, mientras una sonrisa tímida adornaba sus labios carnosos y le daba una apariencia adorable ala chica que, de algún modo, se las apaña a para parecer extremadamente madura y adorable al mismo tiempo.
Por algún motivo, la chica estaba rodeada de un aura de misterio que intrigaba a todos los miembros presentes del host club.

En horas de "trabajo", los tres narraron a sus compañeros y invitadas la aparición de la nueva alumna, cada uno a su manera, siendo la versión de los gemelos la más exageradamente dramática y la más escuchada y la de Haruhi la que solo Kyoya se detuvo a escuchar ya que quería saber más de la recién llegada.

Al día siguiente, en clase, Haruhi se armó de valor y se acercó a la chica para intentar hablar con ella. Kyoya le había dicho que le reduciría la deuda si era capaz de averiguar más de ella, y además la misma Haruhi estaba interesada en conocerla.

Con paciencia se abrió paso entre la orda de alumnos que le disparaban preguntas a diestro y siniestro. Mientras lo hacía escuchó a una chica.

—Te doy cinco millones de yens si remodelas mi vestido para que sea como el tuyo!— dijo apurada. Derrepente aquello se convirtió en una extraña subasta y la chica, que no tuvo oportunidad para hablar, se escabulló como pudo y salió del salón. La discusión estaba tan ajitada que Haruhi fue la única en darse cuenta de la ausencia de la chica.

La siguió por los pasillos, guiándose al principio por el rechinar de las suelas de goma de las antiguas botas de la recién llegada, y finalmente siguiéndola de cerca.
La chica se metió en los aseos y encendió el grifo.

Haruhi miró alrededor asegurando que no hubiese nadie antes de meterse al baño.

—Que intensa es la gente rica—la oyó murmurar, y soltó una carcajada inevitable.

La joven se giró ante el sonido, alarmada pensando que serían sus compañeras preparadas para una segunda ronda de "quién da más?"

Su sorpresa fue al ver a una joven con el uniforme de chico.

—¡Nadie me dijo que las chicas también podíamos llevar pantalones!— se quejó con un soplido. Haruhi se la quedó mirando sorprendida. —al menos sé que tu no me vas a pedir que remodele tu vestido...

—No lo tenía en mente— dijo la de pelo corto con una sonrisa. —Soy Haruhi, encantada.

—Sakura— respondió ella con una sonrisa tímida. Detrás de Haruhi se escuchó el estruendo de la campana que finalizaba el período y daba paso a la hora de comer. Sakura chascó la lengua. —Me he dejado la comida en clase...—

—Yo también— admitió Haruhi —Si esperamos unos cinco minutos la clase estará vacía.—

—Esta bien...— la chica miró a Haruhi de arriba a abajo —Ese uniforme... No lo has pagado tú, no? De hecho... Por lo que veo no creo que puedas permitírtelo. Eso o tienes mucho más valor por las cosas que el resto de la gente aquí

—Sí que me has calado rápido.— la felicitó Haruhi con sorpresa—Lo cierto es que lo pagaron unos amigos. No, no puedo permitírmelo. Estoy becada aquí, igual que tu.

—¿Qué te hace pensar que estoy becada?—Se rió la chica. A Haruhi se le fué el color de la cara, imaginaba formas de decirle que sabía bastante sobre ella pero ninguna acababa bien.—Es broma mujer, imagino que mi actitud debe haberlo revelado.

Haruhi asintió frenéticamente, con un sudor frío todavía recorriéndole la espalda después de lo que se había librado.

𝕊𝕥𝕪𝕝𝕚𝕤𝕥 {Ouran High School Host Club} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora