Nota de la autora: éste capítulo aún necesita ser revisado debidamente. Estará expuesto a cambios durante los últimos días dado a que hay algunas cosas que no me convencen en la forma en la que están escritas, en especial la participación de los personajes.
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Mientras pasaban los días, Foxy estaba cada vez mejor y su salud no había vuelto a empeorar.
Una mañana, Mangle decidió ir al pueblo para distraerse. No había nada nuevo en los alrededores, las mismas personas gentiles que trabajaban duramente. Era un día nublado pero iluminado. Mientras Mangle caminaba, se encontró con un viejo amigo suyo.
—¿Mangle?
Miró al dueño de aquella voz grave y gruesa. Se trataba de T.Freddy, un hombre castaño casi de la altura de ella con rasgos de oso. Mangle recordó sus momentos juntos, durante un tiempo, T.Freddy gustaba de ella y su tía la alentaba a aceptarlo, pero ella nunca lo hizo.
—Hola, T.Freddy.
—¡Ha pasado tanto tiempo! ¿Por qué no te he visto? Y mírate nada más, estás muy crecida.
Mangle se sonrojó un poco, no halagada, sino avergonzada, no le agradaba recibir esa clase de comentarios de parte de él.
—Bueno, las personas cambian —expresó siendo amable.
—Insisto en que demos un paseo, por favor.
Aunque un poco resignada, Mangle aceptó. Ella y T.Freddy comenzaron a caminar por las partes más alejadas de las personas del pueblo. T.Freddy no era alguien interesante para Mangle, ciertamente era un caballero, pero sus costumbres la aburrían totalmente.
—¿Qué haces ahora?
Mangle fue quien se animó a hacer conversación, T.Freddy sonrió.
—Ya sabes, el negocio familiar.
Freddy era de una familia acaudalada dueña de grandes propiedades. Esto también era razón para que su tía alentara a Mangle a ser su novia.
Ambos pasaron junto a la laguna, justo donde meses atrás Mangle había paseado junto a Foxy. Su espíritu se alegró al recordar a Foxy. La laguna estaba exactamente igual y se veía igual de hermosa. Lo único diferente en el momento era su compañero, quien se dedicaba a hablar de temas que a Mangle en realidad no le interesaban. Mangle notó cierta emoción en T.Freddy.
—¿Y ahora estás casado?
—No, por el momento ninguna dama a captado mi atención después de tí.
A Mangle le incomodó la respuesta, y trató de distraerse mirando a la laguna. Unas aves volaban el cielo azul y ellas se reflejaron en el agua cristalina.
—Veo que te gusta la laguna.
Mangle asintió sonriendo.
—Es muy hermosa, y me trae buenos recuerdos.
T.Freddy miró atentamente a Mangle y como ella miraba ilusionada el paisaje. La tomó de las blancas manos.
—Mangle —dijo con seriedad y acarició un mechón de los blancos cabellos de la albina—. Me gustaría pedirte algo.
Pero Mangle no tenía ninguna expresión, más bien, le preocupaba lo que T.Freddy podría decir a continuación. En ese instante, por su mente sólo pasaba el nombre de Foxy. Se mantuvo quieta y sin mostrar ninguna emoción ante los actos del castaño.
—Tanto tiempo sin verte, y me gustaría pedirte que seas mi esposa.
—T.Freddy, esto es una locura —dijo con total seguridad.
—Lo sé —T.Freddy sonrió—. Pero ya sabes que nos conocemos desde niños, te he estado esperando mucho tiempo, Mangle…
En ese momento, T.Freddy puso una de sus manos en la mejilla de Mangle pero ella se alejó bruscamente frunciendo el seño. La propuesta obviamente le pareció tan atrevida como ofensiva: ¿cómo iba a pensar T.Freddy que ella aceptaría eso así nada más? Ahora estaba molesta, enojada por su comportamiento.
—Creo que ya debo irme, gracias —dijo con molestia.
Mangle se marchó rápidamente dejando a T.Freddy sólo. Entendía que él la conocía bien, después de todo, podría decirse que se conocían desde siempre, pero su propuesta era totalmente apresurada y atrevida. Llegando a casa, ya casi había anochecido y le contó a su tía lo ocurrido. Ella recordó claramente a T.Freddy y seguía convencida de que un noviazgo entre ellos no sería tan mala idea. Obviamente, la señora Fritz desconocía totalmente lo que Mangle sentía por Foxy, de lo contrario no pensaría de esa manera.
—No estoy preparada para el matrimonio —fue toda la respuesta de Mangle.
Mangle visitaba a Foxy todas las noches antes de ir a dormir, o a veces Foxy la visitaba a ella. Solían contarse historias o simplemente hablar de cualquier cosa que les cruzara la mente, en sus conversaciones predominaban las charlas sobre la poesía y el romanticismo. Esta noche, fue Mangle quien decidió visitar a su amigo. Lo encontró en su escritorio escribiendo, esto la decepcionó un poco, ella esperaba que Foxy descansara, aunque ya estaba casi recuperado o al menos estable, lo mejor para él era el reposo. Pero Foxy era testarudo y parecía decidido a seguir escribiendo mientras tenga vida.
—Buenas noches —saludó entrando en la habitación.
Foxy se levantó del escritorio y la saludó para luego sentarse en la cama.
—Hola Manguito.
Mangle sonrió por el apodo, ya llevaba tiempo llamándola así, pero desconocía el porqué. Precisamente esa noche se acordó de preguntarle.
—¿Manguito? ¿Por qué me llamas así? —preguntó sonriente sentándose junto a él.
—Sólo te sienta bien.
Ambos rieron.
No podían negar que se creaba una armonía perfecta cuando estaban juntos, como si los dos fueran almas destinadas a la compañía de la otra. Ambos sentían variedad de sentimientos y deseos cuando estaban juntos. Aún no olvidaban aquel beso junto al piano, pero no lo mencionaban, no lo consideraban necesario, pero era claro que entre ellos existía un lazo que los unía. Mangle examinó el cuerpo de Foxy para deducir como ha estado de salud, al parecer, todo estaba en orden.
—¿Cómo te has sentido hoy?
—Mucho mejor, y más ahora que estás aquí conmigo.
¿Había alguna cosa en Foxy que no hiciera a Mangle ruborizar y sonreír? Al parecer no, y en este momento eso fue justo lo que sucedió. Foxy sonrió levemente al mirar la reacción de Mangle.
—¿Entonces ahora estás mejor? ¿No te has sentido débil o algo?
—No, todo está bien conmigo.
—Me alegra que así sea…
Mangle se levantó de la cama y Foxy al principio le extrañó esto, aún no quería que ella se fuera, pero Mangle no iba a irse, sólo se puso de pie.
—Yo… escribí una pequeña melodía para tí para cuando me dijeras que ya estabas mejor.
El rostro de Foxy se iluminó y una alegría se hizo notar en él.
—Me gustaría escucharla.
Así, pues, Mangle comenzó a cantar.
Era una canción suave y armoniosa. La letra fue lo que más emocionó al joven zorro pelirrojo. En la letra, Mangle expresaba su sentir de alegría por algo inesperado que la ha hecho despertar. Enfocaba las cosas bellas de la vida y que la paciencia era la mejor virtud, también resaltaba el hecho de un acontecimiento inolvidable. Foxy entendía profundamente estos significados, e involuntariamente sonrió ante la canción preparada por su amada Mango.
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ᏟON ᏢᎪᏢᎬᏞ Y ᏢᏞᏌᎷᎪ [FOXANGLE] ||TERMINADA [✓]||
Fanfiction«ᴀᴍᴀᴅᴀ ᴍᴀɴɢᴏ, ᴘʀᴏɴᴛᴏ ᴇsᴛᴀʀᴇᴍᴏs ᴊᴜɴᴛᴏs ᴏᴛʀᴀ ᴠᴇᴢ...»✒️ . . . Entre Mangle y Foxy crece un tierno amor, pero la vida juega con el amor de la pareja, y ahora, lejos de su amada, Foxy le escribe amorosas cartas a Mangle, haciéndole saber cuánto la ama. L...
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