En algún pueblo de Italia, año 1849
El otoño había terminado y ahora los altos árboles del espeso bosque estaban teñidos de una escarcha blanca y suave. Los animales silvestres se ocultaban protegidos del frío penetrante del duro invierno; pese a todo esto, el gran bosque no dejaba de ser una visión hermosa y magnífica, y ésto era justo lo que pensaba la linda joven mitad zorro que paseaba por entre los árboles.
Se trataba de una doncella de piel y cabellos tan albinos como los mismos copos de nieve que caían delicadamente y se posaban sobre su esponjoso abrigo invernal. Aún siendo excesivamente blanca, poseía rojos labios que hacían contraste con su pálida piel y unos dulces ojos ámbar. Una joven inegablemente hermosa y atractiva de diecinueve años. Soltera, pero no le hacían falta pretendientes en los cuales de ninguno estaba interesada.
—¡Mabel, mira!
La albina nombrada se dio la vuelta para mirar a su pequeña hermana, recibiendo de su parte una helada bola de nieve en el rostro. La menor comenzó a reír, pero en poco tiempo sus risas fueron calladas:
—Melisa… —habló la mayor con seriedad en su voz.
Melisa era también una niña con rasgos de zorro en su aspecto pero no contaba con una piel tan blanca como la de su hermana, aún así, su tez era bastante clara.
Por un momento, la chiquilla se sintió asustada y preocupada ante el pensamiento de estar en problemas con su hermana mayor, recordó que a su hermana no le gustaba ser llamada por su nombre y, con el sentimiento de culpa bajó la mirada. Fue cosa de cuestión de segundos y la pequeña Melisa también había sido atacada por otra bola de nieve.
—No es justo atacar tomando desprevenida a tu adversaria —dijo Mangle mostrando una ancha sonrisa en cuanto tenía otra bola de nieve en sus manos.
Entre ambas hermanas comenzó una batalla de bolas nieve, y sus risas alegres y vivas resonaban y hacían eco en el bosque.
—¿No te parece absurdo? —preguntó Melisa entre risas sin dejar de arrojarle nieve a Mangle.
Mangle relajó un poco su sonrisa y se acercó a su hermana suspirando cansada sin soltar la bola de nieve que tenía en su mano.
—Ahora que lo mencionas… —pausó en tanto pensaba una respuesta—… No.
Dicho esto, estampó la bola de nieve sobre la cabeza de la niña y rió nuevamente.
—¡Oye, no es justo! —protestó Melisa y se cruzó de brazos haciendo un tierno puchero.
Mangle la miró enternecida.
A lo lejos, cerca de una colina en el bosque, había una mujer en la puerta de una inmensa casa con muchas comodidades: se trataba de su tía, que siempre las había cuidado y que para ellas era como su madre.
—Bueno hermanita, debemos irnos —anunció y acarició los cabellos de Melisa mientras le arreglaba los mismos y la ropa.
—Yo quería pasar más tiempo aquí.
—Vendremos mañana —sonrió tras terminar de arreglarla y ambas fueron a la casa.
Ambas jóvenes caminaron de regreso a su hogar por entre el camino de árboles que les abrían paso. Parecían estar en un portal de nieve y esto fue algo que notó Mangle. Mangle era muy observadora y amaba ver los pequeños detalles en todo, así como detalló a la distancia a una lechuza tan blanca como ella volar por entre los árboles. Sonrió.
Una vez llegaron a las puertas de la elegante casa en la colina, a Mangle le sorprendió ver a la señora con una sonrisa y no con expresión indiferente.
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ᏟON ᏢᎪᏢᎬᏞ Y ᏢᏞᏌᎷᎪ [FOXANGLE] ||TERMINADA [✓]||
Fanfiction«ᴀᴍᴀᴅᴀ ᴍᴀɴɢᴏ, ᴘʀᴏɴᴛᴏ ᴇsᴛᴀʀᴇᴍᴏs ᴊᴜɴᴛᴏs ᴏᴛʀᴀ ᴠᴇᴢ...»✒️ . . . Entre Mangle y Foxy crece un tierno amor, pero la vida juega con el amor de la pareja, y ahora, lejos de su amada, Foxy le escribe amorosas cartas a Mangle, haciéndole saber cuánto la ama. L...
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