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Las miradas taladraron el cuerpo de Harry ese día apenas puso un pie dentro de las oficinas. Llevaba una caja vacía entre sus brazos, en donde planeaba empacar las cosas que había dejado en su escritorio antes de ser despedido.

Viajaba escoltado por Louis y el señor Horan, quienes no se habían despegado de él desde esa mañana. Les había prometido que los ayudaría a encontrar a Niall, pues no planeaban sentarse a esperar a que el reloj marcara las cuarentaiocho horas de desaparición.

Desfiló hasta el piso en donde solía trabajar, siendo acribillado por la lluvia de miradas en su dirección. Harry prefirió asumir que el resto lo miraba por la forma informal por la que había llegado vestido. Cuando le preguntó a Louis que ocurría, él no supo cómo responder.

—No lo sé. Con lo de Niall no me he puesto al corriente de lo que ocurre en la empresa. —le dijo, justo después de que el señor Horan se excusara a su oficina. Recogería un par de cosas y luego se re direccionarían a su casa.

Harry bufó, enfilándose a su escritorio con la mirada perdida y sus hombros caídos. Tenía un aspecto de muerte, arrastrando el fondo de sus pantalones demasiado largos, su cabello parecía un nido que no se había molestado a arreglar esa mañana.

La compañera del cubículo de al lado lo miró por un momento, antes de regresar al trabajo, pero por la rigidez de sus movimientos, Harry supo que estaba muy consciente de su presencia.

Terminó de limpiar su escritorio, dejando al final el retrato que Piper le había regalado meses atrás. Lo tomó entre sus manos, mirándolo con nostalgia. Aún tenía rastros de marcador de aquella vez que Niall había dibujado sobre el rostro de Piper.

Sus ojos picaron y sintió como si su garganta hubiera sido estrangulada.

Arrojó la fotografía a la caja con fuerza y pasó sus manos por su rostro frustrado, resoplando. Cuando tomó la caja cargada de vuelta entre sus brazos, vio a la misma mujer mirándolo de nuevo, y en el momento en que sus miradas se encontraron, ella apartó la vista de inmediato.

—¿Cuál es tú maldito problema? —Harry no pudo evitar arremeter contra ella, haciéndola respingar en su lugar.

Aparentemente, su voz había abandonado su boca con un volumen más alto de lo que pretendía, pues las personas a sus alrededores se encontraban mirándolo también.

—¡Si tienen algún problema pueden decírmelo a la cara! —exclamó hacia ellos, pero para su frustración, no recibió otra respuesta más que las intensas miradas.

Sintió un par de manos tranquilizadoras sobre sus hombros, arrastrándolo hacia atrás, lejos de la conmoción. Cuando estuvieron en la seguridad del corredor, miró a Louis con la expresión cargada de emociones entremezcladas. Estaba asustado, y sus ojos verdes albergaban una tormenta indescifrable. Harry simplemente no podía lidiar con tantas emociones al mismo tiempo.

—Vamos a encontrarlo y todo estará bien, ¿sí? Su padre daría hasta el último centavo por traerlo a salvo, nadie va a hacerle daño —Louis le aseguró con la voz dócil.

—¿Y qué pasa si lo que quieren no es dinero? —aquel pensamiento incursionó a la cabeza de Harry de la nada. Pudo notar por la mirada de Louis, que lo había tomado por sorpresa.

—Entonces ya veremos qué hacer.

• • •

Esperaban al señor Horan junto a la garrafa de agua cerca de recursos humanos, escapando de las miradas insistentes que siempre viajaban en dirección a Harry. El castaño estaba a punto de colapsar. Todo se acumulaba sobre sus hombros a un ritmo acelerado y no sabía cómo aguantar el peso. Quería darse por vencido y dejarse ser aplastado.

boss; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora