𝚃𝚑𝚎 𝚇 𝚏𝚊𝚌𝚝𝚘𝚛

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"Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas." - El principito.

Luego de ese día no volvimos a tocar el tema. Aunque la decisión de elegir a alguno de los dos siempre pasaba por mi mente. Muchas cosas cambiaron, teníamos menos tiempo para vernos, aunque esos momentos los aprovechamos al máximo. Harry había empezado a trabajar en la panadería W. Mandeville los sábados. Según él, quería ahorrar un poco de dinero para comprarse cosas y que además trabajar le iba a ayudar a ser un poco más responsable. Ese era el motivo que les dio a todos y era verdad a medias, el otro motivo que no mencionaba era Louis, quería verlo más seguido, necesitaba dinero para viajar a Manchester o Doncaster, me lo dijo cuando lo aceptaron en el trabajo. Los sábados yo tenía clases de piano con mi padre. El era muy bueno tocando el piano, pero que fuera mi padre no le quitaba lo estricto. Lo primero que me enseñó fue como sentarme, lo que me parecía una estupidez pero de verdad que sirve. Después aprendí a posicionar los dedos, luego a leer las partituras y aprender a tocar canciones. A medida que iba aprendiendo más notas, las canciones se iban dificultando, mi padre me enseñó lo clásico, Mozart, Beethoven, Bach, etc. Así estuvimos los siguientes cinco meses del 2009, Harry trabajando y yo aprendiendo a tocar piano. Ellos se juntaron una vez en Manchester, fue un dia domingo. Harry no me decía nada de lo que pasaba entre ellos, pero yo sacaba mis conclusiones al verlo. Al solo decir su nombre se le escapaba una sonrisa. Yo pensaba si él tenía las mismas actitudes conmigo, ya que yo solo me fijaba en las que tenía con Louis. Gemma me ayudó con eso. Para mi decimocuarto aniversario de cumpleaños mi madre quiso realizar una pequeña celebración, ahora que lo pienso nunca he celebrado mi cumpleaños en grande.

Ese día iban a venir unos amigos de mis padres y Harry con su familia. Mi madre me había preguntado si quería invitar a algunos amigos de la escuela, pero a decir verdad ninguno de ellos los veía como amigos, mas bien eran compañeros con los que podía compartir después de clases y nada más. Ese año mi cumpleaños fue un día lunes, mi padre tenía que arreglar unas cosas en su trabajo y volvía, mi madre se quedó conmigo en casa ya que estábamos de vacaciones. En la mañana de ese día mi abuela se dedicó a hacer pastelitos para la reunión, mi padre llegó justo a almorzar, cocinamos lasaña. Luego todo se volcó a la decoración, como mi madre es diseñadora ya tenía todo planeado, intentar ayudarla era estúpido. Así que con mi padre nos dedicamos a limpiar el patio y la parrilla, mi padre amante de las barbacoas no iba a dejar pasar esa oportunidad. Iba a empezar temprano, que yo estuviera de vacaciones no significaba que las demás personas no tuvieran que trabajar. Me empecé a preparar, cuando ya estaba bañada y vestida, tocaron la puerta, mi madre entró a la habitación.

-Estaba pensando que ocuparas una trenza, así tu cara quedará despejada y no te molestara.- me dijo agarrando el cepillo, yo asentí.

-¿Puedo hacerte una pregunta?.- ella comenzó a peinar mi pelo para poder hacer la trenza.

-Claro mamá.- Le dije mientra me ponía los aretes.

-¿Por qué no te caen bien tus compañeros de la escuela?.- Preguntó, mi primer reflejo fue reírme.

-No es que no me agradan, solo se que cuando salgamos de la escuela ellos ni siquiera se acordaran de mi nombre, probablemente yo tampoco el de ellos pero disfrutamos el momento, lo que hace innecesario que vengan a mi cumpleaños.- Justifique, ella solo negaba con la cabeza.

-Okay, entiendo tu punto, pero necesitas más amigos.- sugirió.

-Tengo a Harry.- En ese momento no necesitaba a nadie más, en él encontraba todo.

-Me alegra que lo tengas a el.- me dijo, término la trenza, le había quedado muy bonita.

-Gracias mamá.- le dije mientra ella retiraba el pelo de mi hombros.

𝐇𝐎𝐌𝐄Where stories live. Discover now