Nuestro.

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Narra Neji

—Neji-kun~—___ algo borracha se apoyó en mi hombro.

Todos nos encontrábamos después de la cena en una sala de las aguas termales y, en algún momento Ten-ten saco sake que había sido robado a nuestro sensei.

Yo, me resistí a probarlo, pero mi estúpida cita no. Y aunque me cueste admitirlo, escucharle llamarme así me hace estremecer.

—No hagas eso.—Le dije, susurrándole. No quería que el resto de borrachos se pusieran igual de pesados al escucharme. Miré al frente.

Noté como sus músculos se tensaban a mi lado.

—Entonces tu tampoco me susurres así, Neji-kun.—Mire a la castaña de reojo.

Tenía su cuello estirado, para mirarme directamente a los ojos, aún con su cabeza apoyada en mi hombro. Su cara estaba sonrojada  por los mofletes y la nariz debido al alcohol, y sus ojos algo entrecerrados, aunque con una mirada muy decidida. Tenia la boca entreabierta con una mueca coqueta.

Giré mi cabeza hacia el otro lado y noté como ponía una de sus manos sobre mí muslo.

—___ no hagas eso.—Repetí, poniendo mi mano sobre mi cara, intentando contener  mi sonrojo.

Oí una risa muy sonora y, entre los dedos de mi mano sobre mi cara, dirigí mi mirada allí. Un Naruto también bajo los efectos del alcohol es quien carcajeaba.

—Tienes la misma cara de pervertido que Ero-sennin cuando vamos a algún antro.—Dijo el rubio.

Fruncí el ceño, mostrando molestia, pero no pareció intimidarle.

Luego mire a la castaña, la cual se había unido a sus carcajadas, y tampoco fue intimidada por mí molestia.

Me crucé de brazos, era Neji Hyuuga y pedía un poco de respeto.

—Neji-kun~ No te enfades—Demandó ___, mirándome nuevamente de aquella manera. ¿Llevaría aquel sujetador rojo que vi en su cajón una vez? Noté la sangre subir a mi cabeza y luego volver a bajar, y una capa de sudor resbalar por mí frente. La pequeña mano de ella se posó en mi cabeza.—Ultimamente te sube la temperatura con facilidad.—Comentó.

Resoplé sonoramente. La mire de nuevo, sus pechos chocaban suavemente contra mí anatomía, y de nuevo la imagen del sujetador rojo atormento mi mente y mi pulso se aceleró. ¿En qué momento me convertí en el pervertido del que me acaba de acusar el Uzumaki?

Noté como uno de los dedos de la castaña resbalaba por mí mejilla, para luego trazar mi mandíbula y de manera brusca me relaje, e inconscientemente mordí mi labio interior.

Miré alrededor: Lee y Ten-Ten dormían plácidamente sobre el suelo, incluso podía ver su baba cayendo desde aquí. Mientras, Ino y Sakura discutían, y Shikamaru, Choji y Shino observaban la escena mientras mantenían una conversación tranquila. Naruto estaba en una esquina sentado, con su espalda sobre la pared, y parecía pensar.

Miré de nuevo a mí cita, y casi sin pensarlo la agarré de la mano, levantandonos a ambos y comenzando a caminar.

Abrí la puerta de aquella sala con fiereza y cuando quise darme cuenta ya estábamos en la calle.

___ no oponía resistencia, tampoco se quejaba, de hecho, había una pequeña y disimulada sonrisa en su rostro.

—¿Tienes frío?—Pregunté.

Lo cierto es que era de noche, el frío azotaba, y la indumentaria de mi cita no le favorecía en aquello.

—Un poco.—Dijo casi en un susurro y asintiendo levemente.

Por ti. [2° temporada]Where stories live. Discover now