Miedo.

11.8K 1.1K 238
                                    

[Leer con multimedia]

NARRA ___

Había ocurrido.

Perdí el control y la oscuridad me había cegado, literalmente.

Había pasado una semana desde aquella misión, pasé el primer día en el hospital, y luego me quedé en casa y no salí para nada.

Yo solo tenía recuerdos borrosos y más que eso, parecían imaginaciones, ilusiones. Algo así, pero no algo real.

Y lo que más me asustaba de todo esto era que no sentía nada. Solo algo parecido al miedo.

Ya no sentía opresión en el pecho. O alegría al estar con Naruto. Ya no sentía ansias de saber todo sobre todo lo que había a mi alrededor. O ganas de hacer reír y de reír.

Solo miedo.

Y, aun que quería saber que había pasado, no dejaba acercarse a nadie.

El Uzumaki lo había intentado. Quiso abrazarme, y lo hizo, pero yo no me moví, por que no veía la necesidad. Solo sentía su tacto sobre mi.

Jiraiya se sentó a mi lado. Lo sé por que la silla de mi costado se movió.

Se quedó ahí, un rato, en silencio. Ninguno decía nada. Solo transcurría el tiempo que a mi ya no me importaba perder.

Y antes de irse susurró "todo ese dolor que ahora no sientes nos lo causas a nosotros". Yo me quedé ahí, como si nada hubiera pasado.

Ino venia, hablábamos. Bueno, hablaba ella, y se iba. Creo que lloró, oí como un sollozo. O a lo mejor solo tenia la nariz taponada por un resfriado. Quién sabe.

Lee también pasó por aquí, y, aun sin verlo, algo me decía que al verme así, estaba alicaído. Sin esa energía que le caracteriza, pero no me importo.

Incluso cuando me agarró de la camiseta y me zarandeó, pidiendo que vuelva, me dio igual, por que no encontraba el sentido. Yo estaba allí, ¿no?

Estaba allí, con la mirada ciega pérdida en alguna parte. Perdida. Así me encontraba.

Los demás también se pasaron, era raro. Se piensan que estoy enferma o algo, pero yo... Me encuentro bien.

-Se que estas ahí.-Mi voz resonó en la habitación unos instantes.-Te oigo respirar en ocasiones.-Apoyando las manos en la mesilla de noche me levanté de la cama.

-¿Desde cuando lo sabes?-Preguntó él.

-Desde que llegué a casa.-Me quedé en pie con las manos colgando a mis costados.

-Pensaba que lo hacía mejor.-Dijo él con cierto ápice de humor.

-¿Que hacías aquí?-Iba acercandome a el, por instinto, sin saber muy bien donde iba. Su voz era mi guía.

-Nada realmente.-Su voz sonaba apagada. Yo golpee su pecho con mi mano.

-Contesta, estúpido.

-Te ayudaba...-Dio un paso hacía mi.

-Creo que les deje claro a todos que no los necesitaba. Ni si quiera he notado tu "ayuda".-Hice comitas con mis dedos.

-Yo solo... Ya sabes... Acercaba las cosas a tu mano cuando la paseabas por algún mueble buscando... O quitaba cosas que pudieran hacerte tropezar, aun que aun viendo te tropezarías. Iba detrás de ti cuando caminabas por si caias... Yo realmente solo he hecho el tonto.

Yo por unos instantes pude notar algo.

Mi corazón latir.

Acerqué mi mano a su rostro poco a poco. Tenía la mano a un centímetro de su cara, apenas la rozaba. La pasee unos instantes y después la posé en su fría mejilla.

Algo subía desde mi estomago hasta mi garganta, casi impidiendome hablar. Algo tenue pero intenso al mismo tiempo.

-¿Qué... Qué me pasa?-Mi voz se quebró un poco y mordi mi labio.

-No lo sé. Tus ojos... Tus ojos están negros. Y me estoy volviendo loco yo, quiero ver tu mirada. Quiero perderme en ella y no en el opaco negro que no deja ver más allá de ellos.-Suspiró.-Es como si hubieras perdido tu magia. Es eso. El brillo en los ojos de un niño al observar a un mago, ese brillo de bondad e inocencia, de un alma pura. Lo has perdido.... Se ha... Apagado.-Parecía que se hablaba más a sí mismo.-¡No! No... No lo voy a permitir.

Nos quedamos unos minutos en silencio y después solté una pequeña carcajada.

-Es gracioso, ¿no crees? Tu tienes los ojos blancos y puedes ver lo que te propongas.-Suspiré.-Yo ahora los tengo negros y no veo absolutamente nada.

Él también soltó una risa.

-Hasta en un momento como este puedes decir ese tipo de tonterías. -Negó con la cabeza y yo bajé mi mano, sintiéndome de nuevo vacía.

-Abrazame, por favor.-Susurré y enseguida noté sus brazos rodearme.-Tengo miedo... Llevo una semana... Muerta. Esa es la palabra. No sentía sentimientos, ni los latidos de mi corazón o la sangre correr por mis venas. Estaba asustada. Pero tu... Tu llegas y... Llegas y... Todo cobra sentido de nuevo. Todo.-Cerré los ojos con fuerza.-Haces que vuelva a ser yo. Y no sé que me asusta más.-Apreté el abrazo.-Pero ahora solo se que te necesito. No me sueltes por favor.

-No lo haré. No voy a dejar que te apagues. ¿De que sirve tener estos ojos que tu dices que ven todo si tu no estas para darme luz y poder ver las cosas buenas que dan la felicidad de verdad?-Una lágrima resbaló en silencio por mi mejilla. Yo sorbi por la nariz y aclaré mi voz.

-¿Qué pasó en la misión?

BUEEENASS.

Esta capítulo es corto, lo . Pero me ha costado mucho trabajo.

Y lo creías o no, he llorado escribiéndolo.

Por ti. [2° temporada]Where stories live. Discover now