Capítulo 34.- El otro lado de la historia (parte 2)

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Mientras pensaba en todo lo que había pasado en la mañana no pude evitar reír por la gracia que me ocasionaba todo el asunto, el ver su cara de incomodidad fue demasiado divertido, creo que molestarlo es el mejor pasatiempo que me pude conseguir y ahora que sabía cual era su punto débil no lo dejaría en paz. Cogí el timón del auto con más fuerza para pasar una curva que no había visto por estar distraído, mis acompañantes hicieron sonidos de incomodidad por el movimiento brusco que tuve que hacer.

-Lo siento – les dije mirándolos por el espejo.

Paty chasqueó la lengua mostrándome su inconformidad con el viaje, sacó su estuche de maquillaje y comenzó a verse por el pequeño espejo que siempre llevaba consigo.

-No entiendo porqué tuvimos que ir a su casa – se quejó echándose un poco de rubor en las mejillas – Nos pudimos haber quedado en casa y así poder dormir un poco más.

-Tú no tenías que venir – le respondí de manera seca y sin dar mucha importancia a sus palabras – Yo dije que iría y tú decidiste seguirme, así que no es mi culpa si no dormiste lo suficiente.

-Es que la pobre diva necesita sus ocho horas de sueño porque si no se pone como un ogro – Bufó Marcos de manera burlona mientras bajaba la ventanilla del auto.

-Sabes que esta diva te puede dar una bofetada para que te calles ¿Verdad? – se defendió Paty – A parte en ningún momento hablé contigo, así que no te metas.

Marcos rió en voz baja por la respuesta que recibió y de manera improvista sacó la cabeza por la ventana para recibir todo el viento en la cara.

-Hey no hagas cosas estúpidas – le advertí – Si un policía te ve, el  que tendría que dar explicaciones soy yo.

Marcos sin dejar de reír metió su cabeza nuevamente al auto.

-Además no creas que no me di cuenta de pequeño show que armaste debajo de la mesa – continuó Paty como si la interrupción no hubiera sucedido.

-No tengo ni idea de lo que hablas – mentí formando una sonrisa al recordar como Braul se paró de la mesa botando todo por haber sentido mi pierna.

Pude sentir la mirada de Paty sobre mi espalda por un buen rato, como si esperara que dijera algo más, después de un minuto se cansó de verme y poniendo los ojos en blanco comenzó a guardar todo su maquillaje en su maleta, vió a Marcos de mala manera y disimuladamente se alejó todo lo que podía de él. No oculté la sonrisa que me salió al verla actuar de esa manera, era algo tan divertido ver la relación de odio que ambos tenían. Desde el primer momento que se vieron no se soportaban y eso lo único que provocaba en mí era gracia.

-Aquí déjame – Habló Marcos haciendo que de un pequeño salto en mi sitio por la sorpresa.

-Ya era hora – dijo satisfecha Paty – Aunque lo mejor hubiera sido que te bajaras con Fátima para no tener que soporte en este viaje.

-Si yo también estoy apenado – bromeó mi amigo – Luck déjame justo aquí – me dijo señalando un pequeño camino al costado de la carretera.

Le hice caso de inmediato porque no quería tener más dolores de cabeza por las peleas de esos dos, aparqué al lado, Marcos abrió la puerta del coche de golpe y bajó de un solo salto, se despidió de mí con la mano a través de la ventana y seguido dio la espalda para seguir con su camino, volví a arrancar el motor y mientras ponía el auto en marcha pude ver como Paty se acomodaba en el asiento trasero esparciéndose ahora sin reparos. Mientras seguía el camino para llegar al High school me puse a pensar en todo lo que había logrado en estos días; lo dejé en ridículo frente a toda la clase de deportes, cosa que no fue muy difícil por lo malo que es jugando, también me percaté que se pone muy nervioso al estar cerca mío, pero sobretodo había descubierto que Braulio tenía una debilidad con el sexo, al parecer eso le ponía más nervioso de lo debido y yo sabría aprovecharme de la situación, de eso estaba seguro.

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