Capítulo 20.- Excusas

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Tenía dos opciones. La primera salir huyendo de ahí, encerrarme en mi habitación y hacer como si nada hubiera pasado. O la segunda, que era poner a prueba mi nueva habilidad para mentir y buscar la mejor excusa que mi mente podría crear en ese momento.

Sentía las miradas de Livia y Ryan sobre mí, esperaban una explicación. Yo no podía quitar los ojos del suelo. Mi mente pensaba a mil por hora, las ideas salían y entraban por mi cabeza pero ni una era lo suficientemente buena como para decirlo. Estaba perdido, de está no tenía escapatoria. Me paré para llevar a cabo mi plan de huir hacia mi habitación. Estaba a punto de echar a correr cuando una risa me detuvo.

-No puedo creer que de verdad lo hiciste – me dijo Luck entre risas.

Obviamente no sabía a lo que se refería, me preocupaba el que pudiera estar burlando de mí. En realidad eso me ponía furioso, estaba a punto de encararlo cuando me di cuenta que sacaba un billete del bolsillo de su pantalón y luego lo estiró hacía mí queriendo dármelo.

-Cógelo – me dijo al ver que no hacía nada – Tú te lo ganaste limpiamente, yo perdí.

-A ver ¿Alguien me puede explicar lo que está pasando aquí? – preguntó Livia que estaba igual de confundida que yo – No entiendo nada.

-Lo que pasa – empezó a explicar Luck aún con el billete extendido para que yo lo cogiera – Es que hice una apuesta con Braul. Apostamos a que él no se atrevería a quedar en ridículo frente a ustedes. Le dije que tendría que decirme que yo le gustaba, para ver la reacción que tendrían los dos. Y pues sí lo hizo, de verdad que me sorprendió, pensé que no sería capaz.

-Cuando yo apuesto algo lo cumplo – dije entendiendo todo y recibiendo el billete para seguir con el juego – Me gusta ganar.

-Entonces todo fue una apuesta, eso fue todo – Ryan se incorporó a la conversación.

-Exacto – respondió Luck recostándose sobre el mueble.

-¿Y él no te gusta de verdad? – me preguntó analizándome.

-Claro que no – me senté tratando de reír casualmente, pero lo que me salió fue una gran carcajada de nerviosismo – Como crees que él me puede gustar, no, ni en un millón de años. Ni aunque fuera la última persona en la tierra. Además es hombre y yo también, eso sería demasiado extraño – volví a reír desesperado, sabía que tenía que callarme pero no podía – Imagínate a mí con él que asco. Seguro que pensaron cosas extrañas, ¿Verdad? como que en la fiesta de Livia estábamos en el mismo cuarto encerrados y haciendo cochinadas. Hasta que Paty nos interrumpió y tuve que meterme en el baño para esconderme…

El golpe que me dio Luck con el codo por fin hizo que cerrara la boca antes de que contara todo. Le di una mirada de agradecimiento porque me acababa de salvar por segunda vez en el mismo minuto.

-Ehmm… No, en realidad creo que nadie pensó eso –

-Ya lo sé Ryan, solo era una broma – reí un poco más, aunque esta vez sí pude controlarme mejor – Bueno creo que ya es tarde, me está dando sueño y lo mejor será que regresen pronto a sus casas.

-Tienes razón – me apoyó Luck levantándose de su asiento.

Lo imité y me acerqué a Ryan para despedirme con un apretón de manos, pero él me sonrió y me dio un abrazo que me agarró desprevenido y no me moví por un buen rato, traté de reaccionar rápido y responderle el abrazo para que no pensara que soy un mal educado. Pero fue demasiado tarde él se fue alejando y mi abrazo lo que hizo fue acercarlo nuevamente a mí lo que hacía ver una situación demasiado incómoda, ahora el que no reaccionaba era él. Me di cuenta que lo que pasaba era muy extraño así que deje de abrazarlo y le di la espalda para que no pudiera verme sonrojarme. Él me agarró el hombro y me susurró tan bajo para que solo yo pudiera oírlo.

MPO - ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora