Capítulo 29.- Bésame

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Las hojas caían lentamente por mi costado, el susurró de los arboles me transportaban a un lugar lleno de paz, el cantar de las pequeñas aves era la mejor música para mis oídos, este bosque era tan grande y había tanta calma aquí que lo último que quería hacer era salir de este lugar, podía sentí el crujir de las ramas mientras daba paso a paso, podía oler lo fresco del césped bajo mis pies, podía sentir la primavera en mí y como el viento acariciaba lentamente toda mi piel; era un lugar perfecto, demasiado perfecto para ser real. Sentí la mano sobre mi hombro apretándome fuertemente e impidiéndome escapar, definitivamente este lugar no era real, abrí los ojos y me horroricé al darme cuenta de donde me encontraba.

-¿Podemos hablar? – me preguntó Luck como si nada pasara y alejándome de mi fantasía pasajera.

Mi garganta estaba seca, tuve que carraspear un poco para que lograra salir algo de ahí.

-Tú y yo no tenemos nada de que hablar – Traté de disimular el temblor de mis piernas – Ya todo se ha dicho ayer y creo que el asunto quedó zanjado.

-Pero Braul, tienes que… – intentó cogerme de la mano.

-¡No me toques! – grité apartando su mano con una palmada.

Todos los que estaban cerca voltearon a vernos, tenía como unas diez caras ahora atentas a nuestra conversación, era insoportable ser el centro de la atención, al percatarme de eso bajé un poco la cabeza avergonzado por mi acto tan estúpido e irracional. Livia estaba quieta al lado mío, la pobre debió de sentirse muy ofuscada al ver que sus dos mejores amigos se peleaban en frente de ella. Soltó ligeramente mi brazo y se puso en medio de ambos.

-Chicos, creo que este no es el mejor momento para tener una conversación – señaló con la cabeza a los alumnos que teníamos cerca tratando de escuchar porqué nos peleábamos.

-Tienes razón – Luck la apoyó – pero no me pienso ir hasta que me prometas – me miró – Que tendremos una conversación.

No podía creer cómo era posible de que él sea tan cara dura de pedirme eso, como si yo se lo debiera.

-Te lo voy a dejar claro – respiré para tratar de calmarme y no armar una escena – Tú, eres la persona más vil, asquerosa y egoísta que me ha tocado conocer; me has roto el corazón, lo hiciste mierda, y aún así quieres que me siente a conversar contigo como si nada pasara ¿Me estás hablando en serio? – También quieres que tomemos el te juntos – fui lo más sarcástico que pude.

-sé que lo que hice está mal, lo sé…

-Me alegro que lo sepas – Volteé y le di la espalda para retirarme.

Empecé a caminar haciendo una gran salida, le he dejado con la palabra en la boca pensé, me sentía bien por eso, por lo meno había ganado una vez en toda esta situación, giré la cabeza para conversar con Livia cuando me di cuenta que ella no estaba a mi lado, me quedé quieto tratando de averiguar qué pasó con mi amiga, entonces caí en cuenta. Puede que haya hecho una gran salida de la conversación, pero eso no quería decir que ella me haya seguido, ahora todo ese trabajo se vería arruinado ya que Livia no salió conmigo. Di la vuelta completamente y pude verlos a ambos, Livia y Luck estaban parados donde los había dejado, ambos no dejaban de mirarme, como si no entendieran lo que acababa de hacer, traté de hacerle una señal con los ojos a Livia para que viniera a mi costado, a lo cual ella me respondió negándome con la cabeza. Abrí los ojos para que notara la importancia de que ella tenía que estar a mí lado pero me volvió a responder negándome con la cabeza, trató de decirme algo pero no la entendí por lo lejos que estaba, Hice un último intento haciendo la mayor gesticulación con el rostro y manos para que se diera cuenta de que tenía que estar junto a mí, y ella me respondió de igual manera, deformando su cara y haciendo gestos con ella, la verdad es que ambos parecíamos unos retrasados mentales haciendo gestos en mitad del pasillo pero eso no me importaba en ese momento, pude ver como Luck le decía algo provocando que ella apartara la mirada de mí para contestarle.

MPO - ReeditandoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant