Capítulo 3.- El asunto del auto

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En este momento solo estaba seguro de una cosa, volvería a llegar tarde a mi siguiente clase, tal vez ese era mi destino de hoy, nunca llegar a tiempo, me parecía tan raro que solo hayan pasado cinco horas desde que llegué al High School, a mí me parecía una eternidad.

Me levanté del suelo con pocas ganas y al verme al espejo me sorprendí de lo que vi, ahí solo había una cara pálida con los ojos rojos de tanto llorar. Abrí el grifo y metí mis manos al agua, estaba helada, pero no me importo. Luego me lavé la cara para ver si mi aspecto podía mejorar. Me prometí frente al espejo que ya no volvería hacer el ridículo, por lo menos en lo que queda de clases y salí del baño.

En la puerta estaba esperando Livia. Al parecer se quedó ahí parada todo el rato, sentí unas ganas de abrasarla, no podía creer como cambio mi percepción de ella en tan poco tiempo, en tan solo unas horas a decir verdad.

-¿Qué haces aquí?- le pregunté con un tono de voz grave por llorar - ¿Por qué no fuiste a clases?

-Mi amigo estaba mal, no podía dejarlo solo - la amé - ¿Me vas a contar que te ha pasado?

-Prefiero no hablar del tema - respondí con toda sinceridad.

-ok, no hay problema - me sonrió, en ese momento agradecí que estuviera cerca y al mismo tiempo que no me hiciera más preguntas al respecto, aunque se notaba en su rostro que tenía un millón.

Caminamos en silencio hacía la siguiente aula, al parecer estaríamos en todas las clases juntos. Mientras caminaba sorprendido por el hecho de haber hecho una buena amiga el primer día de clases, ella se detuvo.

-Llegamos - me dijo y abrió la puerta del salón. Era el lugar con menos alumnos de la escuela. Habría unos ocho alumnos contando con nosotros dos. El profesor todavía no había llegado, lo cual era raro porque hace media hora que debió empezar la clase. Todos los alumnos estaban que hacían cualquier cosa menos estudiar, algunos dibujaban en el pizarrón, otros conversaban y había una pareja al fondo que incluso estaba que se daba besos.

-Sentémonos aquí - dijo Livia señalando un asiento que teníamos cerca. La seguí hasta el lugar que estaba indicando y justo cuando estaba buscando un tema de conversación ella me pregunto – No te cae bien Luck ¿Verdad?

Por un momento había olvidado todo lo que pasó unas horas antes, pero esa pregunta me hizo recordarlo todo. Estaba a punto de derrumbarme nuevamente hasta que me acordé de la promesa que me hice frente al espejo.

-No me cae ni bien ni mal – respondí mintiendo, estaba un poco asustado de que ella se diera cuenta que me gustaba – Simplemente no lo conozco.

-Ahh… es que en el comedor parecía que ustedes no se llevaran bien, y me pareció que te pusiste mal por lo que empezó a contar -

-A mí me dio igual su historia, la verdad es que no le presté mucha atención - lo dije con un mal intento de parecer calmado – Tal vez yo no le caigo bien a él – continué de una manera muy sutil como para que no se diera cuenta de que quería escuchar su respuesta.

-Bueno, Luck es medio raro, pero es buena persona - me explicaba mientras abría su cuaderno y empezaba a dibujar.

Cuando pensé que la charla había terminado y me disponía a recostarme sobre la carpeta para dormir, sonó el celular de Livia. Le había llegado un mensaje.

-Hablando del rey de Roma-

-¿Es Luck? – pregunté un poco asustado.

-Sí- murmuró – Esta aburrido, tiene clase de Historia del arte y a él le aburre mucho esa asignatura. Me está diciendo para ir al centro a la salida. ¿Te nos unes?

MPO - ReeditandoWhere stories live. Discover now