Capítulo 2

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Ya habían pasado varios días desde que hablé con Zoe, no la miraba muy seguido, lo cual se me hacía raro, porque según entendía recurríamos el mismo año y seguramente algunos cursos los teníamos que compartir. Comencé a observar a las personas, pero no noté nada raro de los famosos Hudson de los que tanto me advirtió ella. Dejé de restarle mucha importancia, más cuando vi a la chica que habían golpeado en el callejón. Encontramos miradas una vez y eso fue suficiente para saber que realmente no le agradaba en absoluto.

Pero eso no era lo peor, la chica rubia, ella también estudiaba en este instituto y como si fuera poco compartíamos casi el mismo horario, exceptuando dos cursos. Era bastante agotador tener que lidiar con su mirada todo el tiempo, aunque yo tampoco me sentía intimidad. Me preguntaba si ella era parte de los Hudson, tiene todas las características para serlo. Era mala y en ella existía una gran confianza, como si fuera dueña de todo.

La primera semana ya estaba finalizando, había estado tranquila, no vi a mi madre la mayor parte de ella y el plan de mantener oculto mi pasado me estaba quedando a la perfección. O parecía ir perfecto hasta que sonó la última campana del viernes.

Las miradas comenzaban a acosarme, más de lo normal, entendía mi cabello, pero esas miradas me daban a entender que algunos estaban sorprendidos, otros eran de burla y la peor de todas, eran esas miradas de lástima, las que tanto odiaba. El sonido de los celulares no se detenía y con cada uno de ellos más miradas se volteaban hacía mí. Sabía que era algo muy malo cuando vi el rostro de Annaleigh venir corriendo hacía mí y se le notaba que parecía estar preocupada.

Mi celular sonó y de un momento a otro ya tenía a Annaleigh sobre mí para quitármelo.

—¿Qué sucede? — pregunté mientras mi corazón latía al mil. Era malo, sabía que esas notificaciones podían tener el desate de algo muy terrible. —¡Vamos, Annaleigh! ¡Dime!

Ella no tenía ni una intención en dejarme ver que sucedía. En el pasillo logré divisar el rostro de la chica rubia con la misma sonrisa que odiaba hasta no poder.

Un grupo de amigas pasó junto a mí, no sin antes voltear a verme y entonces le tomé a una de ellas el celular con brusquedad. En el momento que ella alegó, se detuvo cuando la empujé para que se alejara y me diera tiempo de ver, lo que Annaleigh no quiere que vea, pero al parecer la rubia, sí.

Era yo. El vídeo donde golpeaba a las dos chicas en el callejón y si no fuera poco, había una foto de Violet con un texto contando todo lo que había querido ocultar. Mi sangre comenzó a correr y sentía mi respiración tan pesada, nunca me había sentido tan enojada como ahora. Por una parte, detestaba que mi pasado reviviera tan pronto en esta nueva ciudad, pero por otra sentía que todo me ardía al ver como se burlaban de la muerte de Violet. Esa era la espina que más me estaba molestando.

Caminé hacía la chica rubia dispuesta a golpearla, pero sus otras dos secuaces se cruzaron en mi camino y me sujetaron con fuerza.

—Ya las golpeé una vez, no me detendrá esto. — forcejeé y golpeé a la chica de mi izquierda con mi codo.

—Suéltenla. — la chica rubia caminó hacía mí.

Al tenerla tan cerca no dude en darle el golpe que me había estado aguantando desde hace mucho, pero fue inútil. Con un solo movimiento yo ya estaba con mi rostro pegado a los casilleros y mi brazo en la espalda.

—¿Sabes lo que pasa cuando te metes en los asuntos de los demás? —susurró en mi oído mientras apretaba el agarre de mi brazo haciendo que doliera.

Intenté soltarme, pero nuevamente fue en vano. Recibí otro golpe contra el casillero.

—¿Cómo conseguiste eso? —hablé con dificultad, mi rostro no estaba en la mejor posición.

Love Criminal (2da Edición) - El Imperio HudsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora