Me había quedado dormida, mi cuerpo dolía y sentía fuertes punzadas en mi cabeza. Escuche como la puerta de hierro rechinaba y lastimaba mis oídos.
- Levántate - ordeno un hombre.
Este tenía unas jeans gastados y con una camiseta de tirantes negra mostrando sus tatuajes.
Empecé a tratar de pararme pero era inútil, me sentía débil.
- No... - intente un poco más. - No puedo hacerlo. - me deje caer.
El hombre se acercó a mí, con fuerza sostuvo mi brazo y me levanto de un jalón. El brazo me dolía de su fuerte agarre.
- Me lastimas - me queje.
- ¡Cállate! - apretó mi agarre. - Iras a comer, te limpiaras y luego te mostrare el lugar. - me ordeno.
¿Mostrarme el lugar? Ni que fuera una invitada, y si lo fuera esta no es la forma de tratarlas.
***
Hice todo lo que dijo el hombre, él me había mostrado donde iba a comer, donde estaba el baño y ahora me iba a mostrar el lugar. Me había colocado unos jeans azules con una camisa blanca y unas vans que me había dejado.
- Este lugar no es un paraíso, así que espero y sepas cuidarte bien porque si no morirás - me advirtió el hombre.
- ¿Morir? - pregunte confundida.
- No me preguntes nada - dijo con dureza.
Le hice caso, no iba a preguntar más.
- Aquí pelea o muere - abrió un gran portón negro.
- Tengo miedo... -admití.
Esto no estaba sonando nada bien, ese portón lleno de grafitis escondía algo detrás de ella. Algo que pondría en peligro mi vida.
- No quiero entrar - me aleje dos pasos.
- Son órdenes y las vas a cumplir. - El termino de abrir la puerta y me empujó hacia adentro.
Me di media vuelta rápido para poder salir corriendo pero el hombre volvió a apartarme y termino cerrando el portón.
El miedo me invadió rápidamente. Había otra puerta de hierro que tenía otros dos guardias cuidándola. Uno de ellos la abrió y pude ver que esta me llevaba a un sótano o algo por el estilo.
- Entra - me ordeno el guardia de la izquierda.
Camine a paso lento hacia ellos mientras miraba a mi espalda si alguien estaba ahí para ayudarme, estaba sola en esto.
Entre y unas escaleras me dirigían hacia abajo. Las empecé a bajar y la puerta de hierro se cerró dejándome en la obscuridad.
- ¡No puedo ver nada! - grite.
Nadie me había escuchado o a lo mejor me habían ignorado.
Me senté en la gradas y baje arrastrándome, tenía miedo de tropezar. Cuando ya no había más gradas a lo lejos de un pasillo había una pequeña luz. Camine hacia ella, vigilando o tratando de cuidarme de cualquier amenaza.
Cada vez que me acercaba a la luz, escuchaba gritos y disparos. ¿Qué mierda pasaba ahí?
No podía regresar ya que si lo hacía no iba a ver nada y no me abrirían la puerta. Camine un poco más rápido para salir.
Cuando llegue a la luz me cegó por completo hasta que pude acoplarme a la luz solar que iluminaba un barrio. El barrio estaba lleno de grafitis y se sentía olor de drogas por todos lados.
ESTÁS LEYENDO
Love Criminal (2da Edición) - El Imperio Hudson
ActionEmma es una chica que le encanta boxear y tras un terrible accidente deja el boxeo atrás. Ian, el vecino de atrás de Emma, es un chico que cada vez que puede apuesta. Por una apuesta que hace Ian con su mejor amigo pondrán en riesgo la vida de Emma...