Capítulo 15

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POV Hyukjae.

Desperté por esa sensación cálida repasándome la espalda a través de un cosquilleo placentero.

Me removí soñoliento. Percibí debajo de mi barbilla otra caricia y mi nariz atrapó el olor de un perfume discreto.

Espabilé con totalidad al sentir aquellos besos bajar por mi mejilla hasta mi cuello, entonces recordé lo que hice anoche y quien estaba a mi lado.

Fingí que aún dormía y dejé que Donghae continuara haciendo de las suyas.

Paseó sus manos traviesas por mi espalda, hasta llegar a mi abdomen. De ahí pasó a mis piernas y dibujó círculos imaginarios en mis muslos.

Su boca se asentó en la curva de mi cuello y mi hombro. Sus labios eran deliciosos y calientes, como ningunos otros que hubiese probado antes.

Fue ese el momento perfecto para moverme. Sin darle tiempo de nada, enrollé mis brazos a su cadera y lo atraje con fuerza para pegarlo aún más a mi cuerpo.

Él soltó un jadeo de sorpresa y apoyó las palmas de sus manos en mi pecho.

—Hyuk... —musitó con sus ojitos oscuros desbordando falsa inocencia —, lo siento, no quería despertarte.

—Mientes —ronroneé enterrando la cara en su cuello—. Despertarme era justo lo que querías.

Y entonces soltó una risita juguetona que confirmó todas mis sospechas.

—Bueno... es que te extrañaba.

—Estoy justo a tu lado —me reí.

—¿Y?

Se abrazó a mi torso como si su vida dependiera de ello. Estábamos tan cerca que seguramente ninguna ráfaga de viento podía pasar entre nosotros.

Cuando menos me di cuenta, mis manos habían cobrado vida propia. Deslicé la izquierda por su espalda tersa, notando como se erizaba ante mi toque. Bajé, bajé y no me detuve. Llegué a sus nalgas desnudas y las acaricié superficialmente. Luego continúe hasta alcanzarle la pierna.

Lo tomé del muslo posterior tanteando su piel suave, la cual estaba deseando poder recorrer con mi boca cuando antes.

Hice que subiera la pierna al costado de mi cadera, lo sostuve firmemente y comencé un lento vaivén que hizo chocar mi pelvis contra la suya, muy despacio y por poco imperceptible.

Donghae cerró los ojos y de su nariz salió una exhalación pesada. Observé, altamente satisfecho, sus mejillas morenas adquirir poco a poco un tono rojizo.

Al poco tiempo él se percató de que lo observaba demasiado, así que hizo ademán de esconder su rostro en la almohada, pero no se lo permití. Con mi otra mano lo tomé de la barbilla e hice que enfrentara mi mirada.

Entreabrió los ojos y se mordió el labio inferior.

No pasaron ni tres segundos antes de sentir sus caderas estrellarse contra las mías, participando, al fin, en esa fricción tan placentera que me obligó a soltar un gemido.

—Donghae... —murmuré. Sin embargo, él no me dejó continuar. Colocó sus labios encima de los míos y me regaló el primer beso de la mañana.

Los acarició con lentitud y pronto un gemido ahogado vibró en su garganta.

Una gota de sudor se deslizó desde mi frente hasta mi mandíbula. El calor me estaba sofocando, así que, a tirones, retiré la sábana que cubría nuestros cuerpos.

Una corriente de aire me hizo estremecer, pero ni siquiera eso funcionó para disipar la pasión. Al contrario. Se trataba de un fuego interno que no me dejaría en paz hasta que...

¡Hola, papá! [Eunhae]Where stories live. Discover now