Capítulo 8

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POV Hyukjae

Jueves 1:10 p.m

—Entonces esa niña me dijo que no existían los árboles de color rosa, pero yo sé que sí porque los he visto y son muy bonitos. Así que le dije que yo podía colorear mi dibujo como quisiera...

Joyin hablaba y hablaba acerca de su día en la escuela. Con la mano derecha se sostenía de la manga de mi camisa y con la izquierda aguantaba un cono de helado de fresa que le había comprado. Yo también llevaba uno.

La verdad no le estaba poniendo mucha atención. Es decir, sabía de lo que estaba hablando, pero tenía mis propias cosas en mente. Así había sido desde el primer día que lo recogí del colegio.

Hae jodía mucho con que debía pasar tiempo con el niño, tanto que incluso llegaba a ser molesto. Yo no poseía el tiempo para seguir con mi vida y, aparte, dedicarle a Joyin todo lo que merecía un chico de su edad. Sin embargo, acá estábamos, yo, Lee Hyukjae, caminando por la calle con un mini humano de cinco años al que le había comprado un helado porque me sentía culpable de haberle gritado el martes.

Cualquier persona que me hubiese conocido se escandalizaría al enterarse que "cuido" de un niño, o, en su defecto, que estoy mínimamente cerca de uno. No los culpo, pues sé de sobra que soy el perfecto ejemplo de lo que no deben ser en la vida.

Donghae, sin embargo, debe estar loco porque aquello no le importa un carajo. Es más, nos alienta a estar juntos. Confía tanto en mí que no le teme a mi gusto por ser irresponsable.

Sí, Hae está loco, o es terriblemente inteligente porque sabe que yo no me atrevería a decepcionarlo. Yo, por mi parte, prefiero pensar que es un poco de ambas.

Sonreí porque de una u otra manera siempre terminaba pensando en él. Su carita colándose en mis reflexiones cada que se le daba la gana.

Mi chico era torpe, brusco y hasta un poco bestia en algunas ocasiones; pero al mismo tiempo era adorable, tierno, inocente y muy astuto. Precisamente por eso me gustaba. Hae lo tenía todo.

—Papá... —Joyin tironeándome de la manga me hizo salir de mis cavilaciones.

—¿Sí?

—Tú también sabes que los árboles sí pueden ser rosas ¿verdad?

—Claro que sí. Eso todo el mundo lo sabe.

Para ser sincero jamás había visto un árbol rosa y no sabía a cuáles se refería Joyin, pero le di una respuesta afirmativa porque lo sentí como lo correcto.

Como pueden ver, yo no odio a Joyin, por Dios que no. De hecho hasta lo quiero un poco, pues es un niño simpático, obediente y muy inteligente; en pocas palabras un chico bueno. Pero de eso a tragarme el argumento de Limh y creerlo mi hijo... bueno, distaba un montón.

Si acepté toda esta farsa del "padre feliz" fue por tres sencillas razones:

La primera era que, a pesar de todo, Donghae tenía razón. Joyin me creía su padre y él era el menos culpable (pero más afectado) en toda esta situación.

La segunda, que Kyuhyun me dijo que no podía hacerlo, y siempre me hacía quedar como un imbécil frente a Hae.

Y la tercera,... que si seguía comportándome como un imbécil Donghae me iba a dejar.

Así que no. Por mis huevos que no iba a renunciar. Ahora no me permitiría perder la oportunidad de demostrarle a mi chico que podía cambiar y ser una buena persona de la que él estuviera orgulloso. Dejaría las drogas y todos mis ligues sin sentido, me pondría a trabajar en serio y conservaría a Joyin conmigo.

¡Hola, papá! [Eunhae]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang