Capitulo 9: Chicos misteriosos

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—¿Qué Allison sea novia de quien?

Hablando de Roma... el burro se asoma.

—De nadie, locuras de tu hermana —respondo rápido y me pongo de pie— ¿Ya nos vamos?

—Si —contesta algo serio. ¿Ahora que le pasa?

-Esta bien. —me giro y le regalo una sonrisa a Mai, la cual también me responde de la misma forma, y salimos de la casa.

Nos subimos a la camioneta, pusimos música y empezamos el camino hacia el mercado.

(...)

—Tres leches, una mantequilla, un queso crema y un yogurt —le informo a Jackson mientras que el va poniendo las cosas en el carrito.

—¿Algo más de este pasillo?

Le echo un vistazo rápido a la lista —No.

—Genial, sigamos con el pasillo 4.

Este pasillo era el de la frutas y verduras.

—Un kilo de papas, tomates, zanahorias y batatas. —le comunico y ambos empezamos a cargar las cosas, una vez que terminamos, prosigo— Ahora necesitamos llevar dos kilos de naranjas, un kilo de manzanas, medio kilo de uvas, un kilo de peras, un kilo de plátanos, una sandía y un melón.

Mierda, si que comen fruta che.

Terminamos de comprar todo y fuimos a la caja a pagar. Una vez que ya le dimos el dinero a la cajera, subimos las bolsas al auto y tomamos el camino de regreso a la casa.

Cuando llegamos, Maia nos ayudó a bajar todo lo que habíamos comprado y nos pusimos a acomodar cada cosa en el sitio que iba.

Una vez que ya todo estaba en su lugar, nos pusimos a jugar a las cartas y a pasar el rato hasta que sea la hora del almuerzo.

Mientras que Mai cocinaba, Jackson y yo estábamos en la sala. Él jugaba videojuegos y yo lo observaba. Prestaba atención a cada expresión que hacía con el juego. Por momentos su rostro mostraba felicidad, por otros tensión, frustración y enojo. Su cara de concentración siempre estaba y su mandíbula se tensaba.

—¡El almuerzo va a estar listo! —un grito proveniente de la cocina me sacó de mis pensamientos.

Jackson apagó la consola de videojuegos y juntos nos dirigimos a la mesa para poder comer el exquisito plato que había echo la chef de la familia Hale.

—¿Pueden limpiar ustedes? En unos cinco minutos saldré con un chico— comenta Maia.

—No, de ninguna manera vas a salir con un chico. —responde de inmediato el chico de ojos verdes, quien se encuentra a mi lado.

—¿Por que no?

—Porque no.

—Jackson... —digo con algo de cautela.

—Dije que no y punto.

—¡Tú no eres mi padre! —Maia se pone de pie.

—¡No, pero soy tu hermano mayor! —Jackson imita su acción.

—¿Puedes dejar de ser tan controlador por una sola vez en tu vida? —contesta mi amiga en casi un grito.

—¡No!

—¡Basta! —tambien me pongo de pie y ambos me miran- dejen de discutir. —vuelven a tomar asiento y miro a mi amigo— déjala salir, no le ocurrirá nada.

Mi amigo suelta un largo suspiro— ¿Que chico? —pregunta en un tono más clamado

—Uno que no es de tu incumbencia. —responde.

—Vamos Mai, ¿con quién saldrás? —insiste el morocho.

—No te diré.

—¡Maia Hale! —dice casi en un grito y volviendo a ponerse de pie.

Que poco dura la armonía con estos dos.

—Tranquilo —tomo a Jackson de la mano y trato de calmarlo.

Desde que a mi me pasó lo de Tyler, Jackson se puso más sobreprotector de lo normal con su hermana y conmigo. Es entendible, tiene miedo que le pase algo o que la lastimen.

—¿Vez? Por eso no te quiero decir. Te pones como loco. —lo señala.

—Me pongo como loco porque te quiero y tengo miedo que te pase algo.

—No te preocupes, se cuidarme sola. Ya no tengo cinco años. -su celular suena y lo revisa— Ahora, si me disculpan, debo irme —dicho esto, se retira de la cocina y automáticamente de la casa.

—¡MIERDA! —el grito de Jackson hizo que me ponga de pie por el susto que me causó. — ¡CARAJO! —vuelve a gritar, pero esta vez patea una silla y se lleva las manos a la cabeza. Comienza a caminar por la cocina y a respirar muy desesperadamente. Me acerco a él, lo agarró del brazo y hago que tome asiento.

—Tranquilo, respira profundo y relájate. —Lo tomo de la mano.

—Tengo miedo Pitufina, ¿Y si le pasa algo? ¿Y si la lastiman?

—No te preocupes. Ella va a estar bien, es solo una cita. No tienes que tener miedo de que tu hermana conozca personas nuevas. No todos son una mierda. Hay gente que de verdad vale la pena y que la va a querer y cuidar de la misma forma que lo haces tu con ella. Además, Maia es la mujer más fuerte y más luchadora que conozco. Si alguien trata de lastimarla o herirla, ella va a salir adelante. Y no olvidemos la habilidad que tiene para el boxeo. Cualquier hombre que quiera ponerle un dedo encima sin su consentimiento, terminará en el piso y seguramente sin descendencia —esto último que dije logró calmar a Jackson y sacarle un sonrisa.

Cuando teníamos 14 años, Maia y yo fuimos a 5 clases de boxeo, queríamos probar cosas nuevas. A pesar de que fueron pocas, aprendimos a defendernos y a luchar. Bueno, en realidad, ella aprendió. Yo no, no sirvo para ese deporte.

—¿Como lo haces? —la pregunta de Jackson me deja totalmente confundida y creo que la expresión de mi rostro se lo hace entender— me refiero a... ¿Como haces para sacarme una sonrisa y tranquilizarme con solo unas palabras?

—Por qué te conozco y se exactamente qué decir y que hacer para que te tranquilices. —respondo y ambos nos quedamos unos segundos en silencio— Bueno, es mejor que empecemos a limpiar todo esto porque las cosas no se lavan solas —me pongo de pie y Jackson imita mi acción.

Empezamos a ordenar y a limpiar todo lo que habíamos ensuciado. Mientras que yo lavaba, Jackson secaba.

—¿Con quien salía Maia? —curiosea el chico que tengo al lado.

—¿Otra vez con eso? —giro mi cabeza, para poder mirarlo a los ojos— No se con quien salió. Me enteré en el mismo momento que vos. Además, si supiera tampoco te lo diría. Ella decidió no decirlo, así que yo la respeto.

No voy a mentirles, muero de intriga por saber quien es el chico misterioso.

—Genial, mi hermanita está con un desconocido y nadie sabe ni siquiera su nombre.

—No empieces otra vez. Es entendible que estés nervioso y asustado. Pero Maia es inteligente. No es capaz de salir con alguien que no conoce. Si tuvo una cita con él, es porque hay confianza y porque confía en que nada malo le hará. —Trato de calmar sus nervios— quédate tranquilo, ella ya te va a contar quien es el chico misterioso.

Eso espero, si no me cuenta la mato.

Obviamente que con amor. Seria incapaz de darle una muerte dolorosa a mi mejor amiga.

—Tenes razón, debo confiar en ella. —asiento con la cabeza y sonrío.

—Genial.

—En cuanto a chicos misteriosos... ¿Se puede saber con que chico quiere que salgas Maia? —se que se refiere a la conversación de esta mañana.

¿Miento o digo la verdad?

Virgen de las respuestas, ayúdame...

¿Me estoy enamorando? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora