Capitulo 30

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– ¡Chicos llegue! – exclame, dejando las llave del auto de Angie en una pequeña mesita de luz, me saque mi chaqueta y la tire en la mesa, como nadie me respondió supuse que estaban durmiendo, y así era, lo comprobé al entrar en mi habitación y ver a Angie dormida a lado de Drew, sonreí y los deje descansar, hoy había sido una noche muy larga, no había parado de moverme, pero la ganancia fue buena, quinientos dólares, las propinas habían sido generosas, además de que concurrió mucha gente al lugar. 
Era suficiente para comprar lo necesario y pagar la renta, que no era demasiada ya que la dueña de todos los departamentos era una vieja amiga de mi madre, y me lo dejo a un preció considerable de doscientos cincuentas dólares, había estado muy agradecida con aquella viejecita. 
Estaba sudada y así que lo mejor era darme una ducha. 
Me introduje en el baño, me despoje de mis ropas y me metí en la bañera, enjaboné todo mi cuerpo y entonces me tope con el “JB” en mi cintura, el tatuaje, el había quedado en mi piel, aunque siempre lo veía pero lo ignoraba, sabia que podía hacerme otro y taparlo, pero no quería, quería recordar ese nombre y así nunca olvidarme cuanto lo odio.
Esto dejo de tener un significado amoroso desde hace tiempo. 
Luego de terminar, me seque y me puse el pijama, dormiría en el sofá ya que mi cama estaba ocupada y no había otra de sobra. 

“– Oh Justin – reí juguetonamente y le di un pequeño beso – no tenias porque hacer eso, yo no iba a salir con el por nada en el mundo. 
– Lo se, pero ese flacucho necesitaba una lección – sonrío, el había asustado a un compañero de mi clase, el pobre me invito a una cita y no se dio cuenta que detrás de el estaba Justin, lo asusto de una forma que el salio corriendo. 
Lo abrace por los hombros y lo mire.
– Ahora el nunca me hablara – hice un mohín.
– Mejor – me beso. – porque eres toda mía” 

Me desperté sobresaltadamente, tenia la frente sudada.
Me había encontrado otra vez recordando mi pasado con Justin en mis sueños, aunque yo lo consideraba siempre una pesadilla. 
Suspire y refregué mis ojos, no tenia que pensar en aquello « Solo olvídalo » me dije.
Drew estaba comiendo cereal con leche en el suelo mientras miraba muy cerca del televisor. 
– Cariño, te dije muchas veces que desayunes en la mesa y no veas de cerca la televisión, te hará daño.
– él asintió embobado en sus dibujitos animados sin hacerme caso. Bufe, y mire para todo los lados buscando a Angie. 
– ¿Dónde esta tu tía? ¿Ella te hizo el desayuno?
– Si mami, lo hizo antes de irse rápido, dijo que tenia que trabajar – Drew a su corta edad era un niño demasiado inteligente, aunque había ciertas palabras que no las sabia decir, obviamente. Pero me enorgullecía que sea tan bueno con tan solo tres años a punto de cumplir cuatro. Me levante, me dirigí al baño para lavarme el rostro y cepillarme los dientes, luego me prepare una taza de café, hoy seria un día largo. Aunque era sábado, tenia cosas por hacer. 
Me acerque a Drew y le di un sonoro beso en la mejilla, el largo una risita y me devolvió el beso. Mi hijo era maravilloso, lo amo demasiado. 
Me puse un jean y una sudadera, con unos tenis. 
– Cariño, hoy daremos unas cuantas vueltas ¿Esta bien? – su dibujo preferido había terminado así que dejo de ver la televisión para concentrarse con sus juguetes.
– Si mamá – susurro y hacia ruidos raros con los autitos, yo me maquille un poquito y saque del armario un conjunto de deporte para Drew, cuando termine de vestirlo. Lo que resultaba difícil ya que el era muy inquieto.
Le di un besito y lo agarre de la mano. 
Una vez fuera del edificio, me dirigiría a unas tiendas de ropas, Drew necesitaba nueva vestimenta. 
En el camino, el hablo de cada cosa que pasaba. 
– Mamá ¿Por qué la gente se va rápido? – dijo el refiriéndose a las personas que cruzaban y nos chocaban de ves en cuando. 
– Porque tienen que trabajar cariño. 
– ¿Mama? – pregunto el luego de unos minutos de silencio.
– ¿Si?
– ¿Dónde esta papá? Mis amigos tienen papa, pero yo no tengo papá – pare en seco y sentí como se me encogía el corazón, lo mire y era la copia de Justin, aunque su cabello era de una tono mas oscuro, sus ojos eran color miel y juraría que se veía casi igual a Justin desde pequeño. 
– Bueno… el, el se fue. – dije empezando a caminar de nuevo, me invadía una tristeza cuando el hacia ese tipo de preguntas. 
– ¿Tu extrañas a papá? 
– No, no lo extraño. Yo solo te quiero a ti – dije agachándome y cargándolo en mis brazos. 
El río y cambio de tema, hablando de los edificios o de cualquier cosa que le resultaría interesante solamente a un niño curioso como Drew. 
Faltaba poco para llegar a la tienda, cuando me sorprendí a ver personas todas formando un circulo en frente de un restaurante muy lujoso, incluso había paparazzi por todos lados. 
Me resulto curioso, pero mas a Drew que insito en que lo baje de mis brazos y se soltó de mi agarre para ir corriendo a esa multitud, sentí como el corazón se me iba a la garganta y corrí tras de él. 
– ¡Drew! ¡Espera! – fui mas rápida y llegué a su lado, lo agarre de la mano dándole una mirada de reproche. 
– Mamá, ¡Mira es el de la televisión! – cuando levante mi vista me encontré con dos ojos dorados que reconocería a kilómetros….

Cσмρℓι¢αтє∂ ℓσνє TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora